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EL TIEMPO Y EL ESPACIO EN EL ANHUAC

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Unaspecto interesante, para acercarse un poco ms a la visin filosfica que tenan del mundo los antiguos mexicanos, es sin lugar a dudas, la concepcin del tiempo y del espacio.

En efecto, el tiempo es producto del movimiento. De hecho, a la medida del movimiento le hemos dado la categora de ?tiempo?. Pero es slo una abstraccin, el tiempo no existe, lo que existe es el movimiento. Por ello, del movimiento de la Tierra sobre su propio eje, del movimiento de la Tierra en torno al Sol y del movimiento del Sistema Solar en torno al grupo de estrellas que llamamos Plyades y del movimiento del planeta Venus en tono al Sol, los Viejos Abuelos dedujeron a partir de la rigurosa observacin y de los exactos clculos matemticos la cuenta perfecta del tiempo, como pocos pueblos en el mundo lo lograron en la antigedad.

?Si la moderna astrnoma, nos dice que el ao trpico tiene una duracin de 365.2422 das, con asombro podemos enterarnos que los sabios mayas haban logrado una aproximacin ciertamente extraordinaria, la de asignarle un periodo de 365.2420 das.? (Miguel Len Portilla. 1968)

El tiempo era cclico y no lineal. La medida exacta en que dividan los tiempos de luz y de oscuridad en 22 unidades, mientras la Tierra gira sobre su propio eje. La concepcin vigesimal hace perfectos sus guarismos. Donde el 5, 13, 18, 20, encontrarn asombrosas combinaciones. Sus semanas de 5 das, sus meses de 20 das y sus 18 meses que conformaban un ao, ms los cinco das nemontemi y sus ?atados de aos? de 52 aos. Los calendarios pueden verse muy bien como una serie de crculos que embonan perfectamente unos sobre otros. Es decir, el calendario lunar o Tonalpohualli de 260 das, embona exactamente con el calendario solar de 365 das y este a su vez, de manera perfecta con el atado de aos de 52 aos o Xiuhmolpilli y los tres con el calendario venusino de 584 das. Sin embargo, la cuenta maya nos deja sin aliento, pues registran fechas, pasadas y futuras, que nos admira por su exactitud y tamao.

?Pero era en la obsesin de los Mayas por los ciclos donde resida en gran parte la importancia de Venus: 5 ciclos sindicos de este planeta corresponden casi exactamente a 8 aos de 365 das (5 X 584 das = 8 X 365 das = 2920 das). La conexin con el "ao ritual" de 260 das se daba despus de un Huehuetiliztli, perodo de 104 aos que corresponde a 65 ciclos sindicos venusinos y 146 "aos rituales". Estos nmeros estn redondeados, ya que el ciclo sindico de Venus es en realidad de 583.92 das mientras que el ao dura 365.24 das. Los Mayas hicieron elaboradas tablas para corregir las pequeas discrepancias entre el periodo sindico de Venus, el ao y otros ciclos. As, al haber transcurrido 301 ciclos de 584 das, los Mayas haban restado en total 24 das (en forma anloga a nuestra costumbre de agregar un da cada cuatro aos) y con esta correccin podan predecir la posicin de Venus con un error de tan solo 2 horas en 481 aos! El conocimiento de esta ltima correccin por los Mayas es sin duda uno de los descubrimientos ms sobresalientes de la astronoma antigua.? (Esperanza Carrasco Licea y Alberto Carramiana Alonso) Al considerar el tiempo como una abstraccin resultado de la medicin del movimiento y de que ste, era circular y por ende cclico, los Viejos Abuelos pudieron ?evadir? la visin lineal del tiempo y por ello pudieron ?escudriar? el pasado y el futuro, como la civilizacin occidental no ha podido hacerlo nunca. Sin embargo, existe una fecha encontrada por los arquelogos en el tiempo lineal, que se remonta ms all del ao 1500 a.C. en el que los especialistas dan como surgimiento de la cultura olmeca. Este fechamiento paradjicamente es maya:?Un tercer tipo de registro del tiempo fue conocido con el nombre de cuenta larga. Este cmputo del tiempo se inici en el periodo Formativo, en algn lugar del Istmo de Tehuantepec, y fue perfeccionado por los mayas en la poca Clsica (300-900 d.c). La cuenta larga registraba el nmero de das transcurridos desde un mitolgico punto de partida, un principio imaginario del tiempo que los mayas situaron en el ao 3114 a.c.? (Enrique Florescano. 1987)

El tiempo para nuestros Viejos Abuelos era algo muy diferente que el tiempo de los europeos. De la misma manera que lo es hoy, para los indgenas y campesinos, en referencia a las personas urbanas. Esta percepcin filosfica del tiempo, nos hace ser de una manera diferente, ya que el tiempo se alarga y se acorta, y an deja de existir. El tiempo cclico, sagrado, social y familiar, tiene en los mexicanos un sentido filosfico, sagrado y festivo.

