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LOS PASES MÁGICOS

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-La sabiduría práctica de los chamanes

del antiguo México:

la TENSEGRIDAD-.

 

Primera edición en inglés, 1998.

Primera edición en español, 1998.

Titulo original: Magical Passes

271 páginas. Editorial Atlántida. S.A.

Traductor: Dorotea Pläcking de Salcedo.

Impreso en España.

 

A principios de 1998 aparecerá el último libro de Carlos Castaneda, “Los Pases Mágicos –La sabiduría práctica de los chamanes del antiguo México: La TENSIGRIDAD”, debido a que en Abril muere en California, E.U. Según su apoderada legal, de un cáncer en el hígado y fue dada la noticia a los medios hasta julio, ya que según declaró ante la prensa su abogada, si Castaneda había vivido al margen de los medios, la primicia su muerte no tendrían por que tenerla los diarios y los noticieros. Sea como fuere, aparentemente estamos frente al último libro que escribirá, por lo menos bajo este nombre, el reconocido nagual.

 

Han pasado exactamente 30 años de la publicación del primer libro (Las enseñanzas de don Juan, una forma yaqui de conocimiento). Castaneda ha sido durante este tiempo, desde lectura “undergroun”, hasta “Best Seler”; pasando por lectura obligada de intelectuales, antropólogos, “azotericos”, iniciados y personas en busca de otra realidad. Lo cierto es que la obra de Castaneda en vez de pasar de moda, se ha ido quedando como una lectura inquietante y amenazadora. Para mantenerse 30 años en el mercado, con increíbles tirares, en varias generaciones y con los más ácidos detractores, suponemos que la obra tiene algún mérito.

 

Se han hecho muchos juicios de su obra y muchos más de su persona que no tiene caso citar. Sin embargo ningún ensayo que yo conozca, incluyendo este, ha logrado “tocar” lo esencial del “conocimiento silencioso”. En parte porque tiene que ver con una percepción diferente del mundo y de la vida, que hasta el momento le ha costado mucho trabajo asimilar a la cultura occidental.

 

Castaneda da entender en “Pases Mágicos”, que en los nueve libros anteriores muy poco trató de la esencia práctica del conocimiento de los chamanes del antiguo México. Durante toda la enseñanza Castaneda veía como don Juan hacia movimientos extraños que además le pedía que los practicara y los aprendiera. Castaneda menciona que, sobre todo al principio, estaba seguro de que don Juan estaba loco y era muy “excéntrico”, por lo cual le puso relativamente muy poca atención a esos extraños movimientos que don Juan le enseñó.

 

En el décimo libro, Castaneda confiesa que la parte más importante del conocimiento de los toltecas, está depositado en esos extraños ejercicios. De esto resulta que como lo había estado repitiendo don Juan, y Castaneda por hay lo anotó en sus libros varias veces. El “conocimiento silencioso” no se aprende a través de la razón, ni por libros; sino a través del cuerpo.

 

Se parte de que los seres humanos somos cargas energéticas; huevos luminosos como describe don Juan. Estos huevos luminosos tienen una determinada carga energética que no se puede aumentar por una parte. Por otra, el “huevo luminoso” