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EL TONAL Y EL NAGUAL.

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Antes de entrar a este capítulo de libro deseamos comentar algunas cuestiones sobre los términos tonal y nagual. Ha sido nuestra intención encontrar conexiones entre los conceptos que Castaneda describe acerca del conocimiento que Don Juan llama "Toltequidad" y que dice son prácticas muy remotas de los "toltecas". Esto también lo dicen algunos textos académicos de Historia y Antropología.

Esta forma de conocimiento -que no se podría llamar "filosofía" porque el conocimiento no es aprendido por la razón- es, creemos, el hilo conductor o matriz "filosófico" cultural del Anáhuac. Pero es prudente señalar que las coincidencias entre este conocimiento y algunos estudios académicos es más rica en las tradiciones, costumbres, prácticas y oralidad de los pueblos indígenas que, sin procesos racionales, siguen muchas de las técnicas de la Toltequidad de manera natural, a través "de el costumbre", como lo han hecho durante cientos de años.

En la actualidad es inmensamente más difícil vivir como indígena, que vivir como pordiosero o subempleado en los cinturones de miseria de las ciudades. Esa fuerza interna que han demostrado los indígenas a lo largo de los últimos 500 años de opresión consideramos que ha sido posible, en gran parte, porque se ha alimentado del conocimiento “no racionalizado" que subyace en sus tradiciones y costumbres, en su cultura.

Este mismo conocimiento también se manifiesta, de una u otra forma, en la variedad de culturas populares que conforman el rostro actual de nuestro país. Los conceptos de tonal y nagual no son extraños para ningún mexicano. Existen muchas palabras del náhuatl que usamos cotidianamente en nuestro español urbano. Por ejemplo, Tonatiuh es el sol; Tonantzin es nuestra madre querida o la Virgen de Guadalupe. Alfredo López Austín, en su Cuerpo humano e ideología, las concepciones de los antiguos nahuas, en la página 223 dice: " ... El sustantivo TONALLI, derivado del verbo TONA, "irradiar" ("hacer calor o sol", según Molina), tiene los siguientes significados principales: 1. irradiación; 2. calor solar; 3. estío; 4. día; 5. signo de día; 6. destino de la persona por el día en que se nace; 7. "el alma y espíritu" (Molina: Totonal); 8. cosa que está destinada o es propiedad de determinada persona (Molina: tetónal)."

Y en la página 418, López Austin, al hablar de las descripciones del nagualismo, retorna un texto de Fray Bernardino de Sahagún: "El nahual es el sabio, poseedor de discursos, dueño del depósito, sobrehumano, respetado, grave, serio, no burlado, no sobrepasado. El buen nahualli es depositario, hay algo en su interior, guardador, observador. Observa, conserva, auxilia; a nadie perjudica."

Volviendo al libro de Castaneda, Don Juan usa el término tonal para hablar del mundo conocido  -parte derecha- o de la razón, y el término nagual, con dos acepciones, una que se refiere a la parte izquierda  -de la "otra realidad", de la percepción, la contraparte del tonal- y otra que se refiere al nombre que se le da al hombre de conocimiento, el líder de un grupo de guerreros al que se le nombra "el nagual", como lo fue Don Juan en su grupo, o Elías y el propio Castaneda.

Para Don Juan el tonal nace con el hombre y muere con él; el nagual es la otra parte del ser humano que siempre está ahí, antes, durante y después. El tonal es el mundo que se urde con la razón; el nagual es el mundo del poder, donde lo único que puede hacer el hombre es “atestiguar”.

Castaneda recibe conocimientos a través de técnicas prácticas para "barrer" o limpiar la isla del tonal, porque el camino del guerrero no es más que la capacitación para ahorrar energía a partir de reducir la importancia personal, para poder entrar al mundo del nagual. Don Juan le dice a Castaneda que un guerrero no puede andar con lamentos y quejas, porque su vida es un desafío interminable, y no existen formas para que los desafíos sean bonitos o feos, buenos o malos. Los desafíos son sencillamente eso, desafíos. Allí radica la diferencia entre los hombres comunes y los guerreros. Mientras que para los primeros el mundo está lleno de bendiciones o maldiciones, para los segundos es un desafío interminable donde está a prueba su impecabilidad y su "desatino controlado”.

“Sólo como guerrero puede uno soportar el camino del conocimiento -dijo. Un guerrero no puede quejarse ni lamentar nada. Su vida es un desafío interminable, y no hay modo de que los desafíos sean buenos o malos. Los desafíos son simplemente desafíos…

La diferencia básica entre un hombre común y un guerrero es que un guerrero toma todo como un desafío, prosiguió, mientras un hombre ordinario toma todo como bendición o maldición.

Luego me pidió razón detallada de cómo había yo llevado a cabo las recomendaciones que don Genaro y él mismo hicieron acerca de mi mundo cotidiano y mis relaciones con la gente…

Cuando un guerrero tiene por fuerza que creer, lo hace porque así lo escoge, como expresión de su predilección más íntima.. Un guerrero no cree; un guerrero tiene que creer."…

"Así que, si no fuera porque nos damos cuenta de la presencia de nuestra muerte no hubiera poder, ni misterio."…

Tener que creer que el mundo es misterioso e insondable era la expresión de la predilección íntima de un guerrero. Sin ella, el guerrero no tenía nada… Don Juan.

Tomado del libro: “Para leer a Carlos Castaneda” de Guillermo Marín. Libro completo en www.toltecayotl.org sección LIBROS.

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