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Comunidad, energía viva del pensamiento mixe. Floriberto Díaz.

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Voces Indígenas  Introducción

Desde hace años se han querido publicar los escritos de Floriberto Díaz Gómez; es un largo sueño hasta hoy logrado con el esfuerzo de varias personas. En este libro se encuentra la mayoría de esos escritos y es posible disfrutarlos gracias a la forma sencilla de abordar cada uno de los temas que se presentan.

 

En el pensamiento filosófico y político de Floriberto adquiere hoy más que nunca la relevancia y vigencia irrestricta dada la situación prevaleciente en todo territorio estatal y nacional. Hoy nos damos cuenta que la democracia que nos ofrecen los partidos políticos no satisface las aspiraciones de los mexicanos en general y en particular de los indígenas. Desde hace más de 20 años Floriberto aseveraba: “La democracia siempre nos tendrá una mayoría opresora y una minoría oprimida”. La prueba clara y contundente de esta afirmación la tenemos después de las elecciones federales del 2006 y por eso él consideraba que lo valioso de nuestras formas de elegir a nuestras autoridades y decidir los asuntos importantes de nuestras comunidades indígenas está en la constante búsqueda del consenso.

La falta de consensos tiene en estos momentos a nuestro estado de Oaxaca en el colapso social más violento de su historia, fenómeno que no es gratuito sino resultado del absoluto y eterno desprecio por mirar la realidad de una entidad federativa donde prevalecen por los menos 17 culturas y lenguas distintas, incluyendo a los mestizos; donde la mayoría de los distintos actores de este

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enorme problema que han cobrado más de 20 vidas tratan de explicar los fenómenos sociales desde Marx y Engels; donde los problemas se tienen que resolver con el enfoque de la lucha de clases, donde no se reconoce que las comunidades indígenas no tienen otra filosofía y otras explicaciones de su existencia.

Desde esta perspectiva, Floriberto Díaz ?uno de los principales defensores y analistas de la vida comunitaria? contribuye con su observación y propuesta a la dinamización de la realidad indígena, en tanto forma de organización social. Desde su experiencia como estudiante universitario, en trabajos como organizaciones civiles, y significativamente en su quehacer como comunero, en la medida de su reintegración a las prácticas de la organización comunitaria, fue vislumbrando y articulando lo que se definiría en su madurez intelectual como comunalidad.

En este análisis de la vida comunitaria como un sistema de organización social indígena se abordan elementos conceptuales de los principios que lo conforman. Conlleva un mensaje de autorreconocimiento de nuestras comunidades en tanto entidades dinámicas y no estáticas; de la búsqueda constante de mecanismos y estrategias que permitan reconfigurar las prácticas políticas y culturales para garantizar a las nuevas generaciones la continuidad y sobrevivencia en tanto pueblo indígena, revitalizando la armonía en la relación humano-pueblo, trabajo-tequio, vida-tierra; desde esta perspectiva tríadica, la composición de la vida colectiva adquiere sentido mediante el trabajo que transforma el entorno en una relación respetuosa de hijos de la Tierra, como nuestra Madre, en el que se recrea y organiza el pueblo, en el que se forman los sujetos con compromiso y responsabilidad comunitaria ejerciendo las funciones que les corresponden para retroalimentar y potenciar a la comunidad.

Con estos escritos comprenderemos el derecho a ejercitar la libre determinación para que una comunidad o un pueblo puedan repensar su destino, y cómo la comunalidad puede ser una opción para recomponer, reordenar el proyecto desde el ámbito comunitario, y poder vitalizar las formas políticas de la organización comunitaria desde una puesta en práctica en nuestras actividades cotidianas; da cuenta de la necesidad de un articulación justa entre la sociedad indígena y no indígena, fortaleciendo la convivencia social en un marco de pluralidad de culturas.

De esta forma conoceremos a un luchador que no pretendió solamente teorizar, ni muchos menos, desde lo abstracto, sino que ante todo fue interactuando como un miembro más de su comunidad natal Tlahuitoltepec. Desde allí vivenció su reflexión, lo que a su vez fue motivado desde procesos colectivos.

