El verdadero comandante en jefe de todos los aliados anahuacas de Cortés fue Ixtlilxóchitl. Cortés no podía comandar los ejércitos porque no hablaba y no entendía la lengua y menos “los usos y costumbres” militares del Anáhuac. Ixtlilxóchitl ha sido “borrado” literalmente de la historia hispanista de la conquista, pero él fue el que lideró las batallas, convocó a los pueblos del Altiplano a sumarse a su causa y puso el ejemplo a los demás tlatoanis de convertirse a la fe cristiana. A tal punto que, amenazó de muerte a Yacotzin, su propia madre, porque ella no aceptaba bautizarse y españolizarse.
CÓMO ES QUE SUCEDIÓ
Luz y guillermo Marín 6
Moctezuma cabildea e impone a su sobrino (hijo también de Nezahualpilli y una hermana de Moctezuma).
Texcoco se divide y Ixtlilxóchitl entra en conflicto con Moctezuma y antes de que Cortés llegue a la Ciudad de Tenochtitlán se le presenta con trescientos mil guerreros para luchar en contra de Moctezuma.
Lo que sucedió en Texcoco entre Cortés, Ixtlilxóchitl, Yacotzin y los texcocanos, es un excelente ejemplo de lo que posteriormente se repetirá en todo el Cem Anáhuac. Ixtlilxóchitl se pone al servicio de Cortés y lo invita a Texcoco, lo agasaja con un banquete, le pide que lo bauticen y ordena que decenas de miles de texcocanos se bauticen y como su madre, quien había sido la esposa de Nezahualpilli, le respondió a su hijo “que debía de haber perdido el juicio, pues tan presto se había dejado vencer de unos pocos bárbaros como eran los cristianos”, la amenaza de muerte de no acceder.
El punto es que por ambición o por creer en que los extranjeros eran los enviados de Quetzalcóatl, los tlatoanis y los pueblos se empezaron a aliar a los invasores en contra de sus hermanos. La verdadera conquista del Cem Anáhuac comienza apenas el 13 de agosto de 1521 con la caída de Tenochtitlán y ha seguido sistemáticamente hasta nuestros días. Siempre con la ayuda a los extranjeros por parte de “los malinches” y las autoridades.
Abandonamos nuestra milenaria cultura por creer que el regreso de Quetzalcóatl se ha cumplido. Año tras año, siglo tras siglo, “el ala y la cola”, el pueblo, vive con la esperanza inconsciente del regreso de la Quetzalcóatl y su sabiduría La Toltecáyotl. Esta visión nos ha hecho creer una y otra vez en los sucesivos conquistadores disfrazados de iluminados redentores que han ido llegando a nuestras tierras. Desde la cristianización hasta la globalización, siempre ha sido lo mismo. Desde los misioneros hasta los inversionistas, la historia se repite por no conocerla y comprenderla.
3. Las autoridades surgidas del Estado Suyuano, ante la invasión y para mantener su poder ilegítimo se aliaron a los extranjeros invasores.
Ante el cisma religioso, filosófico y político que crean las mentiras de Cortés asumiéndose como el embajador de Quetzalcóatl y los temores de la Triple Alianza por las transgresiones hechas a La Toltecáyotl. Y dado que Cortés fue avanzando a través de las debilidades y rencillas de los pueblos del Altiplano, pero, sobre todo, que se presentó como embajador y no como conquistador. Las autoridades de la Triple Alianza, hasta la Matanza del Templo Mayor, siempre lo consideraron diplomático, y como tal, así lo trataron.
Al interior de las autoridades del Altiplano las contradicciones e indecisiones pululaban como el polen en primavera. Las altas autoridades civiles y religiosas de los Altépetl sabían que se había trasgredido La Toltecáyotl, tanto los aliados como los dominados por la Triple Alianza. Unos consideraban la posibilidad de enmendar el error y creían que, al hacerlo, Cortés y sus hombres regresarían por donde habían llegado. Esta idea fue la que finalmente venció en el Tlatócan.
Se ha querido pintar a Moctezuma como un hombre pusilánime y cobarde, totalmente falso. Era un valiente y experto guerrero ya que era seleccionado por sus mejores cualidades por el Tlatócan, no era un puesto que se heredaba. Pero también era devoto de la advocación filosófica religiosa de Quetzalcóatl. Pero, sobre todo, se le pone como “un rey europeo" que tomaba decisiones personales y no es cierto. Moctezuma “mandaba obedeciendo” al Tlatócan o Consejo Supremo de la Triple Alianza. Las decisiones se tomaban de manera colegiada. Y este es el punto.
Los errores con los invasores europeos desde que se bajaron de sus navíos fue el creerlos enviados de Quetzalcóatl, darles un trato de embajadores, obsequiarles, alimentarlos, avituallarlos y servirlos. Primero las autoridades de Cempoal, Tlaxcala y Texcoco, y después todos los demás, hasta nuestros días.
Se necesita “entender el momento histórico” y el periodo de decadencia cultural que se vivía en el Anáhuac. Los temores de la profecía, la incertidumbre de la verdad sobre Cortés, el desgaste del rito a Huitzilopochtli. Las atrocidades que aterraban y horrorizaban a los anahuacas a través de las matanzas, como la de la ciudad santa de Cholula, los brutales aperreamientos y la facilidad para asesinar.
Pero, sobre todo, el brutal choque humano de una cultura de la guerra, el robo, la mentira y el abuso, contra una cultura humanista y espiritual, -aunque en un periodo de decadencia, en especial la Triple Alianza-. Esto no se ha querido ver y comprender por los “mitos de conquista”. Pero los españoles venían con el sistema de “terrorismo de Estado” a través de horrorosas matanzas, herencia de la “Guerra de Reconquista” y de la Edad Media.
Pero lo más importante y decisivo, poco tomado en cuenta y dimensionado en toda su magnitud por los historiadores hispanistas, fue la indescriptible catástrofe que representó la viruela para las personas, las familias y los pueblos. En efecto, la enfermedad que trajeron al Cem Anáhuac los españoles resultó la primera guerra bacteriológica del planeta. La mortandad, la incapacidad para curarla y su total desconocimiento, de una civilización que manejó por siglos una eficiente ciencia médica, hicieron de la viruela la destrucción física y emocional de la sociedad. Se pensó que era un castigo divino por la transgresión a la enseñanza y religión de Quetzalcóatl.
Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. No se puede salir del calabozo de la colonización, con las ideas y valores de los carceleros. Descolonizar es dignificas.