Cursos

Podcast

Canales Youtube

Visitantes

37,410,266

Después de 512 años... EL 12 DE OCTUBRE momento para reflexionar

Hits:13939

  

 

 

 

 

 

 

 

 

           Una de las más grandes tragedias de la humanidad se inició el 12 de Octubre de 1492. Los “mercaderes” radicados en Europa financiaron una expedición para encontrar una ruta comercial a las Indias, dado que los turcos habían bloqueado el paso de sus caravanas al Oriente. Es importante subrayar esto, pues en el siglo XV estaba prohibida la “iniciativa privada”, de modo que la expedición tenía que zarpar con un pendón real, y como España acababa de terminar la “Guerra de Reconquista”, era el reino más nuevo, pobre y débil de Europa en ese momento, dado que lo que es España había sido por ochocientos años el Califato de Córdoba, y de ello se aprovecharon los “mercaderes”.

           

            El “descubrimiento” y después la invasión, fue desde el primer momento una empresa comercial, financiada y orquestada por el poder económico de los “mercaderes” de Venecia y posteriormente por los de Londres.

No venían en una expedición científica o humanista. Nunca “descubrieron nada”, porque ellos venían a buscar un mundo conocido... la India. Colón murió creyendo que había llegado a la India y hasta la fecha a los pueblos originarios se les conoce despectivamente como “indios”. Las culturas originarias hasta la fecha les son totalmente desconocidas. Nunca vieron y entendieron “al otro” como diferente, sino como inferior y diabólico. Sus objetivos desde aquella época hasta nuestros días son la rapiña, el saqueo y la explotación de pueblos que jamás en la historia les habían hecho daño alguno.

            Desde hace 512 años, los descendientes culturales e ideológicos de estos invasores depredadores “celebran” esta fecha. Los beneficiarios del genocidio y la rapiña tienen motivos para celebrar la instauración de la invasión, conquista y colonización de los pueblos y territorios explotados.

            En la actualidad, ya no llegan a estas tierras en rusticas barcas de madera a cambiarnos piedras de colores por oro, ahora llegan por la Internet, la TV y los satélites. Ahora nos cambian sus baratijas tecnológicas por petróleo, mano de obra esclava y materias primas. Hoy ya no crean encomiendas, sólo compran bancos, ponen cadenas de tiendas y comida chatarra. Ahora ya no tratan a sangre y fuego en hacernos cristianos, ahora logran con sofisticados y maléficos medios tecnológicos que nos entreguemos irracionalmente “al culto del becerro de oro”, destruyendo nuestra milenaria espiritualidad.

            América entera ha sufrido una permanente y devastadora invasión, genocidio, destrucción cultural. La feroz explotación de los pueblos sobrevivientes y la depredación de sus recursos naturales siguen produciendo riquezas indebidas. Los territorios del Norte del Anáhuac fueron presa de los ingleses, franceses y españoles. Los territorios del tiwuantaisuyo (Sudamérica) fueron explotados por los españoles y los portugueses.

En lo que hoy es E.U. y Canadá, los pueblos originarios fueron total y brutalmente exterminados. Los pocos sobrevivientes los encerraron en reservaciones deseando su exterminio y la muerte de su cultura.

            Nunca en la historia de la humanidad se había hecho un crimen de lesa humanidad de esta dimensión y durante tanto tiempo. Los pueblos originarios supervivientes han sufrido persecución, injusticia sistemática y han sido explotados a tal punto, que son los seres humanos más pobres del continente.

            El punto es que desde 1492 a la fecha, los extranjeros que vienen a vivir a su tierra, gente de Europa y del Cercano Oriente, día a día, centímetro a centímetro, se han ido apoderando de sus tierras, de sus bosques, de sus selvas, de sus pueblos, de sus culturas, de su gente. Les han quitado en estos 512 años, no sólo la vida, sino lo que es peor, la condición de seres humanos. En efecto, la colonización que se vive en América desde 1492 se fundamenta en destruir la cultura milenaria de los pueblos originarios y negarles su derecho a ser y a existir.

