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EL ADVENIMIENTO DEL SEXTO SOL

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El mundo, material e inmaterial, es en esencia, un puñado de ideas.

Aquellos que nacimos alrededor de los años cincuenta del siglo pasado, nos ha tocado ver grandes cambios, como ninguna otra generación en este Quinto Sol.

En efecto, el mundo que en nuestra infancia nos entregaron nuestros padres, en muy poco cambió del de que, a su vez, les entregaron sus padres. Y el mundo que sus abuelos les entregaron a nuestros padres tampoco tuvo grandes cambios, y así sucesivamente. El mundo tenía otra velocidad y los cambios, no solo tecnológicos, eran mucho más lentos.

Las ideas y los objetos no caducaban tan rápido, de hecho, no existía el concepto “desechable”. El concepto de lo divino y lo sagrado se trasmitía de generación en generación, casi de manera inmutable y por ejemplo, una cuchilla para afeitarse, en algunas sociedades se trasmitía como un símbolo de autoridad de un abuelo a un padre y a su vez al hijo. Los objetos se hacían para durar y no pasaban de moda.

Sin embargo, a nuestra generación le ha ocurrido un fenómeno único en la historia de este Quinto Sol. Porque las generaciones de los años setentas, ochentas y noventas, para ellos que nacieron en la era de la velocidad, el cambio y el mundo desechable, muy pocas cosas materiales los sorprenden y también, en muy pocas cosas creen. Pareciera contradictorio el mundo de los jóvenes. Por un lado, inmensas masas catatónicas de jóvenes “ninis” que no quieren nada de la vida y menos de la sociedad. Y, por otra parte, reducidos pero excepcionales grupos de jóvenes con capacidades y talentos que nunca antes tuvo la humanidad. Así está el mundo.

Factores, pueden ser muchos, diferentes y hasta contradictorios. Desde el desarrollo de la ciencia y la tecnología, las comunicaciones, la información, los modelos de producción y consumo, hasta ideas “azotéricas” (que no esotéricas), sobre alineaciones galácticas, fechas proféticas por cumplirse, cambio de era, etc.

En el mundo de las ideas podemos decir que hemos cambiado y estamos cambiando cada día con mayor velocidad. Ideas tan importantes como la razón misma de la existencia, la familia, el Estado, lo sagrado, la existencia de Dios y el mal, valores y principios que mueven a las personas, a las familias y a los pueblos, como la virtud, la bondad, la solidaridad, la felicidad, el triunfo y el éxito. Estas ideas están velozmente cambiando para bien y para mal.

Sin embargo, podemos observar que muchos de estos cambios, a diferencia de tiempos pasados, son generados y dirigidos por un puñado de personas, familias o empresas que han llegado a tener un poder de carácter global, como nuca antes ha existido en la historia de la humanidad.

Este poder, por su magnitud, extensión y malignidad, es literalmente incomprensible por su complejidad y porque ha desarrollado una dinámica propia que a veces pareciera que escapa del poder de los seres humanos y se vuelve un Frankenstein que devora a la propia humanidad.

Lo cierto es que “este poder económico-financiero-global”, se ha apoderado de la toma de decisiones de los gobiernos, desde los de los países más ricos y poderosos, hasta de los pobres y subdesarrollados. Por medio de presiones del Mercado o financieras, políticas y militares o todas juntas, los gobernantes y sus grupos locales de poder, se han convertido en “gerentes” de mundo globalizado y solo acatan servilmente los planes globales y administran a sus pueblos y sus recursos naturales a favor de los “invisibles” supra poderes mundiales.

Más allá de las trilladas teorías conspiratorias o “de un complot mundial”, como el de los extraterrestres, los iluminates, la clonación de una nueva raza, etc., lo cierto es que basta con observar y analizar lo que está sucediendo en este mundo global, para darse cuenta que existe un “poder macro global” que está llevando a los seres humanos y al mismo planeta al borde de la catástrofe.

