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LAS ENSEÑANZAS DE DON JUAN

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En este libro Carlos Castaneda hace un recuento de sus primeras experiencias con Don Juan y con las plantas de poder. El autor conoce a Don Juan a finales de 1960 e inicia su aprendizaje en junio de 1961, para concluirlo, en lo que podríamos llamar su primera etapa, en octubre de 1965. El libro se edita hasta 1968. En esos primeros cuatro años el autor confronta su "realidad" como hombre formado en la cultura occidental, antropólogo e investigador, con la de un viejo brujo yaqui, el cual tiene fama de conocer el secreto de las plantas alucinógenas.

 

Durante este tiempo el autor es sometido a un proceso de "sensibilización" a través de la ingestión de plantas de poder y nos relata estos estados, que por demás resultan fascinantes, pero que tienen poco valor en términos de aportación de conocimiento. En su segunda obra Castaneda relata que le muestra orgulloso a Don Juan su primer libro, a lo que Don Juan no le da mayor importancia. Deducimos que Don Juan sabía que el verdadero conocimiento estaba depositado en el lado izquierdo de Castaneda y que éste sólo lo recordaría si llegaba a ser un guerrero impecable.

 

Esta obra tiene poca profundidad ya que, como el propio Castaneda reconoce en Una realidad aparte, al reexaminar las notas de campo que no había empleado en la realización de Las enseñanzas de don Juan, se dio cuenta de que había descartado una gran cantidad de datos valiosos debido a su énfasis en los "estados de realidad no ordinaria".' Don Juan buscaba, con las plantas de poder, "sacudir" a Castaneda para destapar sus niveles de percepción. Don Juan dice a Castaneda él mismo ya no necesitaba fumar debido a que el "Humito" era su aliado y podía llamarlo donde fuera y cuando fuera. En su cuarto libro, Relatos de poder, el autor menciona que después de hacer una revisión detallada de lo aprendido, empezaba a cuestionar la función de las plantas de poder dentro de su aprendizaje. A la pregunta de Castaneda respecto a

Este primer libro llamó mucho la atención Estados Unidos porque en aquel tiempo muchos jóvenes norteamericanos habían tomado el camino de las drogas. Alentados por los relatos de Castaneda, muchos pensaron que la droga era la única vía al conocimiento de otra fantástica realidad dentro de nuestro mundo; pero el mismo Don Juan señala que el costo de ingerir estas drogas es muy alto para el cuerpo; que se puede transitar el camino del conocimiento evitando pagar tan alto y peligroso costo.

 

En los inicios de su aprendizaje, relatados en Las enseñanzas de don Juan, el joven Castaneda estrellaba su racionalismo, su cultura occidental y su antropología contra lo que para él era el incomprensible y aterrador conocimiento de un indio anciano y enigmático.

 

El "poder" había seleccionado a Castaneda y Don Juan le preparó una artimaña para "engancharlo" como aprendiz. Esta tarea requiere del brujo un esfuerzo de imaginación e impecabilidad. Según la tradición, debe atraerse al aprendiz ya sea por medios drásticos o despertando su curiosidad o interés. En su caso, Castaneda tenía que hacer una investigación antropológica y Don Juan aparecía ante sus ojos como un excelente informante. Así, en visitas aisladas o durante los veranos, en el transcurso de poco más de cuatro años, el investigador convertido en aprendiz fue conducido de manera impecable, pese a su resistencia racional, en apariencia inquebrantable, hacia los intrincados caminos de la otra realidad. La riqueza literaria de esta obra, que logró despertar la fantasía y el interés de muchos, contrasta con la poca cantidad de conocimiento profundo que Castaneda pudo plasmar en el libro. No por ello desdeñamos su valor intrínseco ni el esfuerzo descomunal de Castaneda para tratar de entender la nueva realidad que se presentaba ante su sacudida razón.

 

Durante este tiempo Don Juan le habló y le mostró muchas cosas y Castaneda empezó su camino al conocimiento; pero, como ya dijimos, el aprendiz recibe la instrucción en dos áreas, la del tonal (derecha) y la del nagual (izquierda). Por la poca energía que poseía Castaneda en aquella época, las enseñanzas del lado izquierdo simplemente se almacenaron y, para comprender las enseñanzas para el lado derecho, Castaneda aún no disponía de la suficiente flexibilidad.