            América lleva 512 años de vivir un sistema colonial. Los invasores, ayer gachupines y hoy criollos, se han dividido las regiones, han creado sus países, sus gobiernos, sus instituciones y sus leyes. En estos 5 siglos, trescientos años fuimos colonia y en los últimos doscientos años vivimos “en sus países”. En ningún momento los pueblos originarios han vuelto a gobernar y a ser dueños de su destino. Los gobernantes han sido hijos de extranjeros o herederos ideológicos y culturales de los colonizadores.

            Los grandes capitales “nacionales” son de gente criolla. Los criollos han hecho y desecho de los países de América latina durante los dos últimos siglos. Los descendientes sanguíneos y culturales de los conquistadores y colonizadores siguen vivitos y operando impunemente. México y América latina siguen siendo lugares de rapiña y despojo para los extranjeros que siguen llegando hasta nuestros días. La base histórica es que un día llegó un judío catalán, disfrazado de genovés, y dijo que esta tierra dejaba de ser de sus milenarios propietarios y pasaría a ser de los extranjeros. Esto se ha seguido repitiendo siglo tras siglo, año tras año. Bástenos ver a nuestro alrededor para darnos cuenta de que así es. Las mejores construcciones, las mejores tierras, las mejores empresas, los mejores comercios, en su mayoría están en manos de extranjeros, hijos de extranjeros, criollos avecindados por siglos en esta tierra de rapiña y de injusticia.

            Los “naturales”, los indígenas, los mestizos son sólo carne de cañón, empleados, obreros, hijos del salario mínimo, del desempleo, de la marginación y la injusticia. Por favor, amable lector, vea la televisión mexicana de manera crítica y observe que no aparecen los morenitos. La cultura originaria ha sido perseguida, menospreciada y destruida. Los criollos explotadores, los descendientes culturales de la invasión, han logrado que la gente piense que progresar, modernizarse, triunfar socialmente es alejarse de la Cultura Madre, negarla y despreciarla. Los han hecho que se avergüencen de su fenotipo y de su cultura. Su mayor éxito es haber creado una inmensa masa de mestizos desculturizados. Despreciadores de su Cultura Madre y rechazados por la cultura dominante criolla. Indefensos, agresivos, inseguros, violentos, resentidos. Millones de mexicanos perdidos en el laberinto de la soledad, embrutecidos y enajenados por la televisión y los medios. Luchando por llegar a ser un opresor y no un libertador de su propio pueblo.

            El país de los criollos sé esta cayendo a pedazos. Su “democracia”, su economía y su cultura están en la más severa crisis de su cinco centenaria historia. Su modelo esta agotado y ha sido suicida. Los resultados son obvios.
Sin embargo, los pueblos originarios hoy están más vivos, presentes y pujantes que nunca, en este periodo neocolonial. Desde el fondo de la Historia, desde lo más oscuro de la sociedad, hoy emergen luminosos los movimientos indígenas y de revaloración de la Cultura Madre. Más allá de los insurgentes indígenas mayas de Chiapas, en los cinturones de miseria de las grandes ciudades de los criollos, en las pequeñas comunidades campesinas, la gente nos demuestra que la Cultura Madre esta viva, esperando el momento luminoso en que sus hijos cobren conciencia de su grandeza y obren en consecuencia. Más tarde que temprano la voz profunda y coordinada de los pueblos invadidos se escuchará en todo el continente. Para una civilización que lleva 8 mil años de vida, quinientos años son apenas una negra noche de su historia, pero nada más.

            Hoy 12 de Octubre de 2004 tenemos que pensar en la justicia, en la igualdad y en la fraternidad, que hemos perdido temporalmente. Debe ser un momento de reflexión para entender tanta injusticia y explotación. Tanto sufrimiento por la avaricia y la deshumanización de los colonizadores que, un día como hoy, llegaron de lejanos lugares a traernos dolor, sufrimiento, enfermedad, hambre y corrupción. Debemos empezar por entender que hemos sufrido una atroz y deshumanizada invasión que se mantiene hasta nuestros días, y de la que casi todos formamos parte de este sistema opresor e inhumano. La colonización cultural que sufrimos es la que nos impide ver la dolorosa realidad y nos invita a ¡celebrar el “Día de la raza”! yendo al cajero más cercano a dar un “tarjetazo” para ir a un Mac Donal´s a festejar. (2004)

 

Buscar