?Los sacerdotes mayas computaban en sus estelas ?veintenas de soles? que se remontaban cientos de millones de aos hacia el pasado y prevn as mismo los ciclos futuros. Si el da es para ellos una presencia solar, el tiempo es la sucesin sin lmites de todos los ciclos del sol. (Miguel Len Portilla. 1968)

Una de las grandes preocupaciones y fuente de informacin de los Viejos Abuelos fue el tiempo. Pocos pueblos en el mundo han contabilizado el tiempo como los antiguos mexicanos. Se ha especulado mucho sobre la capacidad que tenan los sabios del Anhuac de, no slo medir con extraordinaria exactitud el tiempo, sino la posibilidad que pudieron tener de prever el futuro. En efecto, algunas de las antiguas profecas que hoy se conocen, se han ido cumpliendo rigurosamente.

EL ESPACIO

La percepcin filosfica del espacio es llevada por los Viejos Abuelos a una exactitud admirable. Existan tres niveles espaciales: el terrestre o humano (Tlaltpac) todo lo que est sobre la tierra. El celestial o de las entidades divinas (Ilhucatl) desde la nubes hasta el infinito y el inframundo o el lugar de los descarnados (Mictln) lo que est debajo de la tierra.

El espacio terrestre tena un centro energtico que era ?el ombligo de la tierra?. En lengua nhuatl el prefijo ?co? es ms que centro geogrfico, es una representacin del centro energtico. El punto central donde se inician los cuatro rumbos de la existencia. Cada uno apuntar a los cuatro puntos cardinales y fija su punto convergencia en el centro del mundo. Cada uno tendr su propio color y ser representado por un animal u objeto simblicamente, en una referencia totalmente filosfica. Era el centro el lugar donde habitaba el dios viejo o del fuego, llamado Huehuetotl-Xiuhtecuhtli y de donde partan los cuatro rumbos del universo, su color era el verde: al Oriente, lugar por donde sale el Sol, identificado por el color rojo y el glifo "caa", regido por Xipe-Tpec; representaba la parte masculina del universo. EL Poniente, de color blanco y con el glifo "casa", regido por Quetzalcatl; era la regin de las mujeres conocida como Cihuatlampa. El Norte, de color negro, cuyo glifo era el "cuchillo de sacrificio", estaba regido por el Tezcatlipoca Negro; era la regin del fro y de los muertos. El Sur, el que correspondan el color azul y el glifo "conejo", regido por Tezcatlipoca Azul, lugar del sacrificio conocido como Huitztlampa; era la regin relacionada con lo hmedo. Debemos de recordar que el concepto, ?la tinta roja y la tinta negra? significaba simblicamente la sabidura. De la misma manera, los cuatro Tezcatlipocas poseern cada uno un color, que tendr un significado filosfico. Los puntos cardinales y los colores tenan un significado filosfico para los Viejos Abuelos.

?La superficie de la tierra (Tlatpac) es un gran disco situado en el centro del universo que se prolonga horizontalmente y verticalmente. Alrededor de la tierra est el agua inmensa (Teo-atl) que extendindose por todas partes como un anillo, hace del mundo, ?lo-eternamente-rodeado-por-agua? (cem-a-nhuac). Pero, tanto la tierra, como su anillo inmenso de agua, no son algo amorfo e indiferenciado. Porque, el universo se distribuye en cuatro grandes cuadrantes o rumbos, que se abren en el ombligo de la tierra y se prolongan hasta donde las aguas que rodean al mundo se juntan con el cielo y reciben el nombre de agua celeste (Ilhuica-atl). Los cuatro rumbos del mundo implican enjambres de smbolos.? (Miguel Len Portilla. 1956)

Otra forma de representar el espacio, los Viejos Abuelos lo hacan con un enorme rbol, que poda ser una ceiba, un ahuehuete o sabino y un nopal. Los trece cielos se representaban en la fronda, los nueve niveles del inframundo con la raz y el plano humano la superficie de tierra donde est el rbol.

