HACIA UNA NUEVA CULTURA MEXICANA

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Por invitaci�n del Inter American College me encuentro dando un curso sobre la historia y la cultura de M�xico en National City, California. Reci�n ten�a dos meses de haber terminado el contrato con Educaci�n Migrante y nuevamente arribo a estas bellas tierras de San Diego en ?la Alta California? y tengo el privilegio de tratar con estudiantes de nivel universitario de origen mexicano.

Es curioso como en Estados Unidos las instituciones educativas est�n interesadas en la cultura y la identidad de sus alumnos de origen ?latino?. Esto no es casual ni gratuito, es el resultado de una lucha que arranca desde 1850 y que cobra mucha fuerza en la d�cada de los a�os sesentas del Siglo XX y que los M�xico-norteamericanos han estado peleando muy fuerte por definir su propia identidad cultural.

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No son norteamericanos sajones, protestantes, blancos. Tampoco son mexicanos. Ellos nacieron en Estados Unidos. Algunos de ellos, la frontera ?los cruzo?, pues sus antepasados viv�an aqu� desde antes de que en la guerra de 1847, donde M�xico perdiera los territorios del Norte. Es gente que tiene su propia forma de entender el mundo y la vida. Hablan generalmente tres idiomas. El ingl�s, el espa�ol y una mezcla muy extra�a saturada de modismos.

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Se asumieron en los sesentas como chicanos y las nuevas generaciones se identifican como M�xico-norteamericanos. Son rechazados por los anglosajones y por los mexicanos. Los anglos no los quieren por mexicanos. Los mexicanos no los quieren por anglos. Pero ellos nacieron as�, y as� se asumen y as� se auto definen con orgullo. Por qu� tendr�an que cambiar a algo falso que no sienten.

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Los chicanos de ayer y los M�xico-norteamericanos de hoy, tienen una visi�n m�s humanista que cualquier otro grupo por los migrantes indocumentados. Se preocupan por ellos y los ven como sus hermanos menores. Ellos conocen las leyes y sus derechos, pelean y exigen. En cambio, algunos migrantes que apenas se acaban de establecer con papeles y que est�n en la primera o segunda generaci�n, no quieren a los chicanos y mucho menos a los migrantes reci�n llegados. Es curioso, pero esta gente generalmente es de la opini�n de que ?cierren la puerta de la frontera?, pues ellos ya la cruzaron y se quieren ?asimilar ciegamente?.

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El chicano fundamenta su orgullo y su ra�z en la cultura azteca. No conoce muy bien el pasado del An�huac (como los dem�s mexicanos). Pero busca sentir la g�nesis de su orgullo en los pueblos antiguos de estirpe ind�gena. Generalmente es folkl�rico y muy agresivo en sus propuestas. Es una cultura en tensi�n permanente y en poderosa y asombrosa resistencia din�mica.

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Por su parte, los mexicanos no conocen ni aceptan al chicano, ni al M�xico-norteamericano. Le temen y de alg�n modo lo envidan. Si la sociedad norteamericana es casi desconocida para los mexicanos, los chicanos ?son de otro planeta?, para el mexicano promedio.

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Es por ello necesario crear puentes de comunicaci�n cultural con los chicanos y los M�xico-norteamericanos. Puentes culturales que nos permitan ?reconocernos? a nosotros mismos en la diversidad y en las diferencias. Necesitamos escuchar mutuamente nuestra voz. Que a final de cuentas es una y solo una, por m�s diferentes que parezcan.

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Los chicanos tienen mucho que ofrecernos por el profundo conocimiento que tienen de la sociedad norteamericana. Para bien y para mal, ellos viven en su interior. Todas las culturas tienen aspectos positivos y negativos... los chicanos y los M�xiconorteamericanos conocen muy bien a sus ?paisanos?.

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Sin embargo, al entrar el Siglo XXI tenemos a una nueva versi�n, m�s evolucionada del chicano de los a�os sesentas que peleaba sus derechos con las huelgas en los campos agr�colas. Me refiero a los j�venes profesionistas que se han formado en las universidades norteamericanas. En donde la resistencia cultural se da en el mundo del desempe�o acad�mico y profesional. En la toma del poder y las decisiones. La batalla ya no est� en las calles o en los m�tines. Est� en las aulas y en las oficinas. Peleando de t� a t�, los espacios y las oportunidades. No solamente con los anglos, sino con los orientales, negros y europeos. Es por ello que son gente con muchos recursos, bien preparados, h�biles y diestros. Viven en la sociedad m�s competitiva del mundo, luego entonces son las personas m�s aptas de la cultura mexicana, no importando su nacionalidad.

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No es exageraci�n se�alar que muy probablemente los cambios que requiere M�xico vendr�n del Norte y hablando ingles. Sabemos que la frontera est� a punto de desaparecer por el proyecto de globalizaci�n econ�mica neoliberal. Sin embargo, para muchos M�xico-norteamericanos la frontera ya no existe en este momento, pues tienen las dos nacionalidades. De modo que en M�xico son mexicanos y en Estados Unidos son norteamericanos. Pero...son unos norteamericanos muy diferentes y unos mexicanos muy especiales. Crecieron y se educaron en un pa�s del primer mundo y han tenido m�s oportunidades y tienen una mayor conciencia de la necesidad de fortalecer a su cultura y su identidad y realmente aman al pueblo que alguna vez les dio origen.

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Los intelectuales, los acad�micos y los artistas mexicanos deber�amos acercarnos mucho m�s con la cultura chicana y a la cultura de los M�xico-norteamericanos. Necesitamos conocer a estos ?nuevos mexicanos?. Tenemos mucho que aprenderles y ense�arles. Nos necesitamos mutuamente. Nos compensamos. Nos equilibramos.

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Nuestra posici�n con los anglosajones debe ser de respeto y conocimiento. Nuestra posici�n con los M�xico-norteamericanos debe ser de reconciliaci�n y fusi�n. Tenemos mucho que darnos mutuamente.

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Los ciudadanos M�xico-norteamericanos que se han logrado educar y est�n egresando de las universidades de Estados Unidos y que no han perdido el amor a sus ra�ces y mantienen una conciencia y responsabilidad hist�rica. Pueden ser al mismo tiempo estadounidenses y mexicanos culturalmente, sacando provecho de los mejores elementos de las dos culturas que les dan vida. Estos ciudadanos son el futuro de las dos culturas. Representan su s�ntesis y su fusi�n. Un tercero mucho m�s apto que los dos que le formaron. La dial�ctica en su sentido m�s puro.

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Ya est�n llegando los tiempos en que esos j�venes profesionistas biculturales llegaran a M�xico a participar en el verdadero cambio que la sociedad mexicana en su conjunto desea y no ha podido lograr. Necesitamos j�venes que est�n fuera del paradigma de la corrupci�n y la mediocridad, pero que tengan la sensibilidad y la responsabilidad para fortalecer la cultura mexicana e impulsar los cambios en el pa�s.

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En los �ltimos 15 a�os del Siglo XX se dieron cambios asombrosos que no se daban en siglos. En la primera d�cada del siglo XXI los cambios que veremos ser�n verdaderamente INCRE�BLES e INIMAGINABLES!

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