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México y su Historia. Eventos a partir de 1824. Raúl Gutiérrez

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La mayoría de las interesantes notas en este papel, fueron encontradas en el Libro "México en 1827", escrito por H. G. Ward en su calidad de diplomático Inglés acreditado en México, a partir de 1825 y hasta 1827.

Las observaciones del Sr. Ward son extremadamente interesantes, por varios motivos, además de que nos presenta detalles de la historia, olvidados, omitidos, o no muy conocidos, presenta además la versión de los eventos de la época, vistos desde la óptica de un europeo, no muy amigo de España ni de Estados Unidos, que más bien persigue interese comerciales de Inglaterra de la época.

Posteriormente este papel incluye opiniones de otros autores extranjeros, de EUA, sobre el estado del país y sus observaciones, durante los siguientes 80 años,  que nos permite apreciar cómo se empieza a desarrollar la república y como se concreta la vida y sistema del México Actual y que cambios, si alguno,  se ha hecho desde entonces.

A saber:

Como se sabe, "la política de España era promover una rivalidad constante entre las diferentes clases de habitantes (Gachupines, Criollos, Mestizos, Indígenas, léperos, etc.) y de sus colonias, creando pequeños matices imaginarios de superioridad entre ellos, que impidió a cualquiera de los dos de tener un interés común...

…Durante mucho tiempo, por supuesto, tuvieron el efecto de mantener los diferentes mezclas de razas contrarias entre sí; cada uno tenía miedo de perder casta por una alianza con sus inferiores, mientras que el criollo blanco, orgulloso de la pureza de su sangre, veía al resto de sus compatriotas, con desprecio, muy similar al que tenía el español antiguo hacia él." 

"Prevalecía tanto este sentimiento en 1803, que Humboldt, un observador muy inteligente y filosófico, expresa sus temores que un gobierno criollo (si llegara a existir,) intentaría establecer una todavía más fuerte línea de demarcación entre ellos mismos y las castas, que las puestas por el gobierno, sin tener ningún interés en favorecer a ninguna y sólo dirigida a oprimir a todos". 

Esto desafortunadamente fue premonitorio y ha sido la historia del país independiente por los últimos 190 años.

En relación con la ley y jurisprudencia del país en este periodo (1825-1827) dice lo siguiente:

"La "Recopilación de las Leyes de las Indias", o la colección General de las leyes de Indias, es el nombre dado, en la jurisprudencia española, a esa masa heterogénea de estatutos…

…Estos estatutos, originalmente, no eran más que decretos sobre distintos temas, que emanan del rey o del Consejo de las Indias, a menudo contradictorios y generalmente inconexos entre sí, pero al fin juntos y publicados en cuatro volúmenes de folio. No hubo esfuerzos para clasificarlos por clase, o reducirlos a algo como sistema, estaban llenos de contradicciones muy evidentes; y, con cada nuevo caso se convertía en tema de un nuevo decreto, que, desde el momento de su publicación, tenía fuerza de ley, que es casi imposible concebir un caos más completo que la presentada por el código legislativo" 

 

"Desde el reinado de Carlos III los decretos no incluidos en la Recopilación, eran más numerosos que los contenidos: muchos de éstos, anulados por otros de una fecha ulterior; Así que, por fin, ni los abogados sabían qué decretos eran vigentes, cuales eran obsoletos, y cuales habían sido suspendidos, ya sea en su aplicación a las provincias particulares o a las colonias en general. Las consecuencias de esta confusión eran tan frecuentes discrepancias de órdenes reales, para hacerlas extremadamente difícil, incluso en los casos más claros, para evitar que el acusado se refugiara bajo la sanción de un decreto desfavorable a la parte agraviada; una circunstancia, que mucho promovió corromper el sistema de administración de justicia, que tanto ha deshonrado a la madre patria, y lo cual es casi imposible de

corregir, donde no hay verificación de publicidad, y donde, en la multiplicidad y la inconsistencia, de las propias leyes, el juez está seguro de encontrar una manera para las injusticias más flagrantes." 

"Tal es el contorno de ese poderoso tejido, por el cual la autoridad de España, en el nuevo mundo, por tanto tiempo aguanto. Sus defectos, en teoría, son de ninguna manera tan grandes como muchos han supuesto; el mal consistía en las "prácticas"; y en la aplicación del poder político entero de la corona para el mantenimiento de un sistema de leyes de ingresos, mediante el cual el interés de las colonias fue sacrificado enteramente por el de la madre patria." 

 

En relación con la situación política, condiciones del país, corrupción y monopolios, escribió lo siguiente:

 

"Todo caso de dadiva de la corona, desde el Virrey hasta el más bajo empleado de aduana, fue otorgado a un "europeo"; Tampoco hay una instancia, durante muchos años antes de la revolución, en la iglesia, el ejército o la ley, en el cual se abre la puerta de preferencia a un nativo.  Se convirtió en la querida política de España de diseminar, a través de sus dominios americanos, una clase de hombres, distintos de los nativos en sentimientos, hábitos e intereses; les enseñó a que se consideraran" 

 

"como un "casta" privilegiada y a considerar su propia existencia como íntimamente conectado con el sistema, de que eran el principal apoyo. A cambio de su supuesta devoción a la corona, todas las oficinas del gobierno eran suyas; y, por una escala regular de promoción, se elevaron en dignidad y rango, las oportunidades de enriquecerse aumentando en cada paso, hasta que se pudieron, por fin, a retirarse ricos a la península. Esta preferencia no se limitó solo a funcionarios del gobierno. Las superiores ventajas disfrutadas por europeos, les arrojó todo el comercio del país a sus manos, por el buen entendimiento que se permitieron cultivar con sus compatriotas en las casas de aduanas en la costa y la facilidad con la que obtuvieron las licencias del Virrey para la introducción de artículos prohibidos, hizo imposible la competencia.

 

Es difícil imaginar cualquier cosa más universal que la corrupción que reinaba en todo el departamento de ingresos de las colonias: los virreyes dieron un magnífico ejemplo, ambos en Perú y México, con un salario nominal de sólo 60,000 dólares, mantuvieron en todo el concurso de una corte y, tras distinguirse, por algunos años, por su magnificencia, como los representantes de la realeza, regresaron a su país natal con una fortuna de 1 millón y medio de dólares, la totalidad de los cuales, era notorio que deben haberse derivado de algún modo injusto de convertir las ventajas de su situación en beneficio." 

 

"Este sistema de dilapidación, comenzando con el jefe, se extendía a través de todas las ramas del gobierno; las oficinas inferiores pululaban asiduos y candidatos a preferencia, todos europeos y todos esperando, por sus medios más conocidos, para hacer una rápida fortuna. Que estas expectativas no fueron defraudadas, se puede desprender del hecho, que, bajo la administración del Príncipe de Paz, puestos de gobierno, "incluso sin un sueldo", tenían gran demanda y eran un camino seguro a la riqueza." 

 

"Puede haber pocas dudas, que el gobierno español fomentó esta antipatía mutua entre las dos clases más influyentes de sus súbditos, bajo el mismo principio que lo llevó a fomentar las distinciones de "casta", y "color", que he mencionado en la segunda sección de este libro. Esto era no es el caso, sin embargo, con los otros abusos que he tenido ocasión de enumerar: donde sus intereses financieros estaban en juego, donde la madre patria estaba muy atenta, pero entonces ella, con demasiada frecuencia, tomó un mal modo de hacer lo que tenía contemplado. En lugar de intentar una reforma, introduciendo en el sistema general cosas como simplicidad y uniformidad del plan, cada año sucesivo hizo la maquinaria aún más complicada. Cuando se descubrían abusos en cualquier oficina, se establecía una nueva oficina, como el único medio de corregirlo; así, se agregaba rueda sobre rueda y se hacía verificación sobre verificación, hasta que cualquier acción era totalmente obstaculizada, y la confusión llegó a ser tan grande, que nada podía remediarlo. México, la más importante de todas las colonias, remitía sólo seis millones de dólares anualmente a la península: el resto de un ingreso de veinte millones de dólares, fue consumido, ya fuera por los cargos de gobierno, que (incluyendo dilapidaciones) ascendieron a once millones, o, por remesas a otras colonias, (la Habana y las islas filipinas,) cuyos ingresos que no cubrían los gastos." 