LOS TRECE CIELOS

El universo espacial de los Viejos Abuelos, es el inmenso escenario filosfico-religioso en el que en 13 niveles o cielos ocuparan la parte superior de su mundo. El espacio celestial para los antiguos mexicanos estaba totalmente identificado. El primer cielo o ?cielo inferior? es el que los seres humanos ven, en l se encuentra la Luna y las nubes, este cielo es llamado Ilhucatl Metztli. El segundo cielo era el lugar de las estrellas o Citlalco. El tercer cielo era el lugar del Sol o Ilhucatl Tonatiuh. El cuarto cielo en el que habita el planeta Venus, conocido como Ilhucatl huitzlan. El quinto cielo es donde se encuentran los cometas o estrellas humeantes, llamado Citlalin Popoca. El sexto y sptimo cielos son lugares donde slo se ven los colores negro y azul, conocidos como Yayauhco y Xocouhco. El octavo cielo es el lugar de las tempestades. Los siguientes tres cielos estn reservados para la morada de los dioses y se nombran Teteocan. Los siguientes dos cielos constituan el Omeyocan, mansin de la dualidad donde habita Ometotl.

EL INFRAMUNDO.

Debajo del espacio humano o Tlaltpac, se encuentra el inframundo o Mictln. Lugar donde gobierna Mictlantecuhtli y Micltlantecuhuatl, el Seor y la Seora de la Muerte. Los seres humanos que moran y no iban al Tlalcan, porque su muerte no estaba relacionada con el agua. Los que no iban al Chichihuacuahco, el paraso reservado slo para los nios. Los que no iban al Ilhuicatltonantiuh, el lugar reservado para las guerreras y los guerreros que moran luchando su Batalla Florida. Las personas que moran de manera comn y que su vida haba sido intrascendente, ellas iban en un penoso viaje al Mictln, el cual duraba cuatro aos. Los lugares que recorrera la persona para llegar al Mictln eran: la tierra, el pasadero de agua (Apanohuaya), el lugar en donde se encuentran los cerros (Tpetlmonamicita), el cerro de obsidiana (Cehuecyan), lugar del viento de obsidiana lugar donde tremolan las banderas, lugar en donde es flechada la gente, lugar donde se comen los corazones (Teocoyleualoyan), lugar de la obsidiana de los muertos y por ltimo el Mictln o sitio sin orificio para el humo. Al trmino de esos cuatro aos de sufrimiento se presentaban ante el Seor Mictlatecuhtli, quien les deca, -Han terminado tus penas, vete, pues, a dormir tu sueo mortal y se convertan en nada, desaprecian.

En el mundo filosfico del Anhuac, tambin existan espacios intangibles que se entremezclaban con la mtica, la religin, la historia y la realidad cultural de los Viejos Abuelos. En su conjunto podemos apreciar la profundidad del pensamiento complejo de nuestros antepasados que, penetraban en sus planteamientos a niveles muy elevados de la concepcin del mundo y de la vida. Entre otros podemos mencionar: Ximoyan, el lugar de los descarnados. Topan in Mictln, lo que nos sobrepasa, la regin de los muertos. Tlallamanac, lo que sostiene al mundo. Tlamanitiliztli, lo que debe permanecer. Tlaxicco, en el obligo de la Tierra. Tlaltipac, lo que est sobre la Tierra. Tomanchan, el lugar mtico, literalmente: la casa de donde bajamos. Cem Anhuac, el continente. Tlalcan, el paraso de Tlloc. Aztln, lugar mtico: literalmente, el lugar de las garzas. Omeyocan, lugar de la dualidad divina. Chicomostoc, lugar de las siete cuevas. Tilan Tlalpan, permetro de la sabidura. Ayauhcalli, casa de la niebla. Centzon Huiznahua, las estrellas del hemisferio Sur, literalmente: 400 surianos. Cihuatlampa, rumbo de las mujeres. Ilhuicaatl, el ocano. Ilhuicatitln, en el cielo. Mictlampa, del rumbo de la regin de la muerte.

(Tomado del libro RAICES Y ESENCIA DEL MEXICO ANTIGUO. Guillermo Marn 2004)

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