EL MEXICO IMAGINARIO CUMPLE 200 AÑOS Luz y guillermo Marín

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Nuestros Viejos Abuelos toltecas, aquellos que a través de siglos enteros lograron producir su maravilloso conocimiento llamado en lengua náhuatl, Toltecáyotl o toltequidad, que representa el legado más importante de nuestra civilización Madre, llamada Anahuac, y que, como sabemos, es una de las seis civilizaciones con origen autónomo más antiguas de la humanidad, al igual que China o la India.

La diferencia es que los pueblos de estas civilizaciones tienen activado su banco genético de información cultural, porque sus gobiernos apoyan la investigación, estudio y difusión en el pueblo de su identidad cultural ancestral. Por eso, ellos saben quiénes son, de dónde vienen, cuáles fueron los logros más preciados, cuál es su legado más importante y por tal, viven en la actualidad los valores, principios, actitudes y sentimientos, con los que sus milenarios antepasados lograron crear estas importantes formas de ver y entender el mundo y la vida. Viven muy orgullosos de ser quienes son.

En China el pueblo reconoce el nombre de su país en su milenario pasado, en México se desconoce el nombre del Anahuac, como el de nuestra civilización Madre. En China habla el idioma mandarín, en México hablamos el español. En China las familias más ricas y poderosas son chinas, en México son extranjeros avecindados, y los más pobres, son los llamados pueblos originarios, o sea, los anahuacas directos. En China el pueblo está orgulloso de su fenotipo, en México las personas no se aceptan morenas y con rasgos físicos de los anahuacas. En China los funcionarios más elevados son chinos, en México son hijos de extranjeros avecindados. En el México Imaginario, de manera institucional y en los más altos niveles del poder económico y cultural, se niega la existencia de la civilización del Anahuac y se desprecia las manifestaciones culturales del pueblo emanadas de la Matria, las cuales son reducidas a un folclor naif pintoresco y de culturas poco evolucionadas que nada tienen que ver con el México Imaginario moderno.

El milenario patrimonio cultural tangible de la civilización del Anahuac, especialmente el monumental, es usado de manera majadera y deshonesta por las instituciones responsables de su investigación, preservación y difusión, especialmente la SEP, el INAH, los centros de investigación y las universidades, que de manera colonizada usan este patrimonio como atractivo para el turismo. Estas instituciones que debería ser la punta de lanza de la descolonización, por el contrario, son las mentes más rancias y retrógradas las que defienden una inexistente hispanidad en el espíritu que hablará por su raza.
Nosotros los anahuacas, por desgracia estamos en una situación de ignorancia total de nosotros mismos. No sabemos cuáles son los verdaderos orígenes milenarios de nuestra civilización, no conocemos sus grandes logros y aportaciones al conocimiento mundial. Seguimos repitiendo las mentiras e infamias de las llamadas fuentes históricas, de los invasores de espada y crucifijo. No solo porque sufrimos una brutal agresión injustificada hace cinco siglos, en la que empezaron a llegar al Anahuac, gente feroz, violenta y ambiciosa a robar, explotar y asesinar. En 1521 inició un largo procesos de colonización, que implica la explotación de los seres humanos, a través de la destrucción de sus instituciones, leyes y autoridades, y la imposición a través de la violencia de un inhumano sistema de explotación de los pueblos y la depredación de los recursos naturales en favor de los invasores representados por la corona de España y el Vaticano.

El sistema colonial creó un sistema de castas, en donde los españoles nacidos en España llamados gachupines, ocupaban la parte más elevada del poder gubernamental, económico, político, religioso, educativo y cultural. En segundo lugar, estaban los criollos, que eran hijos de padres españoles pero que habían nacido en el Anahuac, lo que los ubicaba en el sistema de castas en el segundo lugar. Después venían los mestizos, es decir, hijos de mujeres indígenas abusadas por gachupines, criollos y mestizos. Después le seguían los esclavos negros que tenían un alto valor económico y, finalmente, estaban los anahuacas, que nunca han tenido algún valor.

El Virreinato de la Nueva España duró tres siglos. Cuando los criollos pretendieron desplazar del poder colonial a los gachupines y tomar el control del virreinato, porque los reyes de España estaban presos en París en manos de Napoléon. Así en 1810, un puñado de criollos ambiciosos y traidores iniciaron su lucha, al grito de Miguel Hidalgo de ?Es hora de matar gachupines, vivan los reyes de España?, prometiéndoles a los pueblos anahuacas que sí se sumaban a la lucha, al triunfo les devolverían sus tierras, la libertad y la justicia, tan largamente deseada.

