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Desde la espesura de la Montaa

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Desde la espesura de la Montaa
Tlachinollan
9 octubre, 2017
De diferentes lugares de la repblica mexicana y de Cajamarca Per, llegaron a Malinaltepec autoridades y lderes comunitarios de los pueblos indgenas que estn en pie de lucha en defensa de sus territorios. Los das 7 y 8 de octubre se realiz el Encuentro Nacional contra el Modelo Extractivo Minero para compartir experiencias que desde las trincheras de la resistencia comunitaria libran los dueos de los reservorios sagrados, que le dan sustento a las poblaciones urbanas y las empresas que promueven megaproyectos depredadores. Esta lucha desigual la libran los pueblos que se defendieron desde que pelearon contra el coloniaje hace ya 525 aos.

Desde la espesura de la Montaa


La sabidura secular de las mujeres y hombres del fuego y de la lluvia es como la niebla que empapa con su roco a la montaa para darle vida y hacer crecer su follaje. Con esa destilacin del saber de los principales del pueblo, el comisariado de bienes ejidales de Zitlaltepec, en su saludo de bienvenida expres con elocuencia: ?como pueblos somos como la roca que no se quiebra, como la montaa que se mantiene infranqueable, como los grandes rboles cuyas races se alimentan de las aguas subterrneas.?

Juntos somos como la fuerza del viento y como las aguas de las cascadas. Nuestra palabra es luz como el relmpago y flecha punzante como el rayo que descarga su furia contra quienes mancillan a nuestra madre tierra. ?Esa madre que nos reclama defenderla an a costa de nuestras vidas?. a lo largo de los siglos hemos entendido que solos y separados somos como las hojas secas de los rboles, que cualquier viento se las lleva?. Por eso, estamos juntos como los ahuehuetes que le dan vida a la montaa.

Hace cinco aos decidimos trabajar juntos como lo hacemos en la parcela, trabajando parejo y sin descanso. En este trabajo no hay jerarquas ni privilegios, ms bien, todos estamos llamados a dar servicio, a ofrecer nuestro trabajo de manera gratuita y a obedecer lo que dice la mayora. En la asamblea todos tenemos voz y voto. A nadie se le impide participar porque es la mxima instancia donde analizamos nuestros pueblos y vemos que acciones son las que ms nos conviene hacer.

En estos aos los pueblos hemos tenido que enfrentar a los mismos funcionarios de las dependencias pblicas que se han encargado de legalizar el despojo de nuestros territorios. Primero empezaron con programas nuevos como el PROCEDE, luego nos condicionaron los apoyos del PROCAMPO y nos obligaron a parcelar nuestra tierra. En las mismas asambleas los visitadores de la Procuradura Agraria llegaban a dirigir las reuniones como si fueran las mximas autoridades. Su intencin fue relegar a nuestras autoridades, no les dan el lugar que nosotros les damos. Son ms bien los ingenieros, que por sus conocimientos tcnicos, quieren imponer otra forma de organizacin de nuestro ncleo agrario. Podemos decir que entraron a nuestras asambleas como si fuera su casa y queran servirse con la cuchara grande como si ellos fueran los dueos de nuestras tierras. Los funcionarios de la Procuradura Agraria, sin respetar nuestras normas, convocaban a reuniones para plantearnos algunos proyectos. Hablaban con el comisariado a solas para convencerlo de que autorizara para realizar algunos estudios del suelo para saber qu tipo de minerales tenamos. Tambin nos empezaron a explicar cmo podamos obtener recursos econmicos con el cuidado de nuestros bienes naturales. Se nos haca raro que ahora fueran a pagarnos por cuidar nuestra agua y nuestro bosque. Varios comisariados firmaron convenios hasta por 30 aos, sin saber que estaban dejando en manos de gente ajena al pueblo el futuro nuestro patrimonio.

Por todas esas trampas y formas engaosas de trabajar, nos juntamos y formamos el Consejo Regional de Autoridades Agrarias en Defensa del Territorio y contra la Minera. Fue en este espacio donde compartimos experiencias valiosas. Aqu abrimos nuestros ojos como pueblos, sobre todo nos dimos cuenta que el gobierno no nos respeta, que ignora la forma como tomamos decisiones. En este consejo lo que importa es la palabra de nuestras autoridades, es muy importante la opinin de quienes trabajamos el campo y defendemos la tierra. Nos asumimos como hombres y mujeres que tenemos cultura, que guardamos un gran respeto por la naturaleza, y que nuestros sistemas normativos estn orientados a proteger nuestros bienes naturales.

