Por las reformas de Tlacaélel, los mexicas impusieron a su numen tutelar que había traído de los desiertos del Norte. Huichilopoztli no pertenece al milenario Panteón tolteca. Huichilopoztli será impuesto, supliendo a Quetzalcóatl, en la dualidad divina.
Esta es la razón por la cual Malinche le recomendó a Cortés, asumir el papel de embajador de Quetzalcóatl, en el año de su profetizado regreso.