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Es pues la palabra de un intérprete bilingüe desde la lengua ayuujk al castellano, es la transcripción de la oralidad ayuujk al código de las grafemas de la literatura española, misma que se refuncionaliza de acuerdo con la necesidad de comunicación de las comunidades indígenas con el mundo.

Floriberto y la educación

El interés de Floriberto Díaz por la cultura y la educación indígena fue tan profundo que venía de las sabias y ancestrales enseñanzas de nuestros abuelos y abuelas. Sembró esta idea con tanto cariño y cuidado que hoy se cosechan con los frutos en las distintas iniciativas sobre estos temas, desde el interior de las comunidades mixes y de otras comunidades indígenas, así como desde las instituciones externas.

Refiriéndose a la imposición de la cultura occidental, Floriberto decía que “lo propio, lo íntimo llega a ser objetivo de vergüenza y hace que lo ajeno aparezca como el paraíso, finalmente inalcanzable”, pero él sabía y tenía tanta seguridad de que al menos en el pueblo mixe esta idea podía y debía revertirse, pues afirmaba que la mixe, “es una cultura enterrada bajo las cenizas, como los tizones que conservan el fuego para reavivarse al día siguiente” y esta sentencia se ha cumplido y se seguirá cumpliendo en los pueblos indígenas de México y de todo el mundo. Por ello, efectivamente tenemos un futuro con vida.

A fin de entender el universo, la madre tierra, la comunidad y el hombre mismo, para Floriberto era condición necesaria ubicarnos en nuestra realidad, a partir de nuestra filosofía, “tratar de asimilar” cualquier fenómeno pensando siempre como mixes. La educación no era la excepción, una verdadera educación para el pueblo mixe requería el uso de la cultura y de la lengua propias.

En su Guía para la alfabetización mixe, nos señala una serie de consideraciones que deben tomarse en cuenta para la enseñanza –aprendizaje a partir de la lengua materna, hecho que debe considerarse como una conquista y una responsabilidad interna. Un aspecto de esta Guía tiene que ver con “nuestra necesidad de ampliar nuestro sistema de comunicación”; el otro, se refiere “al proceso y los mecanismos de implementación del alfabeto mixe” y por último, para él deberían de tomarse en cuenta los “procedimientos para la alfabetización de los comuneros no escolarizados”.

Una propuesta muy importante y valiosa de Floriberto a partir de los resultados de la Primera Semana de Vida y Lengua Mixes, fue la de “escribir de una sola forma todas las variantes de nuestra lengua”. Para ello habría que

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“ponernos de acuerdo en un solo alfabeto”, lo cual representaba un enorme reto que quedó superado en parte en el año 2002, cuando en un Consejo Técnico de la Jefatura de Ayutla, con la presencia de asesores técnicos, supervisores escolares, secretarios generales y todo el personal de la Jefatura de Zonas de Supervisión de Ayutla Mixe, se decidió acoger dicho alfabeto.

A finales de la década de los setenta y principios de ochenta la política indigenista del Estado mexicano estaba en su apogeo y se aceptaba de la manera más natural. Pocos cuestionaban que la educación bilingüe bicultural para las comunidades indígenas se improvisara desde todos los niveles de gobierno incluso muy pocos entendían los fines y propósitos de este planteamiento educativo. Para colmo, mucho del personal que laboraba en esos centros educativos, al principio sólo contaba con la instrucción primaria. En el caso del Pueblo Mixe sin lugar a dudas a nivel estatal y nacional, quien empezó a hacer serios cuestionamientos a este subsistema educativo fue Florioberto Díaz Gómez. Él afirmaba que la educación bilingüe bicultural era un engaño que poco contribuía en la formación del alumno. Floriberto decía que para hacer realidad la educación indígena, era indispensable como se ha dicho en renglones anteriores, tener como eje articulador la lengua y la cultura ayuujk, con sus propios métodos de enseñanza, con su propia didáctica y que el personal debería tener una capacitación especializada, para lo cual dedicó muchos años de su vida. Con el tiempo, las palabras de nuestro hermano siguen vigentes y la política educativa gubernamental no ha variado mucho, sino que en muchos de los casos, los avances se deben de iniciativas propias de individuos y organizaciones comunitarias mixes.

