Pero en los últimos 232 años, se ha creado e impuesto una nueva forma de gobernar. La democracia es el medio por el cual, los dueños del dinero, controlan a los pueblos a través de sumisos empelados llamados políticos (no confundir con estadistas), quienes “gobiernan” a los pueblos a favor de los intereses de aquellos que les pagan. La política y los políticos se empezaron a formar por iniciativa de los Mercaderes, apenas a finales del siglo XVIII en Europa, a través de los enciclopedistas y las logias masónicas, que en general eran engrosadas por comerciantes, maestros artesanos y los incipientes profesionistas.
El concepto de: “el nuevo orden mundial, el nuevo mundo, el nuevo hombre y la nueva sociedad”, así como el “nuevo contrato social”, tiene que ver con el rompimiento de un antiquísimo orden social de carácter natural, que hacía énfasis en el desarrollo espiritual del ser humano y la sociedad. La dirigencia ya no estará a cargo de los más nobles, preparados y educados para gobernar y guiar al pueblo, sino de aquellos que tengan mayor poder económico y por consiguiente poder político.
“Los Mercaderes” han venido luchando, desde hace siglos, por cambiar el “ancestral orden natural de gobierno”, en el cual, por más riqueza que tenían, no poseían el gobierno ni el poder sobre la sociedad. Por el contrario, el comercio, la plusvalía, la usura y la explotación habían sido estrictamente controladas o rechazadas. Los “Mercaderes” representan la adoración del “Becerro de Oro”, la inclinación humana a los abismos de la oscuridad, la aberración y la estupidez. El comercio en general, en el mundo antiguo (Mesopotamia, Egipto, China, India, México y Perú) era considerado como una actividad menor y de poco prestigio social, y en algunos casos, era prohibida o estrictamente reglamentada, para impedir que un individuo o una asociación de individuos y sus “intereses individuales o actividades privadas” pudieran sobreponerse al bien común y al interés comunitario o del gobierno.
El “nuevo orden mundial”, pretende la erradicación del sentido espiritual de la vida, en el plano, personal, familiar y comunitario. Someter el interés común al interés individual. El bien común a la iniciativa privada. Ha impuesto el “culto a la materia” (extracción, explotación, producción, comercialización y consumo) a través de la explotación, transformación y dominio de la Naturaleza, y la enajenación y embrutecimiento de los seres humanos, las familias y los pueblos. Primero corrompió y destruyó las antiguas formas de gobierno en la salvaje y primitiva Europa medioeval, para después con “los barbaros del Norte” a sus órdenes, invadir, colonizar e imponer el culto al “Becerro de Oro” en todo el mundo.
La propuesta ideológica es la implantación de “La Libertad, la democracia y la Modernidad”, entendiendo por ello, a que el individuo no tenga límites y la destrucción de las antiguas formas de convivencia en las que estaban muy restringidos “los Mercaderes” y su culto al Becerro de Oro (modernidad vs. Tradición). El objetivo es crear una “sociedad sin límites”, sin restricciones, tradiciones, costumbres, en la que “los Mercaderes” puedan actuar con total y legal impunidad, sobre el ser humano, la familia, la comunidad y aún, sobre el gobierno. De esta manera, “el bien común y el interés público” sucumbieron ante “la iniciativa privada y el interés privado”. El Estado se diluye y el Mercado se expande y fortalece para dominar totalmente a la sociedad. En el nuevo orden, los Mercaderes serán los “salvadores” y pro-hombres de la sociedad. El Mercado y el lucro privado, estarán por encima de la sociedad y el Estado. Los capitales nacionales e internacionales actuarán libremente y nadie los podrá limitar y contener. Atrás de ellos están los poderosos gobiernos títeres, que defienden “los sagrados intereses” del culto al Becerro de Oro, con aterradoras armas y sofisticados ejércitos que pueden estar en cuestión de días amenazando a cualquier gobierno o pueblo que se atreva a atentar contra sus intereses globales de dominación económica y política.
Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. No se puede salir del calabozo de la colonización, con los valores y principios del carcelero. Descolonizar es dignificar. Te agradecemos tú valioso apoyo para la difusión de este contenido cultural
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La “globalización planetaria” se inició simbólicamente en 1492, cuando “los Mercaderes” usaron a los pueblos salvajes europeos, para invadir y sojuzgar al planeta. Con una impresionante maquinaria ideológica, religiosa y militar, los pueblos primitivos y guerreros de la península europea, emprendieron a sangre y fuego la construcción del Imperio del Mercado, desde hace cinco siglos. El culto al “Becerro de Oro” inspiró a los españoles, portugueses, ingleses, holandeses, franceses y alemanes a ir a colonizar, esclavizar, robar y depredar América, África y después Asia. Sí bien, el apetito expansionista e imperialista es tan antiguo como el ser humano, lo cierto es que en 1492 empezó a ser global por primera vez en la historia de la humanidad.
Con la creación del primer país en el mundo en 1776, “los Mercaderes” inician en Estados Unidos, no solo “un nuevo mundo”, sino una nueva realidad mundial, inauguran un nueva era. Seguirá después la corona francesa. Napoleón Bonaparte se convertirá en el primer esquirol que atacará al “viejo orden mundial” y el testaferro de los intereses de los Mercaderes. La misión de Napoleón fue la de derrocar los reinos y las monarquías europeas e imponer las repúblicas y a los políticos, la democracia, el Mercado e impulsará la Revolución Industrial. Primero de la península europea y después del mundo. Los ingleses continuarán la labor en África y Asia. Estados Unidos seguirá en el siglo XX con la tarea y pasará a un nivel más sofisticado e intangible de la destrucción del Viejo Orden. El sistema financiero, comercial, tecnológico y cultural que Estados Unidos exporta a todo el mundo, será el eslabón que cerrará la cadena de explotación global. En el siglo XX los medios masivos de difusión serán el arma más dañina para los indefensos seres humanos, que habiendo perdido sus ancestrales formas de gobierno y organización social, sus religiones, sus milenarias culturas y sus tradiciones y costumbres, quedarán totalmente indefensos ante “la avasalladora modernidad, el progreso, el consumo y el culto al Becerro de Oro”, que ha impuesto El Nuevo Orden Mundial.
¿Cómo éramos?
Lo que hoy es México, fue la cuna de la Civilización del Anáhuac con más de siete mil quinientos años de desarrollo humano endógeno, que en 1521 fue cercenado y negado, para imponer un sistema colonial de explotación durante tres siglos. En 1810 se inició una guerra civil entre españoles y criollos por el poder colonial, usando a los indígenas como carne de cañón, y en 1821 los criollos triunfadores crearon “su país” al que llamaron “México” e impusieron un sistema neocolonial.
A pesar de la conquista, colonización y neo colonización, la civilización indígena mantuvo en “la infraestructura social”, las bases, fundamento, valores y principios de la civilización invadida. “El México profundo”, del que habla Guillermo Bonfil, se mantuvo, no solo en los núcleos indígenas y campesinos, sino en las ciudades. Los valores y principios de carácter espiritual, comunitario y solidario, se mantenía vigentes en las llamadas “culturas populares” y en general, en la sociedad mexicana. Herencia espiritual no reconocida por el colonizador y la cultura dominante, pero sostenedora de la estructura cultural y social del país.
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