Nunca habamos experimentado una embestida tan grande por parte de las empresas mineras que cuentan con el respaldo del gobierno. Los empresarios no solo tienen la ley de su lado, tambin cuentan con el respaldo de todo el aparato de seguridad del gobierno. ltimamente hemos visto cmo se alan con los grupos de la delincuencia organizada. Con tal de que no les afecten en sus ganancias, pactan con ellos, les piden que se encargue de la seguridad de la mina. Lo hacen as para que la gente que no est conforme con la mina, viva atemorizada porque sabe que la delincuencia va a defender al empresario.

Vemos como los dueos del dinero y los seores del poder siguen conquistando nuestros territorios con el fin de saquear nuestros recursos minerales, forestales y acuferos, con el argumento falaz de que el desarrollo implica cambios en las leyes y en la manera de poseer nuestros territorios. El desarrollo es que los mantos acuferos se sobreexploten en beneficio de la mina; que los trabajadores acepten las condiciones laborales que impone la mina; que los daos ambientales y a la salud los pague la misma poblacin pobre, que no cuenta con posibilidades de demandar a la empresa y de obligar a que repare los daos.

En este encuentro nacional analizamos cmo los modelos extractivos mineros representan una de las polticas ms despiadadas que nos que aquejan porque se basan en el despojo progresivo de nuestros territorios; impulsan el saqueo y la destruccin de los bienes naturales. Atentan directamente contra la integralidad de la vida. Destruyen el tejido comunitario y las redes de solidaridad, promueven el individualismo y el consumismo de bienes superfluos. Desvirtan nuestra forma de convivir basada en la comunalidad. Amenazan y desmantelan nuestros procesos identitarios y culturales, que en consecuencia son totalmente contrarios y contradictorios con la falsa premisa del progreso y el desarrollo que nos imponen con este tipo de proyectos.

Estos das de intercambio y reflexin entre pueblos hermanos que estamos en resistencia contra los proyectos mineros, pudimos reconocer el monstruo del gran capital que es voraz y no respeta lmites territoriales ni fronteras nacionales. La destruccin es parte de su misma esencia porque para generar riqueza necesariamente tiene que extraerla destruyendo el hbitat. Camos en la cuenta que este problema es generalizado en Amrica Latina. La experiencia de Cajamarca, Per fue muy ilustrativa porque vimos cmo los mismos gobiernos y empresarios se alan para arremeter contra la poblacin que se organiza. Si lucha le fabrica delitos a sus lderes y si la gente se resiste se colude con la delincuencia para que se encargue de expulsarla de su propio espacio. Vimos cmo la pelcula del apocalipsis se repite en cada pueblo, lo que demuestra que enfrentamos a un sistema depredador que impone un modelo de extraccin basado en el engao y el desplazamiento forzado. El papel de los polticos es legalizar el despojo y utilizar a la polica y el ejrcito para ocupar los territorios y generar terror. La minera a cielo abierto que quiere venderse como la panacea del desarrollo en nuestro estado no es ms que la nueva versin del coloniaje que lleva en primera fila a los grandes emporios mineros para someter con dinero constante y sonante a gobiernos dbiles y corruptos, que en lugar de asumir la rectora del estado para garantizar los derechos bsicos de una poblacin empobrecida, declina su responsabilidad para que las empresas se erijan en los nuevos poderes fcticos que invaden territorios en nombre del progreso.

Queremos decir que como pueblos indgenas somos presente y futuro en nuestro continente, porque encarnamos el pasado con nuestra sabidura y nuestra experiencia, donde hemos demostrado que somos parte de una civilizacin esplendorosa que no puede ser negada ni pisoteada. Somos pueblos que no estamos contra la vida, por el contrario, somos portadores de la vida pero en colectivo, por eso la defendemos con todas nuestras fuerzas. Somos culturas que privilegiamos el bien de la colectividad y pugnamos por un mundo justo que tambin respete los derechos de nuestra madre tierra. Tenemos mucho que aportar para preservar nuestro ambiente y nuestro planeta. El calentamiento global nos afecta a todas y todos, incluso a todos aquellos que nos vienen a hacer dao.

Los dueos del dinero si son los profetas de la muerte y los forjadores del apocalipsis. Con el oro que extraen de las profundidades del subsuelo no regeneran la vida ni la naturaleza, por el contrario, la matan, la destruyen. El dinero no se come. Nosotros comemos de nuestro trabajo, con nuestras manos y con las bondades que nos da la tierra; sus rboles, sus ros, sus arroyos y sus montaas. La tierra nos da todo, es nuestro sustento y nuestro corazn.

En nuestra montaa no pasaran las mineras, porque hay pueblos con historia y dignidad. Porque en esta espesura habitan culturas que han sabido resistir los embates del gran capital, han logrado levantar el acero para gritar que la tierra no se vende, se ama y se defiende.

Centro de Derechos Humanos de la Montaa ?Tlachinollan?

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