La metáfora es que, si se mantiene el equilibrio se trasciende. Si se pierde el equilibrio, se precipita hacia la estupidez humana o vacío existencial. Esta es la razón por la cual, se dice que Toltecáyotl ?es el arte de vivir en equilibrio?.
Este principio se mantendrá presente hasta la actualidad en la tradición tolteca, con la ceremonia de los ?hombres águila? o Voladores de Papantla. En un gran palo, que une a la tierra con el cielo, cuatro ?hombres o guerreros águila?, volaran cada uno trece vueltas, a partir de las cuatro direcciones, representando el ciclo de 52 años de las estrellas llamadas las Pléyades.
El quinto guerrero águila o volador, llamado actualmente, ?el caporal?, es el maestro u hombre de conocimiento, es el que preside la ceremonia y el único que no está amarrado, es decir, el que al mantener ?el equilibrio? y, por lo tanto, expone la vida, tiene que, por medio de ?flor y canto?, sacralizar la ceremonia. Es decir, el caporal, al mismo tiempo que baila en lo más alto del palo, toca la chirimía y el tamborcillo que lleva en la mano.
De esta idea central, se desprenderá, en gran medida, la distribución arquitectónica de los Tollan. Siempre encontraremos en su plano arquitectónico, independientemente de la cultura: un patio central, cuadrado o rectangular, rodeado de cuatro construcciones que pueden ser habitaciones o pirámides, manteniendo el ?equilibrio entre los espacios y las masas?. Las mismas ?pirámides? tienen cuatro caras y una quinta parte en el nivel superior.
Estos cuatro puntos y su centro, se repetirán como ?fractales arquitectónicos? en los Tollan, en todas partes, en diversos tamaños, con diferentes elementos, pero siempre serán cinco. Esto se puede ver tanto en las edificaciones, como en las estelas, estucos, grabados, etc.
A estos ?cuatro puntos y su centro unificador?, la arqueóloga Laurette Séjurné, les llamó ?quincunce?. También se le conoce como ?La Cruz de Quetzalcóatl? en el Anáhuac, pero de igual forma, en el Sur del continente, la Civilización del Tawantinsuyo, le llama ?La Cruz Chacana?, y está presente, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego, tanto en la arquitectura ancestral, como en la iconografía, así como en el arte popular de los pueblos originarios.
Estos cuatro puntos y su centro unificador, están presentes también en el concepto de los ?cuatro Tezcatlipocas? y su centro, ?El Guerrero de la Muerte Florecida?. De esta manera se representan como: Tláloc el despertar o nacimiento de la vida interior, Xipe Totec el guerrero que libera su espíritu de la materia que lo contiene, Quetzalcóatl la sabiduría y la impecabilidad, y finalmente, Tezcatlipoca la trascendencia de la vida a partir de la muerte, ?la otra realidad?. Y el centro que mantiene la tensión y el equilibrio para lograr la trascendencia.
Existen varias imágenes que representan el quincunce, como expresión del pensamiento tolteca, sin embargo, la imagen iconográfica más representativa es indiscutiblemente la llamada nahui papalotl, ?cuatro mariposa?, en esencia es igual a la conocida como ?Yin y Yang? de las culturas de Asia.
La nuestra, está conformada por cuatro mariposas, que apuntan en perfecto orden a los cuatro puntos cardinales. Estas cuatro mariposas están organizadas en un par de opuestos complementarios. La que apunta al norte está conformada por vacío, es decir, es etérea, generalmente representada en color blanco o claro, o con una oquedad. Su contraparte, al Sur, está hecha de materia y su color es negro u oscuro.
La mariposa que está en dirección Oeste o izquierda, está en color negro u oscuro y representa una parte tangible o concreta. La mariposa que está hacia el Este o derecha, está en la oquedad o vacío, y representa una parte intangible o abstracta.
Cuando las cuatro mariposas están en perfecto orden y equilibrio, en el centro, se forma un caracol marino cortado transversalmente, que es el símbolo de Quetzalcóatl, como el soplo divino que le da conciencia a la materia.
Tanto el Nahui Papalotl, como el Yin y Yang, representan el par de opuestos complementarios que se encuentran en perfecto equilibrio. La sabiduría es la misma en cualquier parte del mundo, y esa es la razón por la que se le llama ?sabiduría perene?.
El ser humano, según el pensamiento tolteca, es un ser nacido del sacrifico y su ser es perfectible, por lo que debe estar en permanente lucha para encontrar ?el equilibrio? y coadyuvar para el mantenimiento de la vida y la armonía. A esta lucha, los toltecas le llamaron ?La Batalla Florida? y ésta, se hacía en la vida cotidiana. Las armas de los guerreros, -hombres y mujeres-, era ?Flor y canto?.
?Nuestras flores del tiempo de lluvia,
fragantes flores,
abren ya sus corolas.
Por allí anda el ave,
parlotea y canta,
viene a conocer la casa del dios.
Sólo con nuestras flores
nos alegramos.
Sólo con nuestros cantos
perece nuestra tristeza.?
Netzahualcóyotl.
Educayotl AC.