 

"Bajo un sistema como el que he descrito, no debía esperarse que mucho pudiera hacerse para mejorar al pueblo, destinado a ser gobernado un sistema así. España sentía que su poder dependía en gran medida la ignorancia.—Mediante la difusión de bendiciones de educación entre sus súbditos, virtualmente, ella habría socavado su propia autoridad, y los hizo impacientes del yugo, cuya comparación lo habría hecho doblemente humillante. Ellos fueron, por lo tanto, enseñados a creer que el destino de toda la humanidad era igual al de ellos: o, mejor dicho, que eran eminentemente afortunados, de pertenecer a una monarquía superior tanto en poder y dignidad al resto del mundo. España era para ellos la reina de las Naciones: "hablar Cristiano", (hablar un lenguaje "Cristiano"), era el privilegio de aquellos por quienes utilizaban su dialecto; mientras que inglés y franceses, alemanes y norteamericanos, estaban todos implicados en una condenación indiscriminada, como judíos, herejes y no creyentes, con quien ningún buen católico podría interactuar sin contaminarse." 

 

"El monopolio comercial de Cádiz, por el contrario, tocaba a todos; y, desde el enorme precio que obtenían todos los artículos de productos europeos, le pegó más a los menos capaces de soportarlos. Como el insolente aire de superioridad que afectaba a los europeos, creó un grado de irritación, que solamente prudencia, medidas indulgentes y concesiones oportunas, por parte de la madre patria, podrían haber calmado; y (por desgracia) estas son palabras, que el vocabulario de España no reconoce." 

 

"El hecho fue, que, tal vez con la intención de hacer menos difícil mantener la totalidad de las importaciones y exportaciones bajo su control, nunca intentó aumentar el número de consumidores, solo se limitó a mejorar sus ingresos, limitando el suministro. Los lujos de la vida sólo podían ser obtenidos por los ricos: las clases bajas y medianas no podían aspirar a compartirlos;…" 

 

"Es con esta visión y no con cualquier deseo de colocar la conducta del gobierno español en una luz desfavorable, que les he introducido en este tema. Los errores de España han traído consigo su propio castigo…

No hacía falta ninguna buena ley en los folios del código de Indias; Pero la facilidad con que eran evadidos, y la constante impunidad de aquellos quienes los infringían, los hizo inútiles. ¿No debe sorprender entonces, que bajo tales circunstancias, se haya buscado un remedio en el cambio total de las instituciones, o que un sistema haya adoptado lo opuesto a lo que había prevalecido antes?" 

 

A partir de la vigencia de la Constitución de 1812 en españa y en relación con las causas de la guerra civil (independencia), en el segundo libro escribió lo siguiente:

 

"Vieron este curso no sólo como justificado por los sabios de la nación, pero admirado por el mundo y pronunciado por uno cuyo nombre había enseñado a respetar, (Don Gaspar Jŏvĕllānŏs,) "de ser el derecho innegable y estrictamente natural de cualquier nación, colocada en circunstancias similares a las de España.  Ellos aplicaron esta doctrina a sí mismos, y ya sea que no quisieron o no pudieron, entender la validez de un razonamiento, por el cual pudiera una misma medida, a la que se le permitió producir resultados de mucho beneficio en la península, ser considerada una traición absoluta en el lado opuesto del Atlántico." 

 

"Después de proclamar "una perfecta igualdad de derechos, entre los súbditos de la corona, americano y español" y declarando las provincias de Ultramar "como componentes de la monarquía y no colonias o fábricas, como los de otras naciones," -  la Junta Central dio lugar a la Regencia, que, deseosos de todavía más lejos conciliar a los criollos, por un decreto, con fecha 17 de mayo de 1810, concedió a ellos, bajo ciertas limitaciones, "libre comercio", durante la suspensión de la relación habitual con la madre patria. Este sabio decreto, el mejor antídoto posible, (como el autor de "El Español", muy justamente lo describe) contra un espíritu revolucionario en…" 

"Los colonos no se contentaban con palabras; pensaron y dijeron que cualquier cosa que no tuviera reformas concretas sería infructuosa; y que "las mejores leyes eran inútiles, mientras un capitán general pudiera afirmar, con impunidad, que en su gobierno no reconocía ninguna autoridad superior a la suya:  ellos, por lo tanto, consideraban la abolición de las oficinas, inseparablemente conectados, en sus mentes, con los abusos, cuya existencia fue admitida, como un primer paso hacia la mejora y este paso determinaron realizar ellos mismos, cuando encontraron que la madre patria había resuelto retener hasta el último atributo de su antiguo poder." 

 

"Ni la Constitución de 1812, ni el derrocamiento de esa Constitución en 1814, ni su restablecimiento en 1820, creo ninguna diferencia material en cuanto a la política Colonial de España:…" 

 

"Tampoco esto fue todo: los primeros movimientos de los insurgentes habían tenido éxito eminentemente; y, (como ya hemos visto,) con la excepción de México, un solo año había bastado para arrebatar, de manos de los europeos, la autoridad de la que tanto tiempo fueron los únicos depositarios. Pero éste fue el único punto sobre el cual cualquier tipo de unanimidad prevaleció entre los criollos. Con el poder en sus manos, que no supieron como disponer de este, que tan inesperadamente que habían adquirido, y se convirtió en la manzana de la discordia entre todos los que tenían las pretensiones a una parte de él. Eran totalmente inexpertos en la ciencia de gobernar, 

 

"y no había un buen modelo para seguir:  no es de sorprender, por lo tanto, que ellos deberían haberse enraizado en el severo despotismo bajo el cual fueron educados, las teorías más salvajes de la escuela francesa, ni que su ardor, en la causa de la libertad, que se han enfriado, en medio de los muchos males que trajo estas teorías sobre ellos.  Pronto aprendieron que la tiranía no era, como ingenuamente habían supuesto, una reliquia heredada de la familia de los reyes de España, pero que podría ejercerse, tan eficazmente, en nombre del pueblo soberano, por cualquier hombre, o conjunto de hombres, a los que se supone que la gente les ha delegado su autoridad; y, en su desesperación por no ser capaces de arreglar, de una vez, un equilibrio de poder, muchos casi habrían comprado tranquilidad, sometiéndose otra vez al yugo, al que el tiempo había prestado su sanción y dado respetabilidad." 

 

"Humboldt describe la irritación ocasionada entre las clases altas de los criollos en 1803, por la insignificancia política a la que estaban condenados; y de lo que él dice del "odio hinchado con el que veían a la madre patria y el desprecio tenían por sus recursos, alguna vez formidables", parece evidente que, incluso en ese período temprano, el germen de todo lo que pasó ya existía y sólo hacía falta una oportunidad favorable para iniciarlo. Aun así, en México como en otras partes, estos sentimientos se limitaban a un círculo relativamente pequeño; ya que el mismo observador inteligente añade, "que la gran mayoría de la gente era indiferentes a los derechos políticos y no era probable en absoluto que se uniera a cualquier esfuerzo para adquirirlos." 

 

"Pero aunque los mexicanos se sometieron por el momento a estas innovaciones, estaban lejos de verlas con indiferencia. El cambio moral que pocos meses se había producido era extraordinario; habían aprendido a pensar y a actuar; su viejo respeto por teniente del rey fue destruido…" 

 

"…la adopción del sistema Federal se encontrará que han sido productivas con muchos buenos efectos. Ha dado a México el beneficio de nuestra propia experiencia en la ciencia del gobierno, así como de la de los americanos y sustituyó a la vez buenos valores prácticos para la libertad del sujeto, en lugar de teorías vagas y discusiones todavía más vagas, sobre sus derechos abstractos.

La mayoría de los artículos de la Ley Federal son transcripciones de artículos correspondientes en la Constitución de los Estados Unidos. Sin embargo, hay una mezcla ocasional de la vieja levadura española, que se muestra más particularmente en el establecimiento de la fe católica y apostólica "para la…" 

 

"Es de lamentar que la no-introducción del juicio por jurado, la falta de publicidad en la administración de justicia y un poco más de tolerancia en materia religiosa, debe entorpecer este espíritu levantándose y verificar el progreso que debe hacerse." 