Años después, con su dedicación sabia, con la paciencia y pasión necesarias, con su entrega personal y la animación de otros, la discusión sobre la actual educación intercultural bilingüe ha mejorado. Ahora contamos con un alfabeto mixe. También existen ahora escuelas donde se profesionaliza a maestros en educación indígena. A la par, muchos compañeros maestros, jóvenes estudiantes, amas de casa, comuneras y comuneros, niñas y niños hemos empezado a escribir y leer nuestra lengua mixe. Tenemos hoy día especialistas mixes en la materia, hablamos en cualquier parte y con orgullo nuestra lengua materna y caminamos erguidos por las calles sin que nos vean y nos sintamos nosotros mismos como si fuéramos sospechosos de algo.

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Floriberto y la lucha por los derechos indígenas

Con relación a los “derechos indígenas”, 30 años después de que se comenzara a plantear el tema en los foros Internacionales, en ocasión de la primera jornada sobre Derechos Indígenas organizada en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UABJO, el licenciado Daniel Castillo Martínez, catedrático de la facultad, cuestionaba: ¿Cómo es posible que un antropólogo venga hablarnos de derechos? El cuestionamiento, sin duda, carecía de sentido, pues a pesar de la alta presencia de los pueblos indígenas en nuestro estado de Oaxaca, las normas es instituciones jurídicas de las comunidades no merecían la más mínima reflexión de los juristas, eran y aún son tratados como simples “usos y costumbres”; fueron los antropólogos y fundamentalmente los propios indígenas quienes formularon los reclamos en planteamientos de derechos fundamentales.

En Oaxaca, Floriberto Díaz fue uno de los pioneros en la reflexión y construcción teórica de los “derechos fundamentales de los pueblos indígenas”. El esfuerzo no era una cosa menor pues implicaba ir contra los principios y definiciones del mundo jurídico, implicaba, como muchas veces lo señalaba Floriberto, “usar una lengua ajena (¡justamente aquella que nos han impuesto!) a la que hablamos en cada una de nuestras comunidades y pueblos. Y más aún, cuando nos proponemos analizar nuestras realidades por medio de conceptos moldeados por occidente y, por tanto, ajenos a nuestro pensamiento los cual los convierte en instrumentos imprecisos para una análisis adecuado”.

El Mérito era mucho mayor, pues la reflexión y construcción de “los derechos indígenas” iban acompañadas de todo un proceso que corría desde el ámbito comunitario hasta el internacional en una espiral de retroalimentación y complementariedad; muchos de nosotros fuimos testigos y participamos en este proceso en el que se reflexionaba y analizaban los conceptos de “territorio”, “libre determinación”, “sistemas jurídicos”, “cultura” y “pueblo” planteados en la teoría y en los instrumentos jurídicos internacionales, para luego intentar su análisis y complementación desde la realidad concreta de cada comunidad. El punto culminante del proceso fueron dos simposios indolatinoamericanos con esta temática, el primero realizado en octubre de 1993 en Santa María Tlahuitoltepec, mixe; el segundo tuvo lugar en octubre de 1995. La organización de ambos estuvo encabezada por Floriberto y Servicios del Pueblo Mixe, aunque el último se realizó un mes después del fallecimiento de Floriberto.

Desde la comunidad, muchos de estos conceptos parecían lejanos o ajenos, por eso Floriberto insistía que debíamos salir “de nuestra cotidiana pragmática en nuestras comunidades”, para “explicar la lógica de nuestros argumentos” de tal forma que “los no indígenas tengas más posibilidades de

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interesarse en comprender la esencia de los planteamientos”. Y éste fue el sentido que imprimió a las reflexiones que hoy se comparten.

