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AZTEQUISMO, CHAMANISMO Y MESIANISMO 3/6 Luz y Guillermo Marín

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AZTEQUISMO, CHAMANISMO Y MESIANISMO 3/6
<br>Luz y Guillermo Marín
Los criollos en el Siglo XVIII, especialmente con el ?padre de la ideología criolla?, Fráncico Javier Clavijero, iniciará formalmente el anhelo de Hernán Cortés y sus dos hijos, de hacer del Anáhuac, el reino de México, donde primero Cortés, después sus hijos, todos aquellos que intervinieron en la invasión y sus descendientes, querían recuperar para sí, lo que la corona ?injustamente? les había arrebatado. Esa es la esencia de la ideología criolla. Este territorio y sus ?naturales?, les pertenecen a los que propiciaron y mantuvieron la invasión. Los gachupines son para ellos, oportunistas que llegaron a ?la mesa puesta?, y desplazaron a los esforzados invasores.

AZTEQUISMO, CHAMANISMO Y MESIANISMO 3/6
<br>Luz y Guillermo Marín

La ideología criolla hace suya esta tierra. Minimiza a sus habitantes originarios; si bien, les da la categoría humana y los hace ?ciudadanos de su país?, los mantiene permanente y sistemáticamente excluidos de la riqueza y las oportunidades. Les inculca que ?lo propio de esta tierra y lo original, es lo criollo?. El maíz criollo, la gallina criolla, el perro criollo. Lo criollo es la auténtico, original y genuino. Los invadidos son indios ?de la India?, son mexicanos de México-Tenochtitlán o sea mexicas, son ?pueblos originarios?, son y pueden ser cualquier cosa, menos anahuacas.

El crimen de lesa humanidad de quitarle al pueblo su memoria histórica y su identidad cultural ancestral, tiene como objetivo la dominación, a partir de someter al pueblo a la amnesia y con ella a la inconciencia. No saben en verdad quiénes son, no saben de dónde vienen, no saben a dónde están y a dónde van. Vivien permanentemente en un laberinto de la desolación. Con una baja autoestima, con desprecio de su raíz, con un rechazo a ser lo que son, a sentir lo que sienten, porque la presencia inconmensurable absoluta y total de la civilización del Anáhuac, a pesar de los cinco siglos de colonización, se mantiene viva en el día a día de los mal llamados mexicanos.

Los hijos de los hijos de una de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo. La que alcanzó el más alto nivel y calidad de vida para todo su pueblo. La que creo la más elaborada concepción del ser humano, la familia, la comunidad, la Madre Naturaleza y la mecánica celeste. La que inventó su alimento, la que desarrolló eficientemente la salud, la que creó el primer sistema de educación pública de la humanidad, la que inventó la democracia participativa más antigua y eficiente del planeta. La que ingenió antes que nadie el cero matemático, la calculadora, la medida exacta del tiempo con cinco medidas cósmicas. La que construyó más pirámides del mundo antiguo, la que le ha dado a la humanidad el chocolate y la vainilla. La que incursionó en los arcanos de la conciencia del ser energético y el mundo de campos de energía. Y, sin embargo, no saben quiénes fueron y cuáles fueron los logros de sus Viejos Abuelos. Ese pueblo despreciado y vejado, que ha aprendido a golpes a despreciar lo propio y a exaltar lo ajeno. A tratar de ser como su explotador, porque está imposibilitado de recordar quién es él. Porque ha sido condenado a perder la memoria y la identidad.

El Estado mexicano neocolonial de ideología criolla, ha sostenido la misma estrategia del periodo colonial, en cuanto a mantener al pueblo en la ignorancia de sí mismo. En 1990, Mario Vargas Llosa, en un celebre programa de televisión donde estaba Octavio Paz y Enrique Krause, trasmitido por televisa, dijo dos verdades sobre el sistema político mexicano que pesan hasta nuestros días. La primera es que México es una dictadura perfecta. La segunda, que esta dictadura, entre otras cosas, se ha logrado mantener a partir de que ha hecho de la historia prehispánica un instrumento de dominación. Este instrumento es la creación del mito del ?Gran Imperio Azteca?.

En efecto, todas las mentiras y fantasías que se han ido tejiendo sobre el último pueblo nómada, que bajó de los desiertos del Norte y que tuvo una existencia efímera y limitada del año 1325 al 1521 (196 años), y que, de ellos, solo tuvo un pequeño espacio de poder de 81 años, del 1440 al 1521, tienen como objetivo superior, desparecer de la memoria y la conciencia del pueblo del Anáhuac, diez mil años de desarrollo humano, de decenas de culturas ancestrales que tuvieron antes de la invasión, por lo menos tres mil años de creación y recreación de la sabiduría y el conocimiento, de una de las civilizaciones más antiguas de la humanidad.

Educayotl AC. ?Educar para el futuro con la sabiduría del pasado?. Descolonizar es dignificar. No se puede salir del calabozo de la colonización con las ideas del carcelero. www.toltecayotl.org

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