 

"… sino como en fideicomiso en beneficio de su país de adopción.  Aun así eran extranjeros,—eran una "casta privilegiada", sostuvieron, lo que tenían, en prejuicio y exclusión de los nativos; y estos eran ofensas que ninguna virtud podría redimir. Esto explica suficientemente el hecho de que muchos de los primeros líderes de la revolución después de haber sido clérigos: Hidalgo, Morelos, Matamoros y numerosas otras personas, que perecieron durante la guerra, eran todos "Curas", o sacerdotes de parroquia; y la facilidad con la cual ellos indujeron a las clases más bajas a seguir sus estandartes, en una época, cuando de cada veinte de sus adeptos, diecinueve no sabían nada de los derechos de la causa en la que estaban comprometidos, no es manera de probar las ventajas que la corona podría haber derivado de su apoyo, si se hubiera asegurado una oportuna participación en los honores de su profesión.

Lo que paso, es que se vieron obligados, como el resto de los criollos, a buscar en la independencia de su país el tener derecho de esos beneficios, de los cuales había sido tan privados; y aunque el intento fracasó en 1810, y casi fue suprimida la primera insurrección, (lo que puede denominarse la insurrección del clero), aun así, sin esta, nunca hubiera tenido lugar la del ejército en 1821, y México podría haber sido, hasta hoy, una provincia de España." 

 

"En México, ninguna de estas circunstancias favorables se produjo. La guerra de independencia, en vez de liberar a la gente del dominio de ese sistema ciego de superstición, que había sido el interés de los españoles, durante tres siglos, de mantener, tuvo más bien una tendencia contraria." 

 

"Los extranjeros se mantuvieron casi en su totalidad al margen de la contienda. La lucha era decididamente entre los mexicanos mismos; y, desafortunadamente, la misma parte de la comunidad, que, en lugar de compartir los sentimientos de hostilidad, que tenía el resto de sus compatriotas hacia España, fue inducido por el recuerdo de los privilegios que ellos habían tenido bajo el gobierno virreinal, para establecer leyes e instituciones de la vieja España, como el mejor modelo de imitación..." 

 

En cuanto a las condiciones de la república independiente y los primeros ministros de hacienda, hablando del estado, la corrupción e impunidad del sistema, se escribió lo siguiente:

 

"Nada puede ser más melancólico que la historia dada por los dos primeros ministros mexicanos de Hacienda, (Don Antonio Medina y Don Francisco Arillaga,) del estado al que los ingresos se redujeron en los años 1822 y 1823. En la confusión que siguió a la disolución del gobierno virreinal, los archivos gubernamentales fueron saqueados como el mejor modo de ocultar dilapidaciones previas; los administradores de los fondos de Obras Pías y los encargados de los depósitos judiciales, abandonaron el país con todo el dinero que pudieron asegurar: las provincias tomaron sus propios ingresos, de los cuales se negaron a dar cualquier cuenta; y los oficiales del gobierno, engordándose sobre la angustia pública, ya sea que no quisieron, o no pudieron, hacer las remesas más pequeñas." 

 

"En una defensa de su conducta ante el Congreso, (3 de septiembre de 1823,) el mismo Ministro (Medina) agregó: "que sus órdenes para recolectar los datos necesarios para la formación de un nuevo plan de finanzas, no había sido cumplido; y que él consideró extremadamente difícil de hacer cumplir la obediencia, porque su ejecución dependía de una multitud de hombres, algunos muy ignorantes para dar la información solicitada,—otros interesados en la supresión, con el fin de perpetuar los abusos; y todos llenos de ese letargo, a la que habían estado acostumbrados por la rutina del viejo sistema."

Esta declaración fue confirmada plenamente por el Sr. Arillaga, quien reemplazó a Medina, en el Ministerio, en 1823, y quien caracterizó como "espantosos los abusos que prevalecían en la administración de los ingresos; y afirmó, "que no había nada sino saqueo y corrupción en todas sus ramas." A fines de noviembre de 1823, añadió, en su informe de esa fecha, que "ni medidas ordinarias, ni amenazas, eran suficientes para despertar a los oficiales inferiores del gobierno de su apatía culpable: se debe recurrir a otros de carácter más grave." 

 

"Esta inteligente regulación puede ser considerada como el primer paso para la limpieza de ese Establo de Augeas,  en el que se habían acumulado los abusos de tres siglos. Simplificó todo el sistema de finanzas;…" 

"En algunos aspectos, estaba bien calificado…

…—ningún poder de apreciar los efectos que se producirán sobre los recursos internos del país por el cambio político que había experimentado; o de adaptar el nuevo sistema de financiación a las necesidad del tan diferente orden de cosas se calculó debía crear. No vio nada al principio sino un déficit, cuyo monto lo llenó de temores; y no descubrió ningún medio de evitar este déficit, sino por un retorno al viejo sistema de monopolios, altos impuestos y una estricta limitación del comercio." 

"Aquí, también, el monopolio ejerció su perniciosa influencia: tan pronto como los fabricantes nativos se convirtieron de importancia, cayeron en manos de capitalistas españoles, que los concentraron, tanto como fue posible, en las inmediaciones de la Capital, (en La Puebla y Qŭerētărŏ,) los lugares donde los habitantes del Interior, (donde se desalentaba todo establecimiento rival), se vieron obligados a comprar sus suministros de todos los artículos de consumo ordinario." 

 

En cuanto a la inversión extranjera y las condiciones de la industria de la república independiente se escribió lo siguiente:

 

"Las sumas gastadas ahora pueden aumentar el suministro de necesidades en el Interior y dar a los terratenientes, en las cercanías de los distritos mineros, los medios de obtener mercancías europeas, que no podían pagar de lo contrario; pero no tienen ninguna tendencia a producir un excedente de los artículos en el cual las exportaciones más valiosas de México es probable que sean en lo sucesivo que consisten en, la mayoría de los cuales (como azúcar, añil y café) requieren el empleo de un pequeño capital en su cultivo, antes que puedan elevar su importancia.

Este capital debe suministrar las minas; porque solo ellos pueden solucionar la deficiencia en el medio circulante de México, que ha comprobado tantos proyectos útiles y retardado, hasta ahora, el progreso, que de lo contrario podría haber hecho. 

En un país donde se ha obtenido tres por ciento mensual, por dinero en la capital, (y que, también, sobre la seguridad más innegable,) hay poco incentivo a los capitalistas a invertir sus fondos en especulaciones agrícolas. Por lo tanto, no es sorprendente que, en los últimos tres años, poco se haya hecho para convertir…" 

 

"El mal sólo puede ser corregido por la reforma de abusos, que obligan incluso a las casas más respetables a recurrir al contrabando, como el único medio de salvar sus propiedades de destrucción." 

 

"México será Feliz cuando el Congreso descubra que los intereses del gobierno, si son bien entendidos, no son sólo no incompatibles con los de los comerciantes establecidos, pero se identifican con ellos, que el comercio y los ingresos deben permanecer o caer juntos. Entonces, y luego entonces, México alcanzará esa condición que parece destinado a mantener en lo sucesivo entre las grandes comunidades del mundo; porque entonces y solo entonces, puede la capacidad maravillosa de su suelo y la no menos maravillosa abundancia de sus tesoros minerales, convertirse plenamente en resultados." 

 

"Todo se puede resolver en el deseo de independencia, que es el móvil principal. Esto, otra vez, puede dividirse en dos clases; Independencia de los españoles europeos e independencia del gobierno de la península. Supondremos que los criollos desean lo último, como se afirma en muchos de los periódicos del día, y, creo, por mayoría de la gente. Aun así, la gran y principal causa de sus intenciones criminales se encontrará en el estado de opresión que ha vivido durante muchos años. Esto los impulsó a aprovechar la primera oportunidad para sacudirse el yugo. Sin él, habrían reconocido al gobierno, aunque cómo ilegítimo, para cumplir con el resto de la nación. El mal gobierno ha sido la única causa de la insatisfacción de los americanos." 

 

"Las conmociones y disturbios que ahora han iniciado no cesarán hasta que se quiten los motivos de descontento. Sería actuar contra la naturaleza tratar de poner fin a los efectos, mientras que las causas que los producen necesariamente todavía existen."

 

¿Por qué no se remedia esto, cuando su Majestad puede hacerlo con sacrificios triviales, como hemos demostrado? ¿Es posible que el deseo de continuar considerando las Américas como colonias, aunque se haya suprimido el nombre, deberá prevalecer frente a la filantropía, la libertad y el conocimiento del Congreso Nacional? 