Después de once años de una guerra fratricida, los criollos y los gachupines decidieron hacer las paces y crear un nuevo país al que llamaron México, en honor a los mexicas que sus antepasados habían derrotado. De esta manera en octubre de 1824, un puñado de españoles nacidos en España y un puñado de españoles nacidos en el Virreinato, crearon un país de ellos y solamente para ellos. Nace así El México Imaginario, porque desde hace 200 años nunca han tomado en cuenta a los pueblos y culturas ancestrales que han sido y siguen siendo mayoritarios.

Un criollo, José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix, se cambió el nombre y se puso el de Guadalupe Victoria para iniciar la ficción con una mentira. El México Imaginario de los criollos es un país de mentiras. De 1824 a nuestros días, los criollos han desgobernado esta fantasía inexistente de un país sin pueblo, en el que, en 1828, los criollos traicionan a los gachupines y los expulsan para quedarse con el poder. Hoy una mexicana descendiente de judíos y un mexicano descendiente de franceses se pelaron el poder, como hace dos siglos. En verdad, que nada ha cambiado, seguimos igual que al principio. Los criollos y los extranjeros avecindados son los dueños de este país. Ellos, los criollos, son dueños de la patria. Nosotros, los anahuacas, somos hijos de la Matria. La patria cumple doscientos años y la Matria diez mil años. Unos son imaginarios, y los otros somos verdaderos. Unos son de extranjía, los otros son del Anahuac.

En estos dos siglos los criollos se han caracterizado por ser: totalmente ineptos, sumamente corruptos y absolutamente corruptos. Para ellos México Imaginario, es y ha sido un negocio, una forma de enriquecerse, una hacienda a su disposición. Han vivido en la corrupción y en la traición. A partir de 1921, cuando se entregaron al mandato de E.U., empezaron a destruir la civilización ancestral del Anahuac a través de la SEP y sus profesores, que llegaron a las comunidades indígenas y campesinas en calidad misioneros a prohibir que los niños hablaran su lengua Madre, infectaron a las comunidades con el engaño de la modernidad y el progreso. En solo cien años, la SEP logró lo que los invasores no pudieron hacer en cuatro siglos de Colonia y Neocolonia.

En 1800, en el Virreinato el 85% de sus habitantes hablaban una lengua anahuaca. En 1900, en México el 75% de los habitantes hablaban una lengua Madre, en 2020, el INEGI afirma que el 6% de la población habla una lengua indígena. Esto quiere decir que los españoles no tenían como objetivo el exterminio, ni la destrucción de la civilización del Anahuac. Podemos decir, como lo afirma el historiador Carlos Gibson, que, por el contrario, utilizaban los recursos de la civilización para vivir y enriquecerse. No ha sido el caso de los criollos que, durante el siglo XIX, estaban más enfocados a las luchas por el poder entre conservadores y liberales, que en implementar un epistemicidio, porque, hasta 1900, todavía tres cuartas partes de la población hablaban una lengua anahuaca, lo que indica que las culturas estaban vivas y vigentes, porque, hablar una lengua es vivir la cultura y los valores que representa. Pero a partir de que los gringos tomaron el control de país, con la creación de la SEP en 1921, inicia la desculturización y los anahuacas, para no sufrir la exclusión tendrán que abandonar, no solo sus lenguas ancestrales, sino sus formas de vida implícitas en esa cosmo y audiovisión, para disfrazarse de mestizos.

En dos siglos del México Imaginario, en esencia, nada ha cambiado. El Estado mexicano ha tratado torpemente de crear un país mono cultural y mono lingue, mono histórico y con una historia prehispánica prefabricada de 196 años con los mexicas y su México-Tenochtitlan. al presionar al pueblo anahuaca a que deje de hablar sus lenguas ancestrales, se modernice y acabe con la sabiduría ancestral que está depositada en las tradiciones, fiestas, usos y costumbres, para convertirse en un ciudadano moderno, sin memoria histórica e identidad cultural ancestral, en un ?mexican citizen?. Un ciudadano ignorante, vulnerable, apático, consumista, inseguro, pero, sobre todo, sin dignidad, feliz y contento de su papel de colonizado-colonizador.

Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. www.toltecayotl.org