El futuro es nuestro pasado.
En el plano personal, familiar y social, necesitamos empezar a revalorar nuestro pasado, para encontrar las pautas de nuestro futuro. Nuestro pasado personal, familiar y comunitario. Los Mercaderes, por más poderosos que se nos presenten, son en verdad muy débiles ante la conciencia, voluntad y espiritualidad de los pueblos. Bástenos estudiar la verdadera historia de la humanidad. Lo que nos está pasando hoy, no es nada nuevo (la dualidad siempre está en permanente movimiento, a la oscuridad viene la luz y a la luz la oscuridad). La diferencia es que hoy pretende ser global. Por ende, las respuestas y soluciones son de carácter global (la ley universal del péndulo).
El ser humano se sorprendería de las verdaderas potencialidades que tiene el Espíritu Humano. El ser humano es INCONMENSURABLE y eterno, el Mercader es limitado y efímero. El problema es que ellos nos han hecho creer que somos débiles e insuficientes. Los humanos poseemos la Luz y la verdad, los Mercaderes la oscuridad y la mentira.
La humanidad requiere urgentemente repensar la vida y el mundo. Reencontrar los Valores perennes, que guardan todos los pueblos del mundo, especialmente los más antiguos. Requerimos abrir los ojos, la mente y el corazón a la Luz.
Es indiscutible que estamos viviendo los estertores de una ideología que está en manos de un puñado de personas que manejan gran parte del plantea. Estas fuerzas desde el anonimato y las profundidades más oscuras de la irracionalidad están llegando a su fin. No es que antes del siglo XVI, no hayan existido la degradación humana del planeta, lo que sucede es que, por estar interconecto a los seres humanos por las recientes tecnologías, las agresiones al espíritu humano son de carácter global, las repercusiones al instante son conocidas en la mayor parte del planeta.
El final de Quinto Sol está llegando al Anahuac y al mundo entero. El modelo de la colonización europea, que hasta la fecha siguen ejerciendo los países de Europa, es decir, la ambición, el despojo, la explotación de seres humanos y sus recursos naturales, sea en Asia, África y en el Cem Anahuac, por su voracidad tan desmedida está forzando a un cambio de ideología y de formas de explotación y depredación que tienen los adoradores del becerro de oro, creado en el mundo la mayor depredación, no solo del planeta, sino en los corazones de los humanos.
Lo que está haciendo los sionistas de Israel al masacrar a los palestinos es la gota que derrama el vaso. El sionismo, como ideología es la que guía a la humanidad a su autodestrucción. No es posible creer en un sistema, cuando el uno por ciento de los habitantes del planeta tenga la mayor parte de la riqueza planetaria y el noventa y nueve vivan en la pobreza. Esto es el resultado de la toma del poder planetario por un puñado de ¿seres humanos?
El uno por ciento de los ricos del planeta, no buscan dinero, porque ya lo tienen. Su objetivo es crear esa oscura energía, que se genera a través del odio, el estrés, la envidia, la frustración, entre muchas otras actividades que degradan a los seres humanos y a sus pueblos.
Es aquí donde brota luminosa la energía y la sabiduría de más de diez mil años de una de la civilización Madre, más avanzada avanzadas de la historia de la humanidad. La Civilización del Anahuac, no está acabada, no es existente y ha perdido la fuerza y la sabiduría.
Esta es la responsabilidad del Anahuac, para todos los seres humanos del potenciar los valores y los principios que la conforman.
Se requiere hacer ingeniería inversa, investigar y retomar la sabiduría de la Toltecayotl, para encontrar la plenitud armónica y con ella, salir del laberinto de la desolación al aceptar nuestra condición de subalternos. No es tan solo una oportunidad de la humanidad para volver a ser dignos, sino lograr la planitud armónica, ha través de la aplicación práctica de vivir en equilibrio.
Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. No se puede salir del calabozo de la colonización, con los valores y principios Descolonizar es dignificar. Te agradecemos tú valioso apoyo para la difusión de este contenido cultura.
Guillermo Marín
Otoño del 2008
Yahuiche, Oaxaca