 

"11.—Su Majestad, al dar a España una Constitución, libre de su despotismo y anarquía. Tal fue el objeto de la libertad de prensa,—las elecciones y otras formas populares adoptadas en esa Constitución; y este objeto fue logrado en la península, porque el general los deseos de la gente estaban en armonía con los principios de justicia que la Constitución sancionada. Aquí, el resultado fue exactamente al revés, porque faltaban patriotismo y virtudes públicas; y porque, si la voluntad del pueblo, corrupto como es ahora, prevalece, la independencia del país se establecerá también, a favor de lo que la gran mayoría de los nativos sin duda está decidida." 

 

"(No es necesario seguir la exposición a través de los siguientes párrafos, en la cual la Audiencia intenta demostrar que una colonia no puede nunca cancelar su deuda de gratitud a la madre patria y que en México aquellos con quienes la primera idea de Independencia se originó, eran simples aventureros, que se embarcaron en la causa como el único modo de recuperar sus fortunas perdidas)." 

 

"33.—El proyecto es declarado en el periódico insurgente, titulado, El Ilustrador Nacional, publicado en Sultepec, el 18 de abril de 1812, en el que, refiriéndose al origen de la Guerra Civil, dice, "¿Qué podría América hacer con el fin de verificar el progreso de estos males, incluyendo la posibilidad de ver, por algunas intrigas o capricho de los mandarines españoles en esta hermosa parte de la monarquía, sometida al dominio de Francia?"—"Declarar su independencia fue su único recurso; y crear un Congreso Nacional, sabio, justo, desinteresado y calculado a inspirar a la gente con confianza en sus medidas:—este proyecto fue presentado al Virrey, Don José Iturrigaray, en condiciones tan razonables, como eran ventajosas a la península; Pero fue descubierto por algunos mal intencionados Gachupines,  que, en violación de todas las leyes y la justicia, previno la medida, tomando la persona del Virrey, y encarcelando a todos aquellos que habían estado al tanto de sus planes." 

 

"... Se recibió información, tanto de la conspiración de Valladolid y de las maquinaciones de Hidalgo, pero no se le dio atención y se le enseñó así a la gente, que, en México, podrían intentar cualquier cosa con impunidad, ya que,  fallaran o triunfaran, estaban seguros de ser perdonados. 

 

"55.—Los rebeldes nunca han deseado una constitución de España, aunque haya descendido del cielo: en cuanto a la independencia, repiten el término porque fue utilizado por Hidalgo, porque son sus discípulos;…

… saben, también, que las clases heterogéneas que constituyen la población de Nueva España, nunca podrán formar un gobierno regular. Su propio interés es su único motivo, como fue demostrado por Hidalgo, cuando huyó a los Estados Unidos con seis millones de dólares. 

 

"84.—El Pensador, igualmente audaz e ignorante, se aventuró a afirmar "que los virreyes aquí habían sido soberanos absolutos; que ninguna nación civilizada nunca había sido tan mal gobernado como esta; que los déspotas y mal gobierno fueron la verdadera causa de la insurrección y no el Cura Hidalgo; que el sistema español ha sido muy pernicioso; que había cerrado la puerta a preferencias a todos los nativos; y que solo se puede concluir un armisticio hasta que la justicia de sus reclamaciones pueda ser investigada.—Ver Nº 5, 6." 

"147.—Incluso donde la opinión general no es lo que sea, los hombres encontrarían interés en escribir papeles sediciosos,—sabiendo que serán bien recibidos y mejor pagados,—y al unirse a los insurgentes después, sabiendo que el Indulto les garantizará disfrutar todo lo que puedan saquean entre ellos." 

 

"188.—La Constitución previa que la elección de la gente en las elecciones debe determinarse por el amor de su país.  En lugar de esto, el amor por la independencia y la anarquía ha prevalecido; y por eso el Ayuntamiento se compone de criaturas viles, ya sea positivamente comprometidas con la rebelión, o al menos, no distinguida por cualquier pretensión de patriotismo." 

 

"232.—La suma de todo lo que se ha dicho aquí es que un error en la política y las desgracias de la madre patria, primero causó que la idea de independencia fuera concebida aquí: esta idea comenzó a desarrollarse en 1808,…

…—Que si la sabiduría de la primera regencia dio a México un virrey de un carácter muy diferente, ya no era tiempo de evitar una explosión, aunque dio consecuencias menos fatales:—Que, como una consecuencia necesaria, los rebeldes se vieron obligados a buscar la impunidad por sus crímenes en una revolución, cuya causa ha sido constantemente la ambición de unos pocos y de la inmoralidad de muchos:..." 

 

En relación con la guerra de independencia, Brantz Mayer, 17 años más tarde, escribió en 1843:

 

 “Es en este período que, en realidad, comienza la parte de la historia mexicana, a la cual es nuestro principal interés abordar. La guerra de independencia, como hemos visto, fue una guerra de escape. No estableció ningún principio—no estableció ningún sistema. Y cuando todo el viejo orden de cosas había desaparecido, se hizo la pregunta de cuál debería ser el Gobierno en adelante. La independencia había abierto el resto del mundo a la inspección de los mexicanos. Contemplaban progreso del arte, civilización y libertad entre sus vecinos inmediatos en el norte, y decidieron adoptar nuestro sistema. 

 

“Debe recordarse que cuando México arrojó el yugo español, fue al principio más para deshacerse de sus gobernantes que de su sistema;—más para derrocar la tiranía ''extranjera'' y sometimiento colonial, que para establecer una República. El Plan de Iguala original, al que se adhirió Iturbide, propuso ofrecer la corona mexicana a Fernando, como una soberanía separada de España.”  

 

17 años más tarde en 1870, Albert  S. Evans. En su libro "Nuestra república hermana", donde relata la visita del ex ministro de estado de Abraham Lincoln, W. Seward, a Benito Juárez, escribe sobre la situación del país y confirma que en 1870, a 50 años de la independencia, la situación no ha cambiado:

 

“Este juego ha sido jugado una y otra vez, año tras año, con costo a cada administración, legítima o no, que ha ocupado el poder en el momento. No debe ser sorpresa que los ricos se hacen más ricos, y los pobres más pobres, año por año, bajo tal estado de cosas.”  

 

Años después, Fanny Chambers Gooch Iglehart, en 1887 escribió el libro "Face to Face with the Mexicans", se observa lo siguiente:

“Los asuntos mexicanos han sido severamente criticados por muchos escritores; y se urgen objeciones de todo tipo. Se encontrará, sin embargo, que no hay ni justicia en declaraciones hechas, ni mucho menos muestras de estudios profundos de las causas.

 

Entre las principales quejas están: (i) la inestabilidad del gobierno mexicano y la propensión del pueblo a la revolución. (2) Problemas con la frontera entre México y Texas. (3) No desarrollo del pueblo mexicano. (4) Falta de leyes internas sanas conducentes a la felicidad de todas las clases.

 

La historia muestra que el Gobierno de México ha sido inestable; y que el hermoso país ha, hasta hace una década más o menos, sido la escena de la opresión y las luchas, desde el día cuando Hernando Cortez desplegó la bandera española por primera vez y quemó sus naves en las costas.” 

 

En 1900, W. Henry Bishop, por su parte, escribe lo siguiente:

 

 “Parecería que la historia en México podría ser un estudio confuso; y así, de hecho, es. Ha habido cincuenta y cuatro Presidentes, un regidor y un emperador, en cincuenta y seis años y un violento cambio de Gobierno con casi cada uno.” 

 

“Cierto, grandes números de la población son indios y muy pobres; pero quiero dar el ejemplo de Don Benito Juárez, el Libertador de su país de los franceses, un indio de la sangre más pura y para otros numerosos siempre accesible, para mostrar que no hay nada inherente en la raza en sí para evitar el más alto desarrollo con muchas oportunidades. Y si alguno supone que no les gusta viajar, permítanle inspeccionar simplemente los trenes de excursión donde los coches de tercera clase se suministran en grandes números.” 

 

Sobre una cena de estado con Santa Ana, escribe W. Bishop

 

 “El servicio de mesa fue tolerablemente bueno, aunque no hubo tal muestra de plata, porcelana o vidrio cortado, como vemos en cientos de mesas menos cortesanas en el norte; tampoco hubo ninguna "cuchara de oro" para que congresistas cavilaran. La cocina (francesa e inglesa) fue capital y los platos innumerables.  Los vinos y conversación tuvieron espíritu; y, de hecho, el entretenimiento todo fue muy agradable, excepto, que durante la comida ''seis ayudantes se pararon detrás del presidente''. Su posición era, me siento confiado, muy dolorosa, (al menos para todos los extranjeros;) y aunque no tuvieron actividades serviles, sin embargo, el acto fue poco elegante, no republicano, innecesario y de demasiado mal gusto.” 

