La civilización Madre abarcaba territorialmente desde lo que hoy es Nicaragua, hasta el Sur de Canadá, incluidas las Islas del Caribe. Siendo una civilización con muchas culturas diferentes en tiempo y espacio, todas estaban unidas por una matriz filosófico-cultural. Es decir, una misma episteme compartida pero expresada de formas variadas.
Esta unidad en la diversidad, es uno de los más elevados logros de evolución humana en el mundo y que caracteriza a la Civilización del Anáhuac hasta nuestros días.