Carretera de las Culturas: la lengua de la serpiente

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Jaime Quintana Guerrero*
Periódico La Jornada
2 febrero 2020
El impulso al extractivismo en Chiapas necesita, entre otras cosas, las carreteras. Decía un indígena de esas tierras: las carreteras son como la lengua de una víbora que guía a los turistas al estómago. La imagen representa también lo que se fragua con el Tren Maya en la entidad. Es la historia de un conflicto anunciado antes de llegar al kilómetro cero del ferrocarril, (Pakal Na, Palenque).

La lengua. El 6 de diciembre Rutilio Escandón, gobernador de Chiapas, envió a la 60 Legislatura el oficio número: 0617, mediante Ismael Brito Mazariegos, secretario general de Chiapas. En él se autoriza la ejecución del proyecto denominado Eje Carretero Transversal Pijijiapan-Palenque y Pijijiapan San Cristóbal de las Casas y de la Carretera de las Culturas, San Cristóbal de las Casas-Palenque. Su figura jurídica es la Ley de Concesiones de Servicios e Infraestructura Pública de Chiapas.

El documento fue presentado formalmente el 13 de diciembre. Diez días después fue aprobado por unanimidad en la actual Legislatura de Chiapas. Allí se expone la conexión de carreteras que conectan el Corredor Transístmi-co y el Tren Maya, con una inversión total de 17 mil millones de pesos de la iniciativa privada.

La legislatura chiapaneca ya tenía la mano levantada sin esperar los resultados de una consulta a los pueblos indígenas sobre el Tren Maya. Una consulta que, dicho sea de paso, ya estaba cuestionada por diversas organizaciones indígenas y campesinas.

Llama la atención que el ahora gobernador Rutilio Escandón (hoy de Morena y antes del PRD) y Manuel Velasco (del PVEM) en 2008 enviaran iniciativas legislativas en 2008, siendo senadores, para que esta construcción se ejecutara. Según el Modevite el nuevo proyecto es el mismo que el anterior, pero con otro nombre. Para confundir a los pueblos le han llamado autopista o ampliación de vía.

En 2009, la comunidad de Mit-ziton, en el municipio de San Cris-tóbal de las Casas, adherente a la Otra Campaña, encabezó la defensa del territorio y resistió la construcción de la autopista. Aurelio Díaz, indígena de esta comunidad, fue atropellado por un integrante del Ejército de Dios, brazo militarizado de la organización evangélica Alas de Águila, con sede en Teopisca, quienes sembraron el terror entre los opositores al proyecto. Su filosofía está inspirada en los Kaibi-les de Guatemala. Ahora, cambiaron de nombre y han apoyado a gobiernos en turno en Chiapas.

Entre 2006 y 2014 la comunidad de San Sebastián Bachajon se vio envuelta en un conflicto bastante violento. A esta comunidad, que se había declarado en contra de carretera ya que dividiría a comunidades y familias, la convirtirtieron en escenario de violencia y disputa por el territorio y para despojarla de las hermosas cascadas de Agua Azul.

Según sus dirigentes, para que apoyaran la carretera les ofrecieron el programa Piso Firme. Ahora les condicionan la incorporación al programa Sembrando Vida a que acepten la carretera o participen en las consultas.

Actualmente, la comunidad se encuentra enfrascada en un conflicto por la administración de las cascadas de Agua Azul, lugar destino de la carretera y del ambicioso proyecto turístico de Fonatur, ?Centro Integralmente Planeado Palenque-Agua Azul. Allí surgió el grupo paramilitar Organización para la Defensa y los Derechos Indígenas y Campesinos (Opddic) que se encargaba de violentar a los indígenas organizados que defienden su tierra. Fueron encarcelados indígenas tzotziles adherentes a la causa zapatista y asesinados, Juan Vázquez Guzmán y Juan Carlos Gómez Silvano:

En ese tiempo la Sedena opinó y dio consentimiento al trazo del proyecto carretero. Al igual que sucede con la carretera fronteriza de Guatemala, estos caminos representan una pinza para intervenciones y objetivos militares en zonas autónomas zapatistas y, ahora, en vastas regiones de comunidades autodeterminadas por gobiernos propios.

No regresen al pasado de despojo y represión, advertía al presidente Andrés Manuel López Obrador, en un comunicado la organización Modevite el pasado 24 de abril en la comunidad de Tzuluwitz, municipio de San Juan Cancuc. No queremos más destrucción a la Madre Tierra y de los más de 185 kilómetros que requiere la construcción de la supercarretera; nos despojará de nuestro territorio de ríos y árboles, anunciaban ya su oposición las comunidades de los 13 municipios que integran dicha organización.

En meses recientes, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, dio un rotundo no a los megaproyectos y enumeró también la Carreteras de las Culturas? y el Tren Maya.

El año pasado, Chiapas ocupó el segundo lugar en asesinatos a defensores de derechos humanos vinculados a la defensa del territorio. Esto, sin contar los presos políticos en las cárceles de la entidad.

Este proyecto carretero no es para preservar la vida, menciona César Pérez, integrante de Modevite. Es para cambiar el ecosistema, la espiritualidad de los pueblos, que se encuentra en los cerros y los arroyos. Vemos, dice, que de llevarse a cabo, significará desplazamientos y saqueo de los territorios. Los pueblos harán sus consultas. Tienen una memoria y otros datos de miles de años.

*Periodista