Lo que hoy conforma el territorio de nuestro país, fue la cuna de una de las seis civilizaciones más antiguas con origen autónomo del planeta y la que logró el más alto desarrollo humano para todo el pueblo en la historia de la humanidad.
Desde 1492, los invasores han tratado de borrar de nuestras conciencias el nombre propio de nuestra tierra y de nosotros mismos. Nos llamaron indios, dijeron que no teníamos alma, que éramos salvajes, caníbales, etc., etc., etc. Pero nunca han querido llamarnos con nuestras lenguas, para que no existamos como seres propios y dueños de sí mismos, sino como seres y pueblos "descubiertos y civilizados".