Se requiere que el pueblo del Cem Anáhuac recupere su memoria histórica y su identidad para que pueda, no solo pensar, sino pensar de una manera descolonizada, es decir, desde la base más sólida, profunda y enraizada de nuestra civilización Madre. Recuperar la primigenia noción del ser y hacer del ser humano en el mundo y la vida. Reconstituir la percepción de la sacralidad y divinidad de la vida en todos y cada una de sus expresiones. Y estos valores y principios no los vamos a inventar o importar de otras latitudes como se ha venido haciendo durante los últimos cinco siglos. Tenemos que iniciar el camino hacia adentro para poder avanzar sólidamente hacia afuera.