ngeles Gonzlez Gamio
Uno de los sitios de la Ciudad de Mxico que guarda una rica y muy antigua historia es Tlalpan, ya que data de alrededor de los aos 1000 a 600 aC, cuando se estableci en ese sitio un industrioso pueblo que ahora conocemos como Cuicuilco. Rodeados de bosques, pero alejados de las lagunas que daban fertilidad a los pueblos cercanos a ellas, los cuicuilcas disearon ingeniosos sistemas de riego. Crearon terrazas en las que sembraban maz, chile, amaranto y calabazas, con tan buenos resultados que generosos excedentes les permitan comerciar con las comunidades aledaas.
Esto los llev a desarrollar una prspera cultura que edific magnficos templos y casas bardeadas, con patio y pozos-bodega de forma acampanada. Estaban en su apogeo cuando ocurri un cataclismo natural que, a la manera de Pompeya y Herculano, habra de desaparecerlos de la noche a la maana: la erupcin del Xitle, pequeo volcn al pie del Ajusco, cuya lava ardiente se desliz lentamente por la ladera de la sierra a una velocidad de 10 metros por hora.
Tardó cerca de cuatro años en enfriarse; primero se solidificaron las capas exteriores, mientras en el interior la lava continuaba fluyendo, lo que provocó ?al enfriarse en distintos tiempos? multitud de cavernas que dieron origen a San Agustín de las Cuevas, nombre antiguo de Tlalpan. A principios del siglo XX importantes excavaciones sacaron a la luz la cultura de Cuicuilco. Los primeros trabajos los realizó Manuel Gamio en 1917.
La abundancia de lluvias en la región montañosa condujo los flujos de agua por la piedra porosa a las profundidades de la tierra, lo que dio vida a ricos manantiales y fuentes brotantes. Esto aunado a la fertilidad que brindaban a la tierra las cenizas del volcán que se habían convertido en abono lo hizo en un sitio propicio para la agricultura que llevó a que la región volviera a poblarse.