 

Santa Ana celebrando en las ferias. Brantz Meyer

Aunque usted no lo crea…

 

 “Nos fuimos, a las 2 de las casas de apuestas para el Palenque.  El Presidente, el General Santa Anna y el General Bravo, con sus sequitos, ocupaban uno de los palcos del centro del teatro, mientras que el resto se llena con la belleza y la moda de México. Es la moda de las mujeres de familia y respetables asistir a estas fiestas, su gran objetivo a eclipsarse mutuamente en el esplendor y la variedad de sus prendas. El furor es tener un vestido para misa de 10, uno para el palenque, otro para el baile en el Calvario y un cuarto para el baile en la noche. ''¡Estos por supuesto deben ser diferentes cada día sucesivo del festival!''” 

... “A medida que esta marea de gente alegre se fue a casa, no pude evitar notar uno de estos desgraciados, que se lanzó realmente en el camino de la multitud regresando y ''rodó'' a en la carretera de tal manera que resultó imposible pasar sin pisarlo en o pasar él. Era el viejo mendigo aullador de la Alameda: patadas, golpes, tropiezos no lo beneficiaron para nada; aun así él rodó, y aun aulló.

 

¡Tal es el contraste presentado continuamente entre la enorme riqueza y la escuálida miseria en la República de México!” 

 

“Esto parece ser un hecho sorprendente en una República… Si suponemos que de 1,000,000 de ''blancos'' 500.000, o solo la mitad, son ''hombres'' y de que de ese medio millón, solo el 20 por ciento, o solo 100,000 pueden leer y escribir; no deberemos estar sorprendidos que una población de más de siete millones haya sido hasta ahora controlada por un puñado de hombres, o que, con los pequeños medios de mejora otorgados a los pocos que pueden leer, la naturaleza egoísta de las clases superiores, que ejercen las fuerzas físicas e intelectuales de la nación, han obligado a las masas a convertirse en poco más que esclavos de aquellos cuyo ingenio les da el talento de control.” 

 

“No puedo abstenerme de entrar un poco más en las preguntas y respuestas de la pequeña historia. De los generales galantes que lucharon tan por la independencia, Victoria fue el primer Presidente. Bravo se pronunció contra él y fue exiliado en América del Sur. Guerrero, derrotado como candidato a la sucesión por Pedraza, tomó las armas y lo tomó por la fuerza. Repelió, mientras gobernaba, un nuevo intento de los españoles por recuperar el país.” 

 

“Aun así, hay grandes abusos administrativos. El servicio civil es notoriamente corrupto. Las oportunidades para opresión mortificante están abiertas a los gobiernos, tanto federales y estatales y, más ominosos de problemas, no es posible la reparación por votación. La anomalía se presenta de una República en la que no hay ningún censo ni registro de votantes, sin escrutinio de las urnas salvo por el partido en el poder. Hay apenas un rayo de interés en la máquina política por el propio pueblo. El número de votos emitidos en las elecciones es lastimosamente pequeño, como hemos visto. No se considera útil votar. Las clases bajas no leen diarios, no tienen ningún orador público. No existe ninguna oposición organizada. La  oposición que hay es puramente personal. Todas las elecciones de gobierno son personales y no una cuestión de principios. El Gobierno --del centro que influye en los Estados y estos a su vez las comunidades-- sostiene y cuenta en los candidatos que le place. No existen datos para objetar ya nadie sabe el número real de votantes en un lugar determinado, ni sus nombres.” 

 

“Podré ser encontrado con fallas por algunas personas, tanto si como no, por severidad indebida. Es un César benéfico, después de todo, en comparación con épocas anteriores; él ha traído algo parecido a una edad de oro; no oprime a nadie, al menos, no a los extranjeros y da estímulos a cada empresa digna.

 

Que así sea; y probablemente no hay Gobierno más genial que un Cesarismo de tipo benéfico, bastante establecido. Pero está también lleno de peligros. Porfirio no hace nada para educar a la nación. "En efecto," uno de sus propios diarios le dice, "no es solo con ferrocarriles que una nación tan desorganizada como la nuestro puede reconstituirse; no solo la locomotora y el telégrafo nos puede hacer feliz. Allí debe emanar de las regiones de poder algo así como un impulso de obediencia a la ley y el respeto de las instituciones sobre el cual descansa el bienestar social y político del país."

 

No es probable que pronto haya graves perturbaciones. "Todos los buscadores tienen lugares," dicen algunos críticos de manera cínica "y no habrá más revoluciones. Sin embargo, un mejor dicho, es actual:

"un mal gobierno es preferible a una buena revolución". Hay un cansancio de los combates. El país parece saborear el lujo poco conocido de la paz con un gusto positivo.” 

 

“"Sus enemigos dicen que fue comprado," replicó el coronel, quien evidentemente no tenía gran amor por Porfirio. "No ha estado totalmente arriba de la corrupción en su tiempo. Hizo sumas fabulosas de la liquidación de los atrasos militares, por ejemplo. Pagó un millón de dólares para su magnífica hacienda en el estado de Oaxaca. ¿De dónde vino esto? Hay una gran debilidad entre nosotros para la corrupción oficial. Hay demasiados ejemplos de ello. Un moroso en un lugar alto es raramente castigado. Cuando vea un caso de ese tipo tratados con severidad, que voy a comenzar a concebir nuevas esperanzas".

"No nos anexarán con bayonetas," replicó; "nos anexarán con dólares”. Lo siento; lo sé. Sus grandes empresas comerciales insensiblemente tomarán lo vital de nuestro país, y seguirá el resto.” 

 

Los Negocios y el Dinero.

 

“Quizás se piensa que los trabajos de mejoramiento deban efectuarse íntegramente de afuera, el mexicano mismo permanece pasivo y permite que todo se haga para él. Esta visión es apoyada por la medida que el negocio del país ya está en manos de extranjeros. Los banqueros y los fabricantes son ingleses. Los alemanes controlan mercancías y "bienes de lujo."

 

Franceses e italianos tienen hoteles y restaurantes; los españoles los pequeños comestibles y tiendas de empeño y comercian los productos del país. Estos últimos tienen una reputación de estilo algo judío del ahorro. Son emprendedores como administradores de haciendas y a menudo se casan con las hijas de los propietarios y poseen ellos mismos por cuenta propia las propiedades a que fueron enviados a servir como agentes. Ya sea debido a esa rivalidad o no, es de señalar que en México hay pocos judíos. Finalmente, los norteamericanos construyen los ferrocarriles.

 

El mexicano es un comerciante minorista, un empleado, o, si es rico, toma sus ingresos de haciendas, las que en muchos casos nunca ve, y es donde hace su dinero. Estos son a gran escala. La parte principal de la tierra se compone de grandes haciendas, en donde los campesinos viven casi como sirvientes. Haciendas pequeñas apenas se conocen.” 

 

“Antes de adoptar, sin embargo, el punto de vista convencional que este estado de cosas es debido a la inferioridad de la raza o clima enervante, se deben ver otras consideraciones. En primer lugar es la condición revolucionaria del país, que hasta una fecha reciente sometía a ciudadanos que se atrevían a poner su propiedad más allá de su control inmediato a mil hechos vergonzosos de una u otra de las partes contendientes. Tales inmunidades y ventajas como hubo, fueron disfrutadas solo por extranjeros, bajo la protección de sus representantes diplomáticos.

De nuevo, ha habido peculiares desigualdades de fortuna, desde los viejos tiempos monárquicos españolas. Ha habido en un extremo de la sociedad una clase demasiado lamentable y en el otro, uno en circunstancias demasiado placenteras, para aspirar a mejorar, y la clase media ha sido de lenta formación. Las dificultades en viajes y la comunicación con partes extranjeras para la clase media, desde el seno del cual mana principalmente el éxito financiero, han sido de un tipo represivo.” 

 

Brantz Mayer hace una interesante serie de observaciones sobre la gente, sus condiciones y la vida en el país.

