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PEDRO ANGEL PALOU

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Ha partido al Mictlán uno de los más importantes y trascendentes hombres de la Cultura, no solo de Puebla, sino de México, don Pedro Ángel Palou. La obra de “don Pedro” fue mayúscula, no solo en el campo de la Promoción Cultural, en donde se ubica, como uno de los llamados, “Cruzados de la Cultura de México”, ya que desde la década de los años setentas inició, una de las Casas de Cultura más importantes del país.

Fue un modelo a nivel nacional y “don Pedro y su gente”, hicieron escuela y la Casa de la Cultura de Puebla fue un referente hasta los años ochenta, cuando gracias a su capacidad de despertar la sensibilidad de los políticos, se puedo crear, gracias a su persistencia, la Secretaría de la Cultura. Esos años fueron de luz y dinamismo, Puebla llevó la batuta en el concierto de la Promoción Cultural a nivel nacional. Se rescataron edificios del Patrimonio Cultural y se crearon una diversidad de instituciones culturales. Pedro Ángel, tuvo la capacidad de que, los hombres de la política entendieran la importancia de la dimensión intersectorial de la Cultura en Desarrollo del estado. Gracias a su incansable trabajo, Puebla cambió, y se hizo, capital cultural de este país. No podemos dejar de recordar las dos Reuniones Nacionales del Instituto Nacional de Bellas Artes en provincia en los años ochenta. Necesariamente se recuerda al mejor director general del INBA, el Lic. Juan José Bremer Martino formado una mancuerna histórica con don Pedro, para el bien de Puebla.


Pedro Ángel fue un noble promotor de la creación de las Casas de Cultura en la geografía poblana. Las regiones de Puebla, también están en deuda con un hombre que las recorrió, una y otra vez. No existía comunidad que él no conociera, y que, en ella, lo reconocieran como un generoso coadyuvante para su desarrollo cultural. No fue un funcionario de “ciudad capital”. Siempre preocupado por realizar actividades culturales en los municipios poblanos.


Tuve la suerte de que me invitara, en varias ocasiones, al interior del estado a realizar taller de capacitación para los directores de las Casas de Cultura. Y esa es, justamente, otra de las facetas de Pedro Ángel. La preocupación permanente por elevar los conocimientos técnicos y culturales del personal de las instituciones culturales. Don Pedro Ángel Palou, a lo largo de su vida, hizo “escuela” enseñando esta compleja profesión de ser promotor cultural, donde él era un verdadero maestro.


Y esto nos lleva a otra importante faceta de Pedro Ángel, fue un educador insigne. Le nacía desde adentro la docencia. Muchas poblanos empezaron a conocer y valorar la historia y la cultura de Puebla, gracias a la magia que poseía en sus conferencias, clases y charlas. Don Pedro fue un incansable investigador de la historia de Puebla, nos deja una pléyade de trabajos, ensayos y libros que difícilmente pasarán al olvido, porque ya forman parte del Patrimonio Cultural poblano.  


Al final de su larga y productiva existencia, como si no fuera poco, todo lo que hasta ese momento había logrado, tomó el desafío de “construir” El Consejo de la Crónica del Estado. Cansado, y con achaques del tiempo, vimos a don Pedro “cabalgar con su rucio”, nuevamente, por las regiones de estado de Puebla, construyendo, convenciendo y logrando los apoyos con presidentes municipales, autoridades estatales y federales, para lograr el ejemplar, modelo del Consejo de la Crónica.


Pero tal vez, la Genesis de toda esta impresionante y maravillosa vida, es la “GENEROCIDAD”. En efecto, Pedro Ángel era un hombre muy generoso. No solo con sus amigos, sus compañeros de trabajo y con las instituciones que fundó y en donde trabajó. Siempre recordaré de él, esa generosidad natural, sencilla y afectuosa. Sin protocolos y sin bobos y platillos. La “marca de Pedro Ángel” fue, indudablemente su don de gente, su sencillez y sobre todo su generosidad.


La pasión con que vivió Pedro Ángel, es de aquellas con las que se crea un imperio. La historia, la cultura, el Patrimonio Cultural, la docencia, fueron vividas con intensa pasión, en cada una de sus “batallas culturales”, mandaba por delante el sable de su inteligencia, y su gente, amigos y hasta enemigos, tenía que ir tras él, porque por todo lo que luchó, trabajó y construyó don Pedro, nada era para él, todas esas batallas, fueron por el bien de Puebla.


En estos tiempos, en que “la nada se está acabando todo”, la vida de Pedro Ángel Palou, resulta un valioso referente, y como el Cid Capeador, seguirá ganando batallas culturales, con su ejemplo, después de la muerte. Descanse en Paz tan ilustre hombre.

Guillermo Marín, Oaxaca, enero de 2018.

 

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