Puntos tan claros y específicos como: la reducción del poder y responsabilidad del Estado frente al Mercado, la privatización y comercialización del agua, la educación y la salud. El monopolio de la producción y distribución a través de empresas transnacionales de los granos básicos, los alimentos procesados, las medicinas. El control total de la ciencia y la tecnología, la energía atómica, el petróleo, las bolsas de valores y centros financieros, los medios de comunicación (globales y regionales) como son la televisión, la radio, los impresos, el cine, las agencias noticiosas. Nunca antes en la historia de “esta humanidad” había existido tal concentración, concertación e intercomunicación del poder.

Los bienes más preciados del ser humano han sido secuestrados por este poder. En efecto, “el bien público” más valioso y poderoso de una sociedad es su gobierno. Pues bien, los gobiernos de los países han sido usurpados por bandas de delincuentes organizados que llamamos políticos, que están como mercenarios al servicio de este mega poder global.

Y el otro bien privado del ser humano, es su consciencia de ser, y está ha sido enajenada, embrutecida y sumida en la ignorancia más atroz de todos los tiempos. El poder global ha reducido a la mayoría de los seres humanos que viven bajo sus valores, principios y paradigmas a niveles de animales salvajes que viven en la “ley de la selva”, luchando por consumir y no ser devorados por otros más fuertes y poderosos que ellos. La insensibilidad, el individualismo y el consumismo, así como la soledad personal y la desolación espiritual son característicos de este nuevo hombre moderno que ha perdido el sentido sagrado y divino del mundo y de la vida.

Gracias a las nuevas formas de comunicación, especialmente la Internet y sus múltiples servicios de comunicación podemos darnos cuenta que, “los grandes males” que vivimos los humanos en nuestros países, son exactamente los mismos y que, los causantes de estos males, también son los mismos poderes que se manifiestan a través de los mismos instrumentos de poder y control global como el FMI, BM, OMC, ONU, OTAN, OMS, etc.

Por todas estas razones, podemos suponer que la respuesta a “los grandes males locales” está justamente en respuestas globales. La “globalización se tiene que democratizar”, es decir, pasar a manos y consciencia de los pueblos y no solo de los grupos de poder.

En este sentido, los insurgentes anahuacas mayas de Chiapas, han sido los primeros visionarios en entender el mundo y sus soluciones de esta manera. En efecto, el EZLN fue el primer grupo intercultural e internacional en proponer “otro mundo” para los habitantes del mundo. Sus “modernas y revolucionarias” propuestas emergían de una milenaria sabiduría humana elaborada por más de ocho milenios de experiencia humana nacida en el Anáhuac y conocida como Toltecáyotl. En los años noventa la gente de vanguardia de Europa y el mundo caminaron paso a paso “el movimiento zapatista” y sus ideas y ejemplo cundieron en Europa. Los “indignados” de España, Francia, Inglaterra, Alemania, Grecia y ahora Washington y Wall Street, son su continuación.

La gente del mundo ya se empieza a dar cuenta que nos han engañado como niños con el nacionalismo, el patrioterismo, la democracia representativa, los partidos políticos, los medios masivos de comunicación, las empresas transnacionales, el american life, la modernidad y el progreso. La gente de muchas partes del mundo empieza a percibir sus males y problemas a nivel global y empieza a entender que existe un supra poder, por encima de sus presidentes, primeros ministros, partidos políticos, reyezuelos y emperadores, todos ellos, minúsculos personajes de escenografía.

La gente empieza a perder “la inocencia” de medidos del siglo pasado y descubre “otra realidad” en su pequeño y frágil “puñado de ideas” sobre el mundo y la vida...su vida. Tal vez, acaso sea este “el nuevo mundo” que está por venir. Tal vez este “despertar” conduzca a la humanidad a otra realidad…será el nuevo Sol, del que tanto nos dejaron dicho los Viejos Abuelos toltecas.

Puerto Escondido, Oaxaca.

Otoño de 2011.

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