2. Después de la invasión, abrazar la nueva cultura y religión. Aceptando las nuevas leyes, autoridades e instituciones, olvidando la práctica comunitaria, familiar y personal de las bases culturales de la Toltecáyotl.
Asesorado eficientemente por Malinche, quien fue una mujer preparada y muy ambiciosa, Hernán Cortés se asume y se presenta como el “capitán de Quetzalcóatl”, diciendo que había sido enviado del otro lado del mar por Quetzalcóatl, (a quien asocia perversamente con el rey de España), para rectificar las desviaciones filosóficas-religiosas que había implantado Tlacaélel. Que Quetzalcóatl tenía un poderoso reinado del otro lado del mar, por dónde se había ido y que estaba preocupado por lo que sucedía en el Anáhuac.
Como el año de 1519 era en el calendario del Anáhuac la fatídica fecha de la profecía del regreso de Quetzalcóatl y como, desde las costas del Golfo se tenía seguimiento de los avistamientos de las dos expediciones anteriores, la de Francisco Hernández de Córdoba en 1517 y la de Juan de Grijalva en 1518, la Triple Alianza estaba al tanto de las aproximaciones de los europeos y estaba preocupada por el cumplimiento de la profecía, en tanto, se sabía transgresores del legado filosófico-religioso-cultural de la Toltecáyotl.
Cortés logra urdir su trama de engaños a través de la valiosa información que le proporcionó Malinche (Malinalli Tenépatl), quien fue entregada por el tlatoani de Tabscoob (Tabasco) ante su derrota en Centla con los españoles. Malinche tenía como lengua Madre el náhuatl y aprendió la lengua maya cuando fue parte de un botín de guerra entre los derrotados nahuas de Xicalango y los vencedores mayas de Potonchán.
Malinche sabía hablar náhuatl y maya, y se comunicaba en esta última lengua con Gerónimo de Aguilar, quien naufragó en 1511 en las costas de Quintana Roo y vivó entre los mayas de Chetumal hasta 1519 –en que fue rescatado por la gente de Cortés-, donde aprendió a hablar la lengua maya. Esta serie de “circunstancias favorables” para armar y recrear las mentiras con las que Cortés pudo “penetrar” en los Altépetl nahuas del Altiplano Central, sin ser rechazado, como si lo hicieron los mayas que no transgredieron la Toltecáyotl, o ser combatido hasta el exterminio como les pasó a otros conquistadores en América, fue por la valiosa y estratégica información que Malinche les brindó a los invasores-conquistadores.
De modo que los aventureros y “rescatadores de oro” se asumieron con el líder de la expedición, como “los enviados de Quetzalcóatl”. En los “usos y costumbres” milenarios de la Toltecáyotl en el Cem Anáhuac, los enviados o embajadores eran tratados con mucho respeto y consideración, además de que “la palabra” era profundamente respetada. Cortés manejó hábilmente la información que Malinche le fue proporcionado, dado que inmediatamente Malinche aprendió la lengua castellana.
Al principio, los totonacas de Cempoala y después los nahuas de Tlaxcala se aliaron a los “enviados de Quetzalcóatl”, no solo porque fueran los enemigos de la Triple Alianza, sino fundamentalmente porque sabían de la transgresión filosófica-religiosa y la profecía del regreso de Quetzalcóatl.
Este punto es muy importante para entender “el momento histórico” que se vivía en el Anáhuac. No fue, como afirman los historiadores hispanistas y neocoloniales, que la conquista fue “un hecho de armas” europeas contra anahuacas, donde la pólvora, el caballo, el acero y el valor de los europeos, determinaron la victoria.
Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. No se puede salir del calabozo de la colonización, con las ideas y valores de los carceleros. Descolonizar es dignificas.