Para los mexicanos colonizados, nos resulta muy difícil tener claridad intelectual sobre los pueblos llamados indígenas y su mundo de valores, actitudes y símbolos.
Aunque compartimos el mismo espacio y la misma realidad, vivimos dos formas diferentes de percibir el mundo y la vida. Producto de una sociedad colonial, los mexicanos mestizos ocupamos nuestro reducido espacio en el país en donde la ideología criolla conforma la sociedad o cultura dominante.
Los mestizos a pesar de ser mayoría no tenemos el poder de decisión de las elites criollas para dirigir la nación. Pero criollos y mestizos, no solo desconocemos la Toltecáyotl (esencia del pensamiento ancestral del Anáhuac), sino que rechazamos cualquier manifestación de las culturas herederas de este legado cultural.
Los mestizos entramos en conflicto cuando escarbamos en las profundidades de nuestro mestizaje. Si bien nos aceptamos mestizos, asumimos mayoritariamente la parte europea y desconocemos o rechazamos la parte indígena de nosotros mismos. Esto resulta un tabú maligno que nos corroe el alma y periódicamente amenaza la concordia social. Los indígenas son los otros.
Los atrasados, los pobres, los marginados, los desamparados, pero nunca son nosotros. Indio es todo el que nos cae mal. Colón les llamó equivocadamente indios, a los pueblos originarios, pero hasta la fecha, no nos importa conocer cuál era el nombre que se daban ellos a sí mismos. Ni su nombre, ni su verdadera historia, ni su filosofía, ni nada. No nos interesa saber nada de los pueblos originarios
acaso su folclor para comercializarlo. Los indígenas o los indios son ellos, jamás nosotros. Y frente a ellos, los mestizos tenemos en general dos actitudes. O los vemos desde la perspectiva del encomendero, para explotarlos. O desde la perspectiva del misionero, para integrarlos a nuestra europeizada visión del mundo y la vida.
En la cual por cierto, frente a Occidente -nosotros los criollos y mestizos- somos bananeros, tropicales o subdesarrollados
una mala copia de ellos. El indígena es entonces folclor o pobreza, idealización o desprecio, motivo de estudio o de explotación, pero nunca, hermano, maestro, amigo o compañero.
El desarrollo o la pobreza son de ellos, no es de nosotros. Lo que el mestizo no se cuestiona, es qué existe de la milenaria cultura de los pueblos originarios en la forma de ver y entender su mundo y su vida. En qué forma la cultura indígena se manifiesta en su mestizaje. Cómo esta presente en su percepción de la realidad, su parte indígena. El problema del mestizo hacia su parte indígena es LA INMENSA IGNORANCIA.
En efecto, la ignorancia sobre la historia, filosofía y cultura; en general, no sabemos nada de una de las civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del mundo. Sabemos más de China, India y hasta del milenario Egipto, pero nada de nosotros mismos.
Pareciera como si existiera un apartheidintelectual. Los indígenas de un lado y los otros del otro lado. Se trata de definir, encasillar, identificar a los indígenas y su grado de pureza y originalidad.
No se puede aceptar que todos somos mestizos culturalmente y que no existe pureza racial o menos cultural. Ni en los indígenas, ni en los mestizos y mucho menos en los criollos. Los pueblos que han sufrido una invasión, explotación y destrucción de sus instituciones, autoridades y leyes.
Que han vivido la exclusión histórica, cultural e identitaria, aunque hayan pasado los siglos, siguen luchando internamente por mantener su identidad y su lugar en el mundo como naciones originarias. Pueden ser los pueblos vascos, catalanes o nahuas, mayas, etc.
En todo el mundo las atrocidades históricas, los crímenes de lesa humanidad no se olvidan ni caducan. Son en muchos casos, el fuego subterráneo que mantiene la voluntad de ser y trascender, frete a todas las asechanzas del destino. (2010)