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CÓMO ES QUE SUCEDIÓ 7 Luz y guillermo Marín

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CÓMO ES QUE SUCEDIÓ 7
<br>Luz y guillermo Marín
Ante este caos religioso, ideológico y mortandad, muchas de las autoridades, primero en el Altiplano Central y después de 1521, en todo el Cem Anáhuac, decidieron unirse al bando de “Cortés-Quetzalcóatl” y se sumaron a la invasión, luchando contra pueblos y culturas que resistieron y siguen resistiendo la agresión hasta nuestros días.

CÓMO ES QUE SUCEDIÓ 7
<br>Luz y guillermo Marín


Vale la pena, para concluir este apartado, recordad la figura y la posición de Xicoténcatl Axayacatzin, el guerrero tlaxcalteca que desde el primer momento vio a Cortés y los españoles como peligrosos invasores. Los combatió y se opuso a la alianza con el invasor, pero el Tlatócan de Tlaxcala decidió hacer la alianza, y Xicoténcatl tuvo que obedecer, pero no colaboró en la guerra contra los mexicas por lo cual Cortés lo mandó ahorcar. Xicoténcatl el ejemplo del guerrero del Anáhuac, como Gonzalo Guerrero, Cuitláhuac, Cuauhtémoc, Morelos, Mina, Guerrero y Zapata.
4. Las autoridades y los líderes de opinión anahuacas, abrazaron la cultura, lengua y religión del invasor para mantener su estatus y su posición social.
Ante el momento histórico que se vivía, especialmente en el Altiplano Central, los pueblos de todo el Cem Anáhuac (desde Nicaragua hasta el Norte de E.U.), estaban enterados del desplome de la Triple Alianza y la catástrofe humanitaria que vivían los pueblos nahuas del Altiplano por la epidemia del sarampión.

La cultura guerrera del Estado Zuyuano (periodo Postclásico) tenía como “uso y costumbre”, que, en las guerras de expansión, el vencido se incorporaba como “socio-aliado” del vencedor (como Alemania con la OTAN). Esta modalidad fue la que hizo que la Triple Alianza se expandiera y creciera en poder cuantitativo y cualitativo de manera muy rápida.

Cuando los mexicas y sus pocos aliados fueron vencidos por los ejércitos comandados por Ixtlilxóchitl al servicio de Cortés, los propios mexicas se pusieron a las órdenes de Cortés, y ellos mismos participaron en la conquista del Cem Anáhuac para beneficio del nuevo orden religioso, filosófico, cultural, económico y político encabezado por Cortés.
Debe decirse lo que han callado los historiadores hispanistas, Cortés llegó a tener tanto poder, -en hombres a sus órdenes como en metales preciosos-, que en su momento acarició la idea de convertirse en rey del Anáhuac, razón por la cual la corona le entabló un Juicio de Residencia (igual que a Colón), para someterlo y subordinarlo al imperio español.
En este “fin del Quinto Sol”, que debe entenderse como un colapso cultural, provocado y manipulado por Cortés, quien, siendo asesorado por Malinche, logró crear primero, un caos y el derrumbe del Estado Zuyuano mexica, y posteriormente, siguió con los demás pueblos y territorios del Cem Anáhuac. Poco a poco fue sumando aliados-vencidos o aliados-convencidos, que tanto por la derrota militar como por una “estrategia de sobrevivencia” se aliaron con los nuevos detentadores del poder.

Para entender este punto, es necesario recordar la famosa reunión a la que fueron convocados por Moctezuma todos los tlatoanis de los Altépetl, aliados y tributarios de la Triple Alianza, en la cual Moctezuma, delante de Cortés, les anuncia a que a partir de ese momento la nueva autoridad es “el embajador de Quetzalcóatl” y que, así como él, todos los demás, obedecerán y servirán en lo que les mande Cortés. Esa fue la entrega de la Triple Alianza a Cortés (2ª Carta de Relación. E. Purrua. pp. 59). Al terminar la reunión Cortés le dijo a Moctezuma que, como “el rey de España-Quetzalcóatl” necesitaba oro, mandara a su gente y que él mandaría también a españoles, a que fueran a los Altépetl de los tlatoanis a pedirles el oro requerido.

Lo cual no sucedió por la llegada a Veracruz de 1500 hombres al mando de Narváez, enviados por Velázquez, el gobernador de Cuba, para tomar preso a Cortés por haber salido prófugo de Cuba, ya que se había descubierto que planeaba traicionarlo –como sucedió-, y que se “apropiaría” de la expedición que “legalmente” le correspondía a Velázquez y sus asociados. De modo que Cortés dejó “el proyecto” de ir a “rescatar oro” para después, y se dedicó a comprar a los hombres que enviaba Velázquez para fingir una lucha en la que él salía victorioso.
Aquí es necesario aclarar la mentira sistemática de los “historiadores hispanistas” de que Cortés tenía un ejército con soldados, falso. Los ejércitos modernos se iniciaron en Europa hasta el Siglo XVII, en ese momento solo existían “tercios”, que eran asesinos y ladrones al mando de un “capitán”. No tenían cadena de mando, uniformes, armas reglamentarias, etc., eran simples mercenarios dirigidos por un líder al que llamaban “capitán”.

Cortés no era “hombre de armas”, era más un leguleyo que había sido expulsado de la Universidad de Salamanca por el bajo desempeño académico (no terminó). No traía soldados, sino mercenarios que habían sido contratados por los inversionistas de la expedición para “rescatar oro”, o inversionistas que personalmente participaban, solos o con esclavos y subalternos. A esta gente se le llamó “capitán”, pero tampoco eran “hombres de armas” como los verdaderos capitanes de los tercios que existían en Europa.

La invasión de España a los pueblos del continente Ixachillan (nombre en lengua náhuatl), desde Colón hasta la última expedición, fue producto de la iniciativa privada de inversionistas y aventureros. La corona nuca financió las expediciones (ni el primer viaje de Colón, lo de “las joyas de la reina” es solo otro más de los mitos hispanistas”). La corona solo otorgaba permisos para “rescatar oro o fundar” a cambio del 20% de lo robado, a lo que llamaron con eufemismo “el quinto real”.
La historia hispanista nos ha hecho suponer que Cortés era un “capitán”, que traía un ejército con soldados, mandos, uniformes, insignias, banderas y que dependía de la corona española, totalmente falso. Los viajes de Colón, como todas las expediciones españolas fueron financiados por inversionistas. La conquista de América fue una EMPRESA PRIVADA, la colonización en cambio fue un acto imperial.
Eran un conjunto de inversionistas y una padilla de aventureros que no eran militares, no venían enviados por la corona, solo tres sabían leer y escribir. Lo único que los “uniformaba” era su codicia, ser ladrones y asesinos, además de estar permanentemente en luchas internas por el poder y el despojo de lo robado. A tal punto, que en su momento trataron de matar a Cortés, quien tuvo que traer una “guardia personal” para protegerlo de sus propios compinches.

Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. No se puede salir del calabozo de la colonización, con las ideas y valores de los carceleros. Descolonizar es dignificas.

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