Cursos

Podcast

Canales Youtube

Visitantes

37,638,430

LA OTRA CARA DE HERNÁN CORTÉS 3/5 Luz y guillermo Marín

Hits:3053

LA OTRA CARA DE HERNÁN CORTÉS 3/5
<br>Luz y guillermo Marín
Unos y otros, todos los que trataron asuntos con Cortés fueron traicionados. Como Velásquez se enteró de la futura traición, mientras bordeaba las costas de la isla de puerto en puerto para invitar a más inversionistas a la expedición, ordenó su detención. Cortés tuvo que zarpar 15 días antes de la fecha establecida para evitar su captura. De modo que Cortés llegó a las costas del Anáhuac en calidad de prófugo de la ley de Cuba.

Ninguna expedición, comenzando con las de Colón, fueron financiadas por la corona de Castilla y más tarde, por las de España. Debe recordarse que el reino de España se constituye hasta 1516, después que los castellanos invadieron y conquistaron los reinos independientes de la península ibérica de 1492 a 1516. Matando a las noblezas autóctonas e imponiendo nobleza castellana, prohibieron las religiones y las lenguas autóctonas, así como el islam y el judaísmo e impusieron la religión católica, como una religión de Estado. Los crímenes de lesa humanidad que los invasores hicieron en el Anáhuac, primero lo hicieron en la península ibérica para crear el reino de España a sangre y fuego.

LA OTRA CARA DE HERNÁN CORTÉS 3/5
<br>Luz y guillermo Marín




De modo que las expediciones para ?rescatar oro?, es decir, robar, y posteriormente ?pacificar?, es decir, reprimir y sofocar, corrían por parte de inversionistas y aventureros que invertían capitales, barcos, armas y bastimentos, hasta sus propias personas.

Nunca llegaron en las expediciones ?soldados?, porque no existían ejércitos, con uniformes, rangos, armas reglamentarias, etc. Los ejércitos romanos o legiones, se perdieron en la Edad Media, y lo que existía en el siglo XV y XVI, eran los tercios, que eran agrupaciones de mercenarios unidos por un líder al que llamaban capitán. De modo que las expediciones que invadieron el Anáhuac, nunca fueron ejércitos y los llamados ?capitanes? eran nombrados porque eran representantes de los ?capitales? que se invertían para ?rescatar y pacificar? a los invadidos.

El capitán de las expediciones y sus mercenarios, recibían de la corona española ?un permiso? para rescatar oro con un porcentaje de lo robado como pago a la corona. Misma autorización que el Vaticano le había otorgado a los reinos de España y Portugal y que es conocido como Las Bulas Alejandrinas. Estos ?premisos? eran negociados con los inversionistas y filibusteros a través de los gobernadores. En las expediciones para rescatar oro, siempre iban acompañados por funcionarios de la corona que supervisaban que el veinte por ciento de lo robado, fuera entregado al tesoro real. A este porcentaje se le llamaba ?el quinto real?.

Por lo tanto, Velázquez otorgó la expedición a Cortés, con un alto porcentaje para el gobernador, más el veinte por ciento para la corona, por lo que hacía a la expedición para robar oro un mal negocio. Sin embargo, Cortés aceptó los abusivos términos, porque él, desde el principio planeaba traicionarlo, como así sucedió.

Sin embargo, en la expedición, en donde existían varios inversionistas amigos o parientes del gobernador Velázquez, empezaron a crear un clima de rebeldía a la autoridad de Cortés. Esta gente quería que la flota regresara a Cuba, para entregar a Cortés a la ley, y que el gobernador le nombrara a un nuevo capitán para que la expedición de saqueo estuviera en regla.

Las cosas estaban muy calientes y la rebelión era inevitable. Por esta razón, fondeando en Veracruz, Cortés ordenó a sus simpatizantes que, en la noche y a escondidas, barrenaran todas las naves, es decir, les hicieran perforaciones en el casco, para que se hundieran en la noche sin hacer ruido y sin que se dieran cuenta los futuros insurrectos que dormían en tierra. A la mañana siguiente amanecieron todas las naves hundidas, menos la mejor, en la que Cortés envió a Montejo a España, con un cargamento de oro y un escrito para la corona, que más tarde se recoge en la primera Carta de Relación, en las que, con mentiras, a cusa al gobernador de Cuba y propone entrar en trato directo con la corona.

Cortés con esto inicia la primera traición, de muchas que seguirán. Traiciona a su amigo íntimo, el gobernador de Cuba. Traiciona a los inversionistas de la isla y a la hora del repartimiento de lo robado, traicionará a muchos de sus hombres de la expedición. Por esta forma de actuar, en dos ocasiones en la expedición, Cortés sufrió atentados por sus propios hombres y siempre se mantuvo con una guardia personal para defenderlo. Cortés era odiado y temido por sus propios hombres. En el juicio de residencia se le acusó de haber mandado asesinar sin juicio, a uno de sus hombres llamado Pinelo, que trató de matarlo.


En el juicio de residencia, otros argos se le formularon: ?También, se le acusó de mandar a prisión a Guevara y Vergara, que repartió dinero del rey, y permitió la rebelión indígena de la ?Noche Triste?. Asimismo, se le imputaron otros cargos: realizar cabildos en su casa, ocultar provisiones reales, tomar veinticinco mil pesos de oro, asesinar y tomar como esclavos a muchos indios, atormentar a Cuauhtémoc, recibir regalos de los naturales.? J.L. Martínez 1991

Los seudo historiadores hispanistas mienten al decir que Cortés, en un acto de valentía ?quemó sus naves?, falso, hundió las naves para que no lo llevaran preso a Cuba. Que fundó ?el primer municipio?, como una acción civilizadora, falso. Fundó un supuesto municipio títere, con sus incondicionales, para ?renunciar? a la expedición de Cuba, y crear una ?nueva? expedición, deslindándose legalmente de la ley de Cuba, donde era un prófugo.

La promiscuidad y la violación de mujeres fue una de sus grandes ?debilidades?. Comenzando con la dama de compañía de María de Cuellar, la prometida del gobernador de Cuba, Catalina Juárez o Suárez. Cortés la embarazó y no quiso casarse con ella, lo que motivo un pleito con Velázquez, quien era su protector, hasta que, presionado por el gobernador, se tuvo que casar con ella, y a la que, finalmente asesinó con sus propias manos en su casa de Coyoacán. Catalina y Hernán se odiaban, pero Catalina, además de gozar de los privilegios de ser la esposa legal del poderoso del Capitán General, se burlaba de Cortés en público. Y en una cena en su casa, delante de los invitados volvió a burlarse públicamente de Cortés, y esa noche, Cortés entró a su habitación y la estranguló. Este hecho apreció en el juicio de residencia, en dónde se entrevistaron a los sirvientes de la casa que, atestiguaron en contra del asesino.

Por su vida licenciosa y promiscua, Cortés contrajo sífilis y Diego Rivera lo retrata en los murales de Palacio Nacional, como un hombre con las características de un enfermo sifilítico, es decir, con los ojos sumidos, la nariz carcomida y las piernas deformes.

Educayotl AC. ?Educar para el futuro con la sabiduría del pasado?. Descolonizar es dignificar. No se puede salir del calabozo de la colonización con las ideas del carcelero. www.toltecayotl.org

Buscar