La cultura occidental se sustenta en el sofisma de que “el hombre” es superior a todos los seres vivos que le rodean. Por la sencilla razón de que fue creado por Dios a su imagen y semejanza. Además, que le “ha entregado el mundo” para transformarlo, dominarlo y explotarlo. Por esta razón, la soberbia y la actitud depredadora de la cultura occidental.Por el contrario, para la Civilización del Anáhuac, el mundo fue creado por un sacrificio de los dioses. En efecto, en Teotihuacan se sacrificaron Nanahuatzín y Tecuzistecatl para crear al Sol y a la Luna. Quetzalcóatl bajo al Inframundo por los huesos de los seres humanos del Quinto Sol y en sacrificio, sangró su pene para darle vida a los huesos. Por ello, los seres humanos serán llamados “masehuales”, que en lengua náhuatl significa “merecidos” del sacrificio de los dioses. Los masehuales tienen el deber de amar y proteger a su madre la Tierra (Tonatzín) y coadyuvar para mantener el equilibrio del universo. Don Juan le enseña a Castaneda que sí quiere seguir en el “camino del conocimiento”, tendrá que cambiar su actitud arrogante y tratar con amor y humildad el mundo que le rodea, en especial a las “plantas de poder”. “-Te tomas demasiado en serio -dijo, despacio-. Te das demasiada importancia. ¡Eso hay que cambiarlo!. Te sientes de lo más importante, y eso te da pretexto para molestarte con todo. Eres tan importante que puedes marcharte así nomás si las cosas no salen a tu modo. Sin duda piensas que con eso demuestras tener carácter. ¡Eres débil y arrogante!...-El mundo que nos rodea es un misterio -dijo-. Y los hombres no son mejores que ninguna otra cosa.” Don Juan.