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EN BUSCA DE LA BELLEZA PERDDA

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El espritu humano necesita de la Belleza, cmo las plantas la luz del sol. La Belleza es consustancial a la existencia de la vida espiritual y sta a su vez, es la esencia primigenia del significado de la vida humana.

Por ende, el ser humano requiere cotidianamente apreciar y disfrutar de la Belleza. Desde los mismos orgenes del tiempo, cuando el ser humano levant la cabeza y contempl el universo y tuvo conciencia del maravilloso mundo que le rodeaba y de s mismo, como respuesta a este vital impulso la humanidad comenz a re-crear la Belleza.

La conexin energtica entre el espritu y la belleza es total y absoluta. La Belleza nos devuelve esa sutil fragancia que abre nuestra sensibilidad e inunda de alegra nuestra vida. Esa alegra que viene de los ms hondo y de lo ms genuino de nuestro ser y que fugaz se aprecia en el brillo de los ojos. Porque el ser humano, ms all de su materia, en su esencia espiritual es la expresin de la ms fina y pura energa que existe en el universo. No en vano los telogos afirman que en lo ms profundo de cada uno de nosotros habita lo inconmensurable y divino del universo, que unos llaman ?Dios?. Es por ello que la Belleza siempre ha sido relacionada con la divinidad.

En todas las religiones y en todo tiempo y espacio. La contemplacin de la Belleza es una ?gracia? que nos permite acercarnos a lo divino, al ?Gran Misterio?. Nuestros Viejos Abuelos metafricamente le denominaban ?flor y canto?.

De esta manera el arte cobra su verdadera dimensin en la civilizacin humana. La funcin del arte es acercar lo ms posible a lo humano con lo divino a travs de la Belleza.

De este modo el arte es un medio de expresin de la Belleza, pero no el nico, ni el ms recurrente. En efecto, la Belleza ha estado presente en la Naturaleza por miles de aos, acaso 150 mil, desde

la irrupcin del Homo Sapiens en el planeta hasta nuestros das. Antes que la ?cultura? la ?natura?, pero resulta que la Belleza slo se hace tangible con la interrelacin del espritu.

Se requiere de la percepcin y sensibilidad del espritu humano, para que la Belleza exista y paradjicamente, sin la belleza lo humano no existe.

La Belleza es entonces un alimento vital para la existencia espiritual.

Pero, qu nos ha pasado en estos tiempos de la ?modernidad, neoliberalismo y globalizacin?. La sociedad vive ntegramente por la generacin de la riqueza material.

En efecto, la visin economicista ha eclipsado cualquier otra posible interpretacin de la vida. La vida humana es un insumo del mercado y la sociedad vive un permanente frenes, que crece sin lmite y medida, cada vez a mayor velocidad.

La diversin y la superficialidad ponen la norma, el vrtigo de una vida vaca e insustancial es la esperanza de las multitudes solitarias, colmadas de desolacin, el canal de las barras y las estrellas diariamente invade los espacios de lo ntimo, familiar y social, bombardeando la existencia con los valores y principios de ?su belleza? chatarra.

La gente ?nace, crece, ve televisin, se reproduce, trabaja, compra, paga y muere- y a otra cosa mariposa que aqu no ha pasado nada, slo el Mercado crece.

La ?belleza? que hoy instintivamente la gente busca es propiedad del Mercado, quien la regula, la crea y la administra. El Mercado se ha posicionado de la ?belleza? y ahora sta ha entrado al marketing.

La ?belleza? se representa por una marca, un modelo, un precio, un estereotipo, una moda, una empresa, una imagen, un estmulo. La ?belleza? es ahora patente de marca del Mercado.

La ?belleza? ahora se compra, se oferta y se remata. La ?belleza? est en manos del mejor postor. La ?belleza? se crea en laboratorios, gabinetes de investigacin, sesiones de consejo, junta de ejecutivos o hasta en impenetrables bnkers. La ?belleza? ahora slo sirve para hacer dinero y slo habla en ingls.

Caminaba una tarde por las calles de Chalcatongo en la Mixteca oaxaquea, despus de haber cruzado un inmenso valle colmado de impresionantes paisajes que perturbaban la sensibilidad. Increbles montaas que conviven agazapadas y silenciosas al lado de pequeas comunidades campesinas. Chalcatongo es un pueblo antiqusimo, se ve que fue fundado por los Viejos Abuelos y que despus lo refundaron los espaoles. Recorriendo sus calles, inundadas de ?modernidad? y cemento, se puede observar cmo quedan algunos vestigios que han sobrevivido a la vorgine de la ?modernidad?.

Como en algunas poblaciones del Distrito de Tlaxiaco, se ve que a finales del siglo pasado y principios de este, (que a unos das se nos escapa silencioso entre las manos), fueron poblaciones donde la Belleza era un material imprescindible, como la madera y la piedra tallada.

En efecto, se alcanzan a ver algunos pocos y destruidos vestigios de lo que fue una poblacin con gusto y amor a la Belleza. Ms all de su esplndido templo que actualmente se encuentra en restauracin, la arquitectura civil nos habla de buen gusto y de amor por la Belleza.

Caminaba solo y pensativo entre las calles de Chalcatongo, a la maana siguiente, tena que dar un curso de ?Desarrollo Humano? en el Plantel del Colegio de Bachilleres y tena que hablarles a los alumnos, maestros y personal administrativo de las bondades de la humanizacin de la educacin. Caminaba y slo vea remedos de construcciones ?muuderrnas?. Chalcatongo dej de ser un pueblo de la Mixteca y se lanz al vaco en busca de la dudosa modernidad, pero se ha quedado en medio, perdido en el laberinto de la soledad y la desolacin de ser a fin de cuentas, otra mala sucursal de Ciudad Nezahualcyotl.

La presencia de la ?neocultura? de los que regresan del Norte es palpable e insultante. Lo bizarro es la norma y lo tradicional es despreciado y disminuido. Las antiguas casas de madera ahora son smbolo de pobreza, los que ?triunfan? en esta modernidad colonial, viven en unas cajas de zapatos hechas de cemento. Los patrones de la ?belleza? ahora vienen de fuera, la gente de aqu, como de muchas partes de Mxico y el mundo colonizado, se han quedado como ?el perro de las dos tortas?; han perdido las tradiciones y no alcanzan la modernidad, que evasiva los deshara permanentemente.

Es entonces cuando veo a las personas necesitadas por un poco de Belleza para alimentar a su desnutrido y famlico espritu, porque el ser humano requiere necesariamente del alimento espiritual que ilumine su vida y le sentido.

La Belleza en una sonrisa de un nio, la Belleza de un amanecer, la Belleza de un generoso rasgo humano, la Belleza de una familia unida, la Belleza de un bosque, una cascada o una montaa. La Belleza de un cielo estrellado o el canto de las aves. La Belleza de escuchar el latido de un corazn o el ruido que hacen las olas al reventar contra las solitarias rocas.

Los seres humanos, usted y yo amable lector, de cara al nuevo milenio y ante la prdida de los valores ms esenciales de la vida, requerimos imprescindiblemente iniciar un viaje al centro de nosotros mismos, para ir en busca de la Belleza perdida.

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