Los Criollos y su Fallido Intento por Gobernar el Anáhuac. Miguel Ángel de los Santos.

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Miguel Ángel de los Santos.
México, como nación, no nació en 1821 ni mucho menos en 1521 con la mal llamada conquista
de México. El Anáhuac como le llamaban originalmente los viejos abuelos, es una tierra
milenaria con una población ancestral que ha dejado su huella en la historia universal.

El maestro Guillermo Marín Ruiz nos dice que las grandes aportaciones del pueblo anahuaca son su sistema de alimentación, de salud, de educación y de organización. Los anahuacas a través de los siglos
construyeron sociedades y civilizaciones altamente complejas. El maestro identifica este logro
como una pirámide de desarrollo humano; por la cual se consiguieron avances en la ingeniería,
astronomía, matemática, arquitectura y medicina; solo por mencionar algunas ramas. Después
vino la invasión de los hispanos y trescientos años de subyugación y colonización.

Al conseguirse la supuesta independencia de México, en 1821, la invasión, subyugación y
colonización no solo continuo, sino que en algunos casos de exacerbó. Solo que ahora los que
llevaron a cabo esta imposición no fueron los españoles peninsulares sino los nietos de sus
vástagos. A los hijos de españoles nacidos en el Anáhuac se les llamo criollos; estos guardarían
un resentimiento y rencor por ser tratados como ciudadanos de segunda clase por sus mismos
parientes nacidos en España. Hay tres características que definen su personalidad La primera es
vindicativa, esta será un sello distintivo en la manera de actuar hacia los demás. El otro será la
indolencia. Durante los tres siglos que duro el virreinato de la nueva España, las personas de piel
blanca no tenían la necesidad de trabajar para sobrevivir; el trabajo manual lo hacían los
indígenas, más tarde los esclavos africanos y por ultimo las castas. Y aunque los criollos no
tenían los mismos privilegios que los peninsulares el color de su piel les daba posición, poder e
impunidad sobre el resto de la población. la tercera es el racismo y clasismo arraigado en lo más
profundo de su psique.

Ellos crecieron en un mundo en el cual dios, el creador, puso a la gente de
color para que sirvieran a la gente de piel blanca. El tono de piel definía no solo la posición
social sino el destino de una persona durante la colonia. Aparte de sentirse superiores
racialmente hacia los que no fueran igual que ellos; los criollos también desarrollaron una
proclividad a discriminar por la clase social. Ellos mismos fueron discriminados por no haber
nacido en España y fueron tratados de una manera desigual.

Estas características definieron la personalidad de los criollos y su descendencia. A los criollos como a cualquier grupo social o étnico no se le puede generalizar del todo desde luego que hay matices. Para principios del siglo XIX los criollos estaban divididos en tres estratos sociales. Los de clase alta que eran en su mayoría terratenientes y podrían trazar su descendencia desde los primeros conquistadores.

La clase media compuesta por comerciantes, clérigos, escribanos y militares de rango medio. por
último, los de clase baja, pequeños comerciantes, artesanos y soldados. los criollos más
adinerados, cercanos a la alta jerarquía de la iglesia, tenían una tendencia más conservadora que
los de clase media; que tenían una proclividad a las ideas liberales influenciados por la
ilustración y las revoluciones francesa y estadounidense. Después de liberarse de España los
criollos no se pusieron de acuerdo en la forma de gobierno que la nueva nación tendría. El grupo
más conservador y con tendencias monarquitas opto por un imperio, el experimento duraría
menos de dos años. Después la clase media decidió formar una república, con un gobierno
federalista, pero solo duro diez años. Los conservadores contraatacaron y formaron una república
centralista, que duraría unos 12 años, hasta que la guerra con los estados unidos acabo de un tajo
con esta forma de gobierno. Los primeros 25 años de vida de México fueron un caos; no hubo
estabilidad, ni crecimiento económico, ni desarrollo, mucho menos progreso y el país cayó en
picada. Le deuda externa del país creció exponencialmente, se permitió que las provincias de

Centroamérica optaran por separarse de la nación, se revelaron e independizaron varias
provincias, Texas se convirtió en república y se perdió las provincias lejanas del norte. Esto
sucedió mientras el ejército creció desproporcionadamente y consumió la mayor parte del
presupuesto nacional. La iglesia católica se hizo más poderosa que en la colonia; se convirtió en
la banca nacional. En 1821 México tenía un promedio de 6 millones de habitantes, Iturbide
mando a levantar un ejército que más tarde tendría hasta 60 mil elementos, más de la mitad eran
oficiales. 1 de cada 100 habitantes pertenecía a la milicia y vivía del presupuesto del gobierno. la
Ciudad de México tenía 150 mil habitantes y tenía unos 2 mil clérigos, 1 de cada 75 personas,
que vivían de las limosnas del pueblo; los curas no trabajan, no producían nada y no pagaban
impuestos. Un Obispo y Arzobispo ganaba $150 mil al año; Iturbide se impuso un sueldo $120
mil al año; un campesino ganaba cien pesos promedio al año. Desde que tomaron el poder los
criollos se adueñaron de las arcas nacionales, alimentaron la corrupción y el influyentísimo y
perpetuaron el sistema clasista y racista que reino durante la colonia; solo que ahora ellos estaban
en el tope de la pirámide social y racial.