 

De esta obra diremos que Castaneda recoge la inquietud de Don Juan por tratar de que el autor se haga responsable del camino que comienza a andar y que lo puede llevar a convertirse en hombre de conocimiento. A la pregunta de Castaneda respecto qué deberá hacer para Regar a ser hombre de conocimiento, Don Juan le responde que deberá desafiar y derrotar a "sus cuatro enemigos naturales". Dice Don Juan que el conocimiento nunca es aquello que uno espera. En cada paso el aprendiz se encuentra en un atolladero, y su miedo crece sin misericordia... Así tropieza con su primer enemigo natural: ¡el miedo!..., al cual debe desafiar para dar el siguiente paso, y el siguiente, y todos los posteriores. Estará lleno de miedo y, sin embargo, no deberá detenerse. Llegará entonces el momento en que se retire su primer enemigo. El hombre principia a sentir seguridad en sí mismo.

 

Su propósito se hace más fuerte y la tarea de aprender deja de ser una tarea aterradora. En ese momento, el hombre ha derrotado a su primer enemigo natural. … ha adquirido la claridad de mente que elimina al miedo… ese es su segundo enemigo natural: ¡La calidad¡ Esa claridad de mente puede cegarlo porque lo fuerza a no dudar de sí mismo.

 

Seguridad lo impulsa a hacer cuanto se le antoja, Porque todo lo ve con claridad. Pero la claridad es una ilusión de poder a la que puede rendirse; ; si lo hace, habrá sucumbido a su segundo enemigo natural y no podrá aprender. Debido a su torpeza… Para evitarlo deberá desafiar a su claridad y esperar pacientemente y ser cauteloso antes de un error. Vendrá entonces el momento en que podrá comprender que su claridad sólo es un punto delante de sus ojos.” Así habrá derrotado a su segundo enemigo. Habrá llegado a un punto en donde nada lo podrá dañar… El anhelado poder será suyo por fin. Podrá hacer lo que se le antoje con su poder. Podrá dominar a su aliado y su deseo será la regla… Habrá entonces tropezado con su tercer enemigo natural: ¡el Poder!... En esta etapa el hombre apenas puede advertir que su tercer enemigo lo asecha. De pronto, sin saberlo, habrá sucumbido en su batalla. El Poder lo hará un hombre cruel y caprichoso… Un hombre en tales circunstancias llega a la muerte sin realmente manejar el poder... Debe darse cuenta de que el Poder conquistado no es suyo en verdad… Si logra entender que sin control de él mismo, la claridad y el Poder son terribles enemigos, llegará al punto en que dominará todo. Será entonces el momento y la forma en que deberá usar su poder. Habrá derrotado así a su tercer enemigo natural.

 

Para entonces el hombre estará al final del de su camino al conocimiento y, casi sin advertirlo, enfrentará a su último enemigo natural: ¡la vejez¡… Habrá perdido el miedo, su claridad ya no será impaciente, todo su poder estará controlado, pero siente un deseo constante de descansar. Si se entrega a su deseo de descansar y olvidar, arrullado por la fatiga, su enemigo lo volverá una vieja y débil criatura. Su claridad, su poder y su conocimiento estarán vencidos.

Si el hombre logra sacudiese la fatiga y cumple su destino hasta que llega el final, podrá considerarse hombre de conocimiento, aun cuando sólo sea por unos breves momentos en los que logra despojarse de su último enemigo, al cual nunca podrá vencer.

 

Don Juan menciona a Castaneda que en la vida hay muchos caminos que recorrer, pero que un hombre, antes de embarcarse en un camino, debe estar libre de miedo y ambición; entonces, deberá preguntarse si el camino tiene o no tiene corazón. Una vez hecha la pregunta, el hombre conocerá la respuesta. Un camino sin corazón nunca se disfruta; por el contrario, se vuelve contra uno y nos destruye. Un camino con corazón, en cambio, no nos hace batallar para hallarle el gusto. El camino sin corazón, en todo su recorrido, nos da dolor y angustia. En cambio el camino con corazón nos da armonía y bienestar.

 

Cuando Castaneda tiene su primer encuentro dentro del mundo de la brujería, preso del más terrible miedo decide abandonar el aprendizaje.5' Tenia que ordenar sus ideas. Su concepción occidental del Mundo carecía ya de certeza absoluta. Pensó que en su camino para volverse hombre de conocimiento había sucumbido a su primer enemigo natural.

 

Con gran maestría Don Juan convence a Castaneda de que está enfrascado en una batalla con una bruja llamada Catalina, quien supuestamente se ha empeñado en matarlo. Castaneda está dispuesto a prestar ayuda a Don Juan, quien le pide enfrentar a Catalina. Los detalles de este enfrentamiento son descritos por Castaneda en Una realidad aparte. Sólo diremos que la impresión de ese enfrentamiento y la "evidencia" de que la bruja Catalina se había vuelto contra él, fueron decisiva para que, como el propio Castaneda reconoce en Una realidad aparte, abandonara el aprendizaje invadido por el más irracional pánico.

 

(tomado del libro "Para leer a Carlos Castaneda" )

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