De la otra cara de la moneda, está la posición de un análisis crítico y analítico de la realidad social en la que vivimos, que nos permite visualizar una injerencia del Estado y los poderes económicos y mediáticos, para colonizar nuestra visión de nosotros mismos y del mundo en el que vivimos. Por los procesos de descolonización comprendemos y logramos ?sentir?, que somos hijos de la civilización del Anáhuac, que está viva y que, en gran medida, sostiene el mundo en el que vivimos.
Es decir, la colonización cultural no permite que reconozcamos los elementos culturales ancestrales con los que constituimos el mundo en el que vivimos, y a nosotros mismos también. Pero que, debido a los procesos de concientización y descolonización, activamos ?el banco genético de información cultural?, y cada vez más, sentimos la emoción, la energía y la pasión de ser anahuacas, sin dejar por esto de valorar y utilizar, los elementos culturales occidentales que nos conforman y que han sido apropiados en nuestra profunda esencia.
Sin embargo, de manera espontánea, como las flores silvestres de primavera, empieza a brotar de los más profundo de nuestro subconsciente, como una poderosa fuerza telúrica, la necesidad de conectarnos con la Matria, la Toltecayotl como esencia civilizadora del Anáhuac.
Educayotl AC