 

“En el transcurso de esta tarde pasamos por varios pueblos indios y vimos mucha gente trabajando en los campos por el lado de la carretera. Dos cosas me impactaron: primero, las casuchas miserables en que se alojan los indios, en comparación con las cuales una perrera decente en casa sería un hogar confortable; y segundo, el hecho de que este, aunque es sábado, no era día de reposo para estas personas que siempre trabajan, pero pobres y sin economía. Muchas de las criaturas miserables estaban ''¡bajo un techo de paja, puesto sobre la tierra con un agujero en un extremo para arrastrarse dentro''!

 

¿Cuál puede ser el beneficio de una forma republicana de Gobierno para masas de tal población? No tienen ninguna ambición para mejorar su condición, o en un país tan rico podría mejorar; están contentos de vivir y acostarse como bestias del campo; no tienen ninguna capacidad para autogobernarse, y no pueden tener ninguna ''esperanza'', cuando una vida tan dura no permite evitar tal miseria. ¿Es posible que estos hombres se conviertan en republicanos? Me parece que la vida de un negro, con un buen amo, en nuestro país, está mucho mejor que la degradación bestial de los indios aquí. Con nosotros, él es al menos un hombre; pero en México, aun los instintos de su naturaleza humana apenas se conservan.

 

Es cierto que estos hombres son ''libres'' y tienen incuestionable libertad, después de levantar su cosecha de frutas o verduras, para trotar con él cincuenta o sesenta millas, a pie al mercado, donde el producto de su trabajo es, en pocas horas, gastado, en la mesa de juegos de azar o la pulquería. Después de esto tienen la libertad, tan pronto son sobrios, a trotar nuevamente a sus perreras en las montañas, si antes no son ''lazados'' por algún Sargento de reclutamiento y obligados a ser "voluntarios" en el ejército. Pero ¿cuál es el valor de dicha libertad sin propósito o el valor de la vida de tan sin propósito? No hay un solo ingrediente de un espíritu noble y altivo de ''campesinos de montaña'' en ellos. Mezclados en sus razas, han sido esclavizados y degradados por la conquista; molidos a un servilismo abyecto durante el Gobierno Colonial; con espíritus corruptos por los ritos supersticiosos de un sacerdocio ignorante; y ahora, sin esperanza, sin educación, sin otro interés en su bienestar, que el algún cura de pueblo con buen corazón, arrastran una existencia miserable de bestialidad y delincuencia. ¿Se deberá esperar que estos hombres se autogobiernen?” 

 

“Los peones tienen poca inventiva pero suficiente talento imitativo talento y son excelentes trabajadores en molinos. Trabajan por veinticinco y treinta y siete centavos al día, y no tienen ningún sindicato ni huelgas. Hay pocas oportunidades aún para personas con pequeños medios. El Gobierno ha tomado primeros pasos rudimentarios hacia el fomento de la inmigración, y el camino está plagado de dificultades.” 

 

“Los soldados comunes son todos de sangre India… … Reciben treinta y siete y medio centavos por día en moneda.  De esto reciben doce y medio centavos diariamente y el resto en, o cerca del final del mes.  No reciben raciones, pero viven fácilmente con los doce y medio centavos. Ellos galopan hasta una tienda del lado de la carretera, y con tres centavos compra una docena de tortillas y un pedazo de queso de leche agria del país, que les sirve de almuerzo. Para desayuno, una mazorca de maíz cocida les sirve admirablemente, y para la cena algunos frijoles y tortillas son suficientes. El coronel Lomelí lleva un magnífico anillo de diamante y un reloj de oro, y monta espléndidamente, una silla adornada de plata poniendo en gran ventaja al fino caballo negro que monta.” 

 

Confirma que a 50 años de la independencia, la situación no ha cambiado. No debe ser sorpresa que los ricos se hacen más ricos, y los pobres más pobres, año por año, bajo tal estado de cosas. 

 

Continúa… “contra lo que, no tienen el valor de ofrecer la menor resistencia. Con todo el alarde, por lo tanto, las autoridades de México, que ningún hombre está en servidumbre dentro de sus límites, todavía creo que ninguna persona sincera puede inspeccionar la condición de estos obreros, sin dar la palma a nuestros negros,—y exclamando, indignado, a la esclavitud enmascarada que lleva a cabo de año a año, sin la menor perspectiva de mejorar el carácter o la condición de los indios miserables.

 

Si un hombre se hace ''esclavo por descendencia '', bajo las bien establecidas leyes de una nación por las cuales se reconoce la institución, siempre tiene un amo, cuyo deber es darle alimentos, ropajes y protección, en recompensa por su trabajo; y aunque moralistas pueden decir que la esclavitud es por naturaleza degradante, no aplasta el espíritu del negro, o siempre tiende a su degradación. Él es sobrio; se preocupa por su familia; siente las obligaciones de las relaciones sociales, incluso en su "barrio"; y es ambicioso del grado de respetabilidad que podrá adquirir entre sus compañeros esclavos. Su condición debe, por lo tanto, tanto física como intelectualmente, ser superior a la de los indios que se convierten en esclavos, a pesar de la ley, por el servilismo de su carácter y los vicios repugnantes que absorben sus ingresos, sin un cuidado para el confort de su familia, la educación de sus hijos, o incluso en el aspecto personal que presenta ante sus compañeros.

 

Cuando recordamos el grado de civilización que alcanzado por estas razas, antes de la conquista de México, es imposible creer que su degradación actual es estar solo atribuida a un clima enervante; tampoco puede México nunca reclamar una alta posición entre las Naciones, hasta que borre esta mancha de libertad hipócrita de las justa porciones de su territorio. Con la mejora del grupo y el carácter de sus indios, (que suman cerca de cuatro millones de los siete que componen su población), proseguirá el avance constante de la nación; pero hasta que esto ocurra, sus mejores admiradores solo pueden tener pocas esperanzas, para su progreso o incluso para su continuidad como nación.

 

El Señor Vargas, con verdadera hospitalidad mexicana, tuvo una excelente cena preparada para nosotros…” 

 

Independientemente de la deuda inglesa y estadounidense, los reclamos al Gobierno mexicano normalmente se han creado por medio de préstamos del tipo más usurero. Para ilustrar este sistema y para mostrar las enormes tasas a que prestamistas se esforzaron para asegurarse contra la pérdida por depreciación, se narran algunas transacciones que fueron parcialmente efectuados en 1841.

 

Con tal abandono derrochador de los recursos del país, seguido por una serie de años, en medio de la presión de guerra interna y reclamos extranjeros, es, de hecho, maravilloso que México haya sobrevivido por tanto tiempo a la ruina que debe inevitablemente seguir con una deuda de $84,000,000 y un gasto anual (tal como se verá en la siguiente” 

 

“Para resumirlo en una palabra, la República de México tiene dentro de su fronteras recursos de riqueza y comodidad ilimitada, y llegará el día en que—espero no muy lejano—será considerado, con razón, como el paraíso del mundo.” 

 

Nos enseñan a considerar esto como una época de regeneración en el Gobierno de México.” 

 

“La verdad es, que los males de México se mueven en un círculo vicioso, todos acelerándose mutuamente. Un estado alterado de la sociedad verificó producción e hizo necesario un gran ejército para mantener el orden. Un ejército mayor significa impuestos más pesados, mientras que disminuye la capacidad de ingreso. La dificultad de recaudar dinero induce al Gobierno a poner tornillos y utilizar excesiva parsimonia hacia los funcionarios públicos.

 

Esto conduce a corrupción oficial y contrabando que agotan por comercio al por mayor los ya escasos ingresos, estrangula la poca industria productiva que queda y enciende de nuevo el fuego de la revolución. En parte a través de estas causas y en parte por la tradición antigua de dominación española, México está maldito con el peor sistema de impuestos desorbitados, conocidos en tiempos modernos. Se aplican impuestos  no sólo en todas las costas y fronteras, pero en las fronteras de cada Estado y de nuevo en las puertas de cada pueblo y aldea. No se puede buscar prosperidad real hasta que esto se elimine, y un régimen fiscal iluminado se establezca en su lugar. ¿Pero en el ínterin, el país necesita  dinero, y cómo se hará esto? ¿Dónde se encontrará el punto de apoyo requerido mientras se realiza el cambio? Ciertamente no habrá ayuda a menos que venga de afuera. Ahora que la paz está asegurada, por qué no deberíamos hacer un servicio tan leve de nuestra parte y tan grande para su destinatario.” 

 

“…Las mujeres trabajan fiel y tranquilamente, pero con sombría y generalmente mirada sin esperanza. …Me han dicho que un número de estas chicas recientemente fue a California para mejorar su condición, y que sus cartas desde San Francisco, a sus amigos en Colima, han creado un deseo general entre sus hermanas operadoras a seguir sus pasos, y buscar un hogar en el estado dorado.”

 

¡Eureka! Aparentemente, el sueño americano ya existía.

 

Anexión de México

 

Usted leyó correctamente, había un plan de Estados Unidos para anexar a México. Probablemente no se concretó por el problema que implicaba darle ciudadanía y derechos a 8 millones de mexicanos.

 

“Unas pocas más revoluciones generales haría toda esperanza de establecer un gobierno permanente en México, por los mexicanos mismos, imposible, y los Estados Unidos podría ser impulsado, contra la voluntad de nuestro pueblo, a considerar, seriamente, la cuestión de intervención en alguna forma, para la protección común de los intereses de Estados Unidos contra los europeos, y republicanismo y contra monarquía. Se puede disfrazar como quieran, pero los Estados Unidos están en posición de Padrino de México, y somos moralmente responsables de su futuro.” 

 

No es nuestro interés absorber a México, ni invalidarlo, sino ayudarle en el establecimiento de un gobierno estable e independiente, y desarrollar sus recursos casi incalculables. Tenemos territorio suficiente, y no necesitamos codiciar campos abiertos de México. Pero debe haber un fin a la violencia y desorden en algún momento, y si todas nuestras esperanzas explotan—Dios no o quiera—y Juárez se ve obligado a dar paso a un serie de jefes militares irresponsables—que seguirían uno a otro en rápida sucesión y cada uno dejando al país más pobre y desamparado—el final es inevitable, y debemos prepararnos para mirar el asunto directamente a la cara.

 

Sé por observación personal—y siento decirlo—que hay un grupo grande de la población educada e inteligente nativa de México, que miran sin una partícula de confianza o rayo de esperanza, al presente y futuro, y ven la absorción por Estados Unidos como el menor de los males que les amenazan y, de hecho, algo inevitable.” 

 

“Los acreedores extranjeros de México, y muchos de los residentes nacidos en Europa, que alaban con placer la anexión de México, pacíficamente o por la fuerza, a los Estados Unidos, ya que les daría seguridad del pago final de sus reclamos, y la restauración del orden en el país. Pero mientras México se podría beneficiar—tengo mis dudas si sería inmediatamente, en la medida en gente de Estados Unidos generalmente supone—deberíamos estar obligados a aumentar en gran medida nuestro ejército, añadir inmensamente a nuestra deuda, y añadir un elemento no homogéneo—más de ocho millones de personas—con todos los derechos de ciudadanía, a la población de los Estados Unidos de América. ¿Podemos permitirnos hacer esto? ¿Deberíamos hacerlo?”  

“¿No deberá una nación que ha luchado tanto y bien por su independencia, y logrado tanto frente a tales obstáculos, tener una mano de ayuda de su vecino más favorecido y próspero si lo necesita?”  

 

Por su trascendencia en 1847 y hoy, repito este texto.

 

El diplomático estadounidense Brantz Mayer ve, pregunta, observa, y escribe:

 

“Así he hablado de algunas de las causas de la adversidad mexicana; quiero ir más lejos. ''Ha sido algo difícil hacer a los mexicanos creer que poseen alguna otra riqueza que dinero o minas''. Es difícil hacerles comprender que eran pobres, en medio de oro y plata, y que las Naciones más ricas eran Inglaterra y Holanda, la una sin una preciosa mina en su suelo, la otra redimida por la lavada del mar." 

 

Los gobernantes del Anáhuac

 

Como se sabe, en el territorio existe una arrebatinga por el poder, a partir de la independencia, observar los siguientes datos sobre los gobernantes del Anáhuac.

 

En el Anáhuac, específicamente en el Valle de México, hay registros de gobernantes desde Tozcuecuextli en 1223 hasta Cuauhtémoc en 1525, cubriendo un periodo de 344 años. En este periodo existen 16 gobernantes, con un promedio de 21.5 años de gobierno, pese a que Cuitláhuac gobierna solo dos meses y 18 días y Cuauhtémoc realmente gobierna muy poco durante cinco años, preso y hasta su muerte en 1525.

 

Durante el virreinato en la Nueva España, en los 301 años que duró, desde 1520 hasta 1821, hay 64 virreyes, con un promedio en el cargo de 4.7 años cada uno.

 

Continuamos con los gobiernos de la recién formada nueva república, hasta nuestros días, donde el número de gobernantes se incrementa radicalmente y la duración de los gobiernos se reduce drásticamente.

 

En la república independiente, desde el 28 de septiembre de 1821, hasta 2014, equivalente a 193 años, ha habido 93 gobernantes, entre emperadores (2), regentes (8), presidentes (81), un encargado y un usurpador.  Con una duración promedio de 2.05 años, aunque las duraciones fluctúan entre minutos (45 minutos de Pedro Lascuráin Paredes, el 19 de febrero de 1913 ), días y meses hasta décadas, como el caso de Porfirio Díaz, con 26 años, 5 meses y 24 días, en sus varias relecciones; Benito Juárez es el segundo en duración, con un total de 13 años, 5 meses y 3 días, (incluyendo el  periodo en que se ausenta durante los 3 años 10 meses de gobierno de Maximiliano).

 

Pero en este periodo aparecen las relecciones en el Anáhuac así como otras cosas interesantes, a saber:

 

En su historia, la republica se encuentra sin gobierno en 7 ocasiones totalizando 276 días.

 

En cuanto a relecciones, el primer gobernante de México independiente, Agustín de Iturbide, gobierna en 2 ocasiones con un total de 507 días, primero como regente e inmediatamente después como emperador.

 

•             Antonio López de Santa Anna se relige 11 veces y gobierna un total de 1,894 días

•             Valentín Gómez Farías se relige 5 veces y gobierna un total de 743 días.

•             Nicolás Bravo se relige 4 veces entre regente y presidente, y gobierna un total de 141 días.

•             Anastasio Bustamante se relige 3 veces, y gobierna un total de 2,462 días.

•             Porfirio Díaz, se relige 3 veces y gobierna un total de 10,719 días.

•             José Joaquín Herrera se relige 3 veces  y gobierna un total de 956 días.

•             Guadalupe Victoria gobierna 2 veces con un total de 1,890 días.

•             Venustiano Carranza gobierna 2 veces,  con un total de 2,108 días.

•             Juan Nepomuceno Álvarez Hurtado gobierna 2 veces con 138 días.

•             Manuel de la Peña y Peña gobierna 2 veces con 199 días.

•             Pedro María Anaya gobierna 2 veces con 103 días.

•             Y finalmente Valentín Canalizo gobierna 2 veces con 315 días.

 

Del total de gobernantes hay 60 militares, 18 abogados, 1 comerciante, 1 contador, 2 economistas, 2 realezas, 3 empresarios,  y 4 médicos.

 

Las consideraciones sobre este papel y la similitud de las características del sistema de gobierno de México, desde 1824 hasta la fecha, deberán ser hechas por el lector.

 

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Notas:

  Página 33- Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 34- Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 94- Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 95-Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 102-Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 103-Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 104-Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 103-Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 106-Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 112-Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 115-Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 120-Primer Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Ver "Defensa de la Junta Central, por Jovellanos," en el cual él asume, como su innegable segundo axioma, "Que un pueblo, viendo su existencia amenazada y sabiendo que los ministros de esa autoridad, que debe dirigir y defenderla, son intimidados o coaccionados, necesariamente es conducido a la legítima defensa y adquiere un extraordinario y legítimo derecho de insurrección" 7 de octubre de 1808.

  Es imposible insistir demasiado fuerte en el hecho de que todos los procedimientos de los independentistas americanos fueron solo una transcripción de los que han tenido lugar en la madre patria. Aplicaron a las Cortes, en un período posterior, los mismo principios que las Cortes aplicaron a Ferdinand VII; y se negaron a someterse a ese despotismo, en manos de una Asamblea popular, que la Asamblea lo admitió como intolerable, en las manos de un monarca.

  Ver proclamación, de Sevilla, 05 de junio de 1809;  y "Aviso" del 10 de enero de 1810. "Considerando los vastos y preciosos dominios la España posee en las Indias, no son, propiamente, Colonias o factorías, como los de otras naciones, sino una parte escticial, e integrante, de la Monarquía Española."

  N. del T. De la página web de la Real Academia Española: estricia. (De un der. del lat. strictus, apretado, estrecho). 1. f. ant. Extremo, estrecho, conflicto

  Página 130-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Ver observaciones de la Junta de Caracas, en la Circular anterior, de fecha 20 de mayo de 1810.

  Página 133-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 141-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 144-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  España era su único modelo y en ella se originaban la mayoría de los errores. La falta de principios fijos, la preferencia de teoría a la práctica, los hábitos dilatorios de aquellos en el poder en un momento y sus imprudentes pasos hacia reformas impracticables en otro,—todos son de la escuela española moderna, como son los discursos grandilocuentes a la gente, el estilo turgente que desfigura la mayoría de los documentos públicos de la revolución, la intolerancia y los celos a los extraños, que sólo ahora están empezando a desaparecer.

  Es melancólico reflejar en que tan pronto los americanos fueron iniciados en todo el canto de las revoluciones y aprendió a desconfiar de los términos hechizantes de patriotismo y felicidad pública, bajo la sanción de que fueron presos de la ambición privada, anarquía y angustia.

  Página 145-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 151-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 145-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 303-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 145-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Aludo más particularmente a la creación de hospitales, que parece haber sido general en todos los obispados, y a la construcción del magnífico acueducto de Valladolid, que era la obra de uno de los obispos de esa sede.

  Página 323-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 352-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 353-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 365-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 366-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  N del T. En la mitología griega Áugeas o Augías (en griego Αύγείᾶς, Augeías ‘brillante’) era un rey de Élide hijo del dios-Sol Helios y de Naupidame. Otras versiones atribuyen su paternidad a Poseidón, a su hijo Eleo y Eurícide o a Forbante e Hirmina. Tuvo como hijos a Epicaste, Fileo, Agameda, Agástenes y Éurito.

  Es mejor conocido por sus establos, que albergaban el mayor número de ganado en el país y nunca habían sido limpiados

  Página 369-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 370-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 442-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 453-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 463-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 475-Segundo Libro; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 488–Apéndice; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 489–Apéndice; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 490–Apéndice; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 493–Apéndice; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Malos, necios, ignorantes y atolondrados Gachupines.

  Página 494–Apéndice; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 495–Apéndice; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 498–Apéndice; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 499–Apéndice; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 500–Apéndice; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Otra vez debo observar, que es un cuerpo compuesto enteramente de españoles viejos que escribe y por consiguiente que las palabras "patriotismo y amor a su patria," significan amor a la península y no a México.

  Página 502–Apéndice; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  Página 504–Apéndice; México en 1827, por H. G. Ward. Diplomático Inglés en México, 1825, 1826, y 1827.

  México, como era y como es. Brantz Mayer. 1847 J. Winchester. Página 336, México, Segundo párrafo.

  México, como era y como es. Brantz Mayer. 1847 J. Winchester. Pagina 314. “Gran Bretaña está interfiriendo en la disputa entre México y Texas y busca o producir una paz o formar una alianza con la provincia que se rebeló, lo que extinguiría  la esclavitud y la plantación de algodón, o haría a México un comprador de las producciones de su descendencia, en detrimento de nuestra Unión.”

  Nuestra república hermana. Albert  S. Evans. 1870. Columbian Book Co. Hartford Conn. Página 94. LAS VICTIMAS DE LOS PRONUNCIADOS.

  Face to Face with the Mexicans, Fanny Chambers Gooch Iglehart. 1887, Fords, Howard, & Hulbert, New York. Página 576. FACE TO FACE WITH THE MEXICANS.

  México California y Arizona. William Henry Bishop. 1900. Harper & Brothers. New York. Página 134. XI. ALGUNOS RASGOS DE LA HISTORIA PECULIAR Y EL “WARWICK” MEXICANO. ANTIGUO MÉXICO Y SUS PROVINCIAS PÉRDIDAS.

  México California y Arizona. William Henry Bishop. 1900. Harper & Brothers. New York. Página 83. LOS FERROCARRILES TRABAJANDO.

  Este entretenimiento fue preparado por un célebre cocinero francés en México, que cobra la moderada suma de 65 dólares por cabeza para cuarenta personas, ''exclusivo'' de vinos.

  México, como era y como es. Brantz Mayer. 1847 J. Winchester. Página 74, MÉXICO, TERCER PÁRRAFO.

  México, como era y como es. Brantz Mayer. 1847 J. Winchester. Página 78, MÉXICO, CUARTO PÁRRAFO.

  México, como era y como es. Brantz Mayer. 1847 J. Winchester. Página 80, MÉXICO, ÚLTIMOS PÁRRAFOS.

  México, como era y como es. Brantz Mayer. 1847 J. Winchester. Página 301-302, POBLACIÓN Y EDUCACIÓN.

  México California y Arizona. William Henry Bishop. 1900. Harper & Brothers. New York. Página 137. ALGUNOS RASGOS DE LA HISTORIA PECULIAR.

  México California y Arizona. William Henry Bishop. 1900. Harper & Brothers. New York. Página 147. ALGUNOS RASGOS DE LA HISTORIA PECULIAR.

  México California y Arizona. William Henry Bishop. 1900. Harper & Brothers. New York. Página 146. ANTIGUO MÉXICO Y SUS PROVINCIAS PÉRDIDAS.

  México California y Arizona. William Henry Bishop. 1900. Harper & Brothers. New York. Página 276. ANTIGUO MÉXICO Y SUS PROVINCIAS PÉRDIDAS.

  México California y Arizona. William Henry Bishop. 1900. Harper & Brothers. New York. Página 96. ANTIGUO MÉXICO Y SUS PROVINCIAS PÉRDIDAS. VIIII. EL TEMA DE DINERO Y COMPRAS

  México California y Arizona. William Henry Bishop. 1900. Harper & Brothers. New York. Página 97. EL TEMA DE DINERO Y COMPRAS.

  México, como era y como es. Brantz Mayer. 1847 J. Winchester. Pagina 170. MÉXICO. TERCER PÁRRAFO.

  México California y Arizona. William Henry Bishop. 1900. Harper & Brothers. New York. Página 100. ANTIGUO MÉXICO Y SUS PROVINCIAS PÉRDIDAS.

  Nuestra república hermana. Albert  S. Evans. 1870. Columbian Book Co. Hartford Conn. Página 81. LA GUARDIA DE JALISCO EN LA MARCHA.

  Nuestra república hermana. Albert  S. Evans. 1870. Columbian Book Co. Hartford Conn. Página 94. LAS VICTIMAS DE LOS PRONUNCIADOS.

  México, como era y como es. Brantz Mayer. 1847 J. Winchester. Pagina 202. MÉXICO.

  México, como era y como es. Brantz Mayer. 1847 J. Winchester. Páginas 319 a 321.

  Nuestra república hermana. Albert  S. Evans. 1870. Columbian Book Co. Hartford Conn. Página 467. PLANTACIONES DE CAFÉ-RECURSOS DE MÉXICO.

  México, como era y como es. Brantz Mayer. 1847 J. Winchester. Página 349. CAUSAS DE ADVERSIDAD NACIONAL. ÚLTIMOS PÁRRAFOS.

  México California y Arizona. William Henry Bishop. 1900. Harper & Brothers. New York. Página 527. REVISITANDO MÉXICO.

  Nuestra república hermana. Albert  S. Evans. 1870. Columbian Book Co. Hartford Conn. Página 65. LOS ESTRAGOS DE LA GUERRA.

  Nuestra república hermana. Albert  S. Evans. 1870. Columbian Book Co. Hartford Conn. Página 403. RESPONSABILIDAD MORAL DE LOS ESTADOS UNIDOS.

  Nuestra república hermana. Albert  S. Evans. 1870. Columbian Book Co. Hartford Conn. Página 404. LOS AMIGOS DE LA ANEXIÓN.

  Nuestra república hermana. Albert  S. Evans. 1870. Columbian Book Co. Hartford Conn. Página 405. UN RUEGO POR MÉXICO.

  México, como era y como es. Embajador Brantz Mayer. 1847 J. Winchester. Pág. 349, segundo párrafo.

 

 

Tomado de:

Texto enviado a Toltecáyotl por el autor.

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