Los adjetivos de ineptos, déspotas, racistas y corruptos les quedan cortos a esta clase política
social y étnica que llamamos criollos. No hay hubo personajes que sobresalieran por sus
cualidades intelectuales o que se distinguiera por sus habilidades militares y ninguno como
estadista. Tan penoso fue el panorama que en la primera mitad del siglo XIX solo resalto un solo
hombre, y no por su grandeza sino por su bajeza en todos los niveles; Antonio López de Santa
Anna. Once veces presidente de México, inepto para gobernar, pésimo como militar, lo derrotaron
los rebeldes texanos vergonzosamente y perdió todas las batallas durante la Guerra de 1846.
Santa Anna llego al poder y dirigió al ejército durante la guerra no por ser lo mejor que tenía el
país sino porque no había ningún criollo capaz de hacerlo. La gente con capacidad para gobernar
y dirigir no tenía acceso al poder debido al racismo, a la corrupción y al influyentísimo imperante.
Solo la gente de piel blanca podía acceder a los altos puestos del gobierno, de la suprema corte o
del ejército nacional.

Al acabarse el conflicto externo, los criollos resumen su conflicto interno. Primero fueron
federalistas contra centralistas; ahora conservadores contra liberales. Al perder el bando
conservador busca ayuda externa y piden a un príncipe europeo que los venga a gobernar. Su
sentido de inferioridad, aunado a sus ideales conservadores y monárquicos, los llevo al extremo
de pensar que ellos mismos no se sabían gobernar. Los liberales expulsan a los franceses y
ejecutan al incauto de Maximiliano. Después de la muerte de Benito Juárez toma el poder
Porfirio Díaz, quien con mano dura logra estabilizar al país. Díaz mantiene a la mayoría del
pueblo sumido en la pobreza e ignorancia, respeta a la iglesia conservadora y cede ante los
intereses extranjeros. Los personajes más importantes en la segunda mitad del siglo XIX serán
dos oaxaqueños. Benito Juárez, una anomalía en la vida política de México él era indígena puro,
y Porfirio Díaz mestizo de sangre indígena. Juárez, aunque muy polémico en estos días, fue sin
duda un estadista de talla mundial y un líder nato. Díaz líder carismático, intrépido y astuto
militar. Si estos dos personajes se hubieran enfrentado a los anglosajones durante la invasión del
1846 los resultados de la Guerra hubieran sido diferentes.

Empezando el siglo XX comienzan una serie de conflictos armados llamados la revolución
mexicana. Primero el pretexto fue sacar a Díaz del poder; después de la muerte del ingenuo de
Francisco Madero, criollo terrateniente, la excusa fue sacar a Victoriano Huerta. Más tarde se
pelearon todos contra todos, Francisco Villa y Emiliano Zapata contra Venustiano Carranza,
Álvaro Obregón y Plutarco Díaz Calles. Estos nombres son solo para simplificar pues claro está
que la revolución fue más compleja y hubo más personajes importantes. Lo que llama la atención
que la mayoría de los lideres revolucionarios eran mestizos morenos claros o de piel blanca. Al
acabar el conflicto los generales sobrevivientes se ponen de acuerdo como repartirse el poder sin
estarse matando uno al otro y crean el feto de partido que más tarde sería el PRI. Estos nuevos
líderes acabarían por aliarse y mezclarse con la elite criolla que sobrevivió al sangriento
conflicto. Se necesitaban unos a otros. Los criollos querían recuperar el poder y los
revolucionarios querían ascender en la escala social; buscaban el prestigio de casarse con una
mujer de piel blanca y educada. Es la continuación de la idea racista de mejorar la raza; se
consumó el ideal de una sociedad aspiracional. Así poco a poco después de la revolución la
hegemonía criolla se impuso de nuevo en el país. Su idea de nación, su conservadurismo
católico, sus gustos, sus fobias, sus prejuicios fueron impuestos a la sociedad mexicana.
A excepción de Lázaro Cárdenas, no sobresalen algún otro presidente por su capacidad de
gobernar, su honestidad o su amor por el pueblo. Toda la segunda mitad del siglo XX fue
dominada por una clase política que se corrompió a niveles alarmantes. En los inicios del PRI,
como partido, hubo líderes corruptos pero nacionalistas; al final del siglo llego una camada de
vendepatria inaudita. Casi todos los presidentes en los últimos 50 años han sido criollos con un
apego a España que es preocupante. Sus apellidos los delatan; Luis Echeverría, José López
Portillo, Miguel De La Madrid, Carlos Salinas De Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León,
Vicente Fox, Felipe Calderón Y Enrique Peña Nieto. El más astuto de ellos, Salinas, ha sido el
más corrupto y manipulador. Ahora ya no ostentan el poder, pero siguen ejerciendo una gran
influencia en la sociedad. Ellos son dueños de los grandes medios de comunicación, ellos
controlan el dinero y las grandes empresas, ellos son los jerarcas de la iglesia católica, ellos son
los grandes intelectuales. Ellos son la gente de bien, la gente bonita, la sociedad civil y viven en
una burbuja. Los criollos, después de doscientos años de gobernar este país, siguen siendo tan
ineptos, corruptos, déspotas, racistas y clasistas como sus antepasados. El país está arruinado
gracias a sus políticas de saqueo en beneficio de sus socios extranjeros. No hay gente competente
y profesional debido al imperante racismo. No hay ciudadanos honestos por la corrupción se da
en todos los niveles del gobierno.

Su profundo amor al capital solo se contrasta con su depreció
al pueblo de México. Añoran vivir en España y admiran todo lo que viene de estados unidos; su
mayor desgracia fue haber nacido en el Anáhuac, al país que sus antepasados nombraron
México.