El planteamiento de los “derechos indígenas”, ha estado envuelto en un conjunto de reacciones que van desde el simple rechazo hasta la advertencia de que se trata de un planteamiento que pretende dividir al país como ha sido el caso de la Autonomía. Muchos de estos aspectos se abordan en los escritos del capítulo correspondiente. Un primer cuestionamiento a los derechos indígenas ha sido que se contraponen a los derechos humanos, en este sentido, se dice, no son necesarios, y se debe hablar de los derechos humanos de los indígenas. Frente a este cuestionamiento Floriberto reflexiona en “La relación de los derechos humanos y los derechos indígenas” que es inaceptable el cuestionamiento, pues, por un lado, con esta expresión implícitamente se señala que los indígenas, con anterioridad no éramos considerados humanos, asimismo se reducen los derechos indígenas a prerrogativas individuales perdiendo el carácter colectivo con el que han sido planteados.

En otro apartado, Floriberto distingue los “derechos indígenas” del “derecho indígena”, en donde el primero es el todo y el segundo una de sus partes, y va mas allá; profundiza el tema del derecho indígena, desentraña los principios que rigen este sistema en las comunidades; lo que mas tarde se conociera bajo el principio de “mandar obedeciendo”, se desarrolla describiendo una idea y concepción distinta de la autoridad, cuya característica principal es el servicio fundado en la “autoridad moral” que se va adquiriendo dentro de la comunidad, la gratuidad en el desempeño, así como la búsqueda del equilibrio entre los miembros de la comunidad, el delincuente e incluso con la naturaleza. Se puede advertir de los planteamientos de Floriberto que, de ninguna manera son derechos que se contraponen, en la medida que los indígenas también gozamos de los derechos humanos, no obstante es necesario reconocer que éstos son insuficientes, e incluso su disfrute está condicionado al reconocimiento pleno de los derechos colectivos, no olvidemos que el artículo primero del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos reconoce que “el ejercicio de la libre determinación es un derecho humano para los pueblos, como condición sin la cual es imposible disfrutar de todos los demás derechos humanos reconocidos internacionalmente”.

En este sentido señalaba era indispensable que los propios indígenas utilizáramos los términos adecuados y nos familiarizáramos con sus contenidos. No deja de señalar que la terminología mas adecuada de ser “derecho indígena” o “sistemas normativos indígenas” y no “usos y costumbres” o “derecho consuetudinario”, pues éstos llevan implícita una carga de evidente discriminación. Lo mismo afirma al abordar la exigencia a ser reconocidos y tratados como

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“pueblos”. Este vocablo, señala a diferencia de los términos discriminatorios de “grupos indígenas”, “etnias” o “minorías”, es un concepto regulado en el sistema jurídico internacional que otorga derechos; además, reafirmaba que somos y hemos sido pueblos.

Sin temor, contribuyó al planteamiento de la libre determinación y el territorio como dos derechos torales y estrechamente ligados de los pueblos indígenas, el derecho a la libre determinación, decía, “está asociado directamente a los de territorio y pueblos. Una comunidad y pueblo indígenas sin derecho a la libre determinación seguirá siendo un pueblo sin posibilidades de definir su desarrollo y creatividad para enfrentar los desafíos actuales”. Respecto al territorio se oponía que fuera tratado como objeto de comercio o como bien de cambio, pensando que sus ocupantes, nuestros pueblos, son poseedores temporales “los pueblos indígenas no somos invasores ni estamos de paso por estas tierras y territorios; nosotros somos parte integrante de ellos y, por consiguiente, ¡somos Abya Yala!.

Como miembro activo de su comunidad, otro tema que le ocupó fue el relacionado con el sistema de elección de las autoridades municipales que más tarde mereció importantes reformas a la Constitución local y al Código de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales de Oaxaca. Floriberto planteó que el reconocimiento de este sistema electoral era una exigencia histórica a la par con la necesidad de contar con representantes propios en los congresos Estatal y Federal; en el primer caso, exponía la necesidad de reconocer en la ley una práctica ancestral de los pueblos, evitando la simulación y necesario anclaje de las comunidades en los partidos políticos; asimismo, describía los modos propios de elección en contraste con las exigencias legales; en el segundo aspecto puntualizaba que los representantes ante los congresos deben salir de una consenso de comunidades y no a propuesta de partidos políticos, lo que exigía un reclamo de modificar la legislación para hacer posible que una unión de comunidades pueda tenerla posibilidad de proponer candidatos y estar representados.

Para ilustrarnos este ir y venir de reflexiones en los distintos ámbitos del proceso, podemos encontrar la propuesta hecha al Foro sobre Realidad Indígena, Negra y Campesina de Oaxaca para abordar el tema de “Autonomía”, donde exigía reflexionar sobre las cosas que verdaderamente son propias de las comunidades, aquellas que les fueron impuestas y otras que han sido adoptadas por la comunidad, de modo tal que se contara con un diagnóstico claro de fortalezas y debilidades, evitando sobredimensionar unas u otras. En este mismo sentido, se inscribe el planteamiento de “hacer las puertas desde dentro”, frente a la reforma realizada por el presidente Carlos Salinas de Gortari al artículo 27 de la

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Constitucional, en la que se planteó aprovechar las ventanitas que esta reforma otorgaba a las comunidades para construir “estatutos comunales” que permitieran fortalecer la autonomía local y asegurar que la autonomía local y asegurar que las tierras y territorios siguieran siendo enajenables, inembargables e imprescriptibles.

Por ello, con mucho más sentido, afirma que los 5 conceptos fundamentales del “pueblo”, “autonomía”, “territorio”, “derecho indígena” y “cultura”, son los que más e acercan a nuestro sentir y a nuestra aspiración como indígenas integrantes de las colectividades.

Finalmente, es destacar que la actividad de Floriberto no se limitó a la reflexión sino que incluyó la denuncia y acompañamiento a los problemas concretos de las comunidades. En “El caciquismo y la violación de los derechos humanos del Pueblo Mixe” encontraremos una fuerte denuncia sobre los abusos de autoridades y caciques locales en la región mixe. En una larga lista de atropellos, sin temor proporciona fechas, nombres, comunidades que han sido objeto de abuso de los fuertes, de los poderosos, de los que tienen el dinero, entre ellos, empresas paraestatales que apoyadas por caciques locales permitieron la explotación con disfraz legal de los bosques de las comunidades, y a raíz de estos abusos la persecución de los pocos que se atrevieron a hacerles frente; la violación a las garantías individuales que siempre van unidas a las violaciones colectivas.

Las agresiones nos son casualidad ni ocasionales, son parte del problema estructural del Estado mexicano. Por ello, Floriberto nos decía que la base jurídica del Estado nacional violenta la vida y la organización comunitaria de los pueblos indígenas en general, y del Pueblo Mixe en particular. Muchas de estas denuncias siguen siendo actuales, ya que las comunidades indígenas siguen sufriendo, probablemente en igual grado, los atropellos del gobierno y de caciques locales.

Las palabras y acciones de Floriberto desataron las reflexiones y actividades de numerosos jóvenes indígenas desde hace veinte años, incluyendo su impacto en la vida de muchos compañeros de lucha aunque no fueran originarios de algún pueblo mesoamericano.

En el apartado de “Textos diversos”, Floriberto aborda tanto sus propias reflexiones, como propuestas y proyectos que ayudan a fortalecer la autonomía de las comunidades, que den respuesta a sus demandas y que fortalezcan la identidad indígena. Nos habla de la propuesta de creación de una instancia de defensa y promoción de los derechos indígenas, porque considera que existe un vacio; hace una crítica a las instancias del gobierno, como la Procuraduría de la Defensa del Indígena que se han creado para atender la problemática indígena y

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que sin embargo no han podido responder a las problemáticas y por ello es necesario que los propios pueblos hagan propuestas. Desde esos años plantea la problemática que existe en las comunidades por la intromisión de los partidos y de distintas sectas religiosas que han minado la comunidad, y por ello y ante la carencia de una labor sistemática de reflexión e investigación sobre los principios y normas comunitarias, es importante que haya una instancia propia que trabaje estos temas y permitan retroalimentar la vida comunitaria.

En el tema del campo cuestiona la política neoliberal que privilegia el discurso hacia lo individual y desarrollista occidental que está llevando al desmantelamiento del campo, y propone que el gobierno debe atender la agricultura tradicional que nos permita conservar nuestros propios productos, hace énfasis en que se debe de tomar en cuenta la especificidad indígena para establecer los programas del campo, ya que la concepción sobre la tierra es distinta.

La propuesta que hace de una nueva forma de concebir la delegación de gobierno para realmente tener una interrelación con las autoridades y comunidades, surge a partir de la propuesta que recibe del gobierno de aceptar ser delegado de gobierno en la zona mixe; sin embargo, al igual que otras propuestas que recibe de trabajar o coordinar otras instancias como la CNC o el INI, la rechaza, pues considera que su misión es trabajar de manera independiente. Podemos darnos cuenta hasta el momento las delegaciones de gobierno siguen tratando de subordinar a las autoridades a partir de las migajas de apoyo que reciben y cada día más estas instancias son cuestionadas.

En este apartado también nos habla de sus consideraciones sobre la celebración del quinto centenario, en donde resalta que los indios no tenemos nada que celebrar, salvo que celebremos la muerte de millones de indígenas; sin embargo, en sus dos escritos sobre este tema, recalca que esta fecha “nos permite recordar a los blancos que seguiremos siendo la parte roja de su conciencia” rescata que a pesar de los 500 años de la invasión española, seguimos siendo invadidos, pero de una forma más institucional a partir de cambios de políticas públicas, nuestras comunidades siguen siendo invadidas y privatizadas, mediante acciones encubiertas con expropiaciones legales.

En su artículo sobre el matriarcado en Tlahutoltepec, habla de la importante participación de las mujeres en la vida comunitaria, que los ancianos relatan que desde siempre han visto y recuerdan que las mujeres participan en las asambleas y otros ámbitos en donde se desenvuelven sin ningún problema. Esta forma de participación se ve menguada por el machismo, practicando abiertamente por la iglesia católica y que muchos hombres y mujeres también compartieron, de que

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las mujeres deben ser relegadas al ámbito doméstico, lo cual ha sido vano, pues las mujeres cada día van teniendo una participación muy importante y en muchos casos han demostrado mayor eficiencia en los cargos que se les han encomendado.

Floriberto nos comparte en sus “Autoreflexiones” la forma en que regresa a su comunidad, y cómo adquiere el compromiso de trabajar con su comunidad y con el Pueblo Mixe, y el reto que tenía para entender su propia realidad y el desafío de transformar esa represión y discriminación que existía. Su intención de hacer su tesis sobre la política autóctona, y que la describe como “Auto, de la misma, tona: tierra, es decir de la misma tierra. Política autóctona quería decir la política de los que viven de la tierra y en la tierra, la política de los propietarios reales de sus tierras”. Tratando de diferenciarla de la política partidista y que los contenidos versaban sobre tierra, cultura, educación, salud, religión, considera que a lo largo de 15 años esta tesis se ha ido elaborando desde la práctica cotidiana en su contacto con autoridades y organizaciones mixes y con otros pueblos indígenas del mundo.

La importancia de estas autoreflexiones que apenas logró iniciar y que principalmente hacía con el objetivo de que pudiesen servir a los jóvenes o a las nuevas generaciones, eran autoreflexiones encaminadas a hablar sobre todo el proceso personal, pero vinculado al proceso organizacional y de esta manera sensibilizar para que el proceso continuara. Esperamos que todos estos escritos que fueron respondiendo a diversas etapas de su vida y del movimiento indígena, sigan contribuyendo y enriqueciendo a la lucha de nuestros pueblos, tan necesario fortalecer en estos momentos.

Los escritos de nuestro hermano Floriberto que hoy salen a la luz pública en un solo documento, tienen como finalidad constatar que en el pueblo Ayuujk, la discusión del tema indígena no es nuevo, tampoco acabado. Se trata también de decirles que los avances que hoy tenemos no es una concesión gratuita de los gobiernos, sino el resultado de un gran esfuerzo de mucho hombres y mujeres que, como Floriberto, han aportado su grano de arena en este largo y complejo caminar de nuestros pueblos indígenas.

Salomón Maximino, Hugo Aguilar Ortiz y Sofía Robles (SER)

José Guadalupe Díaz Gómez (CEA)

Tomado de:

http://132.247.1.12/Portal/Central/EVENTOS/pdf/Floriberto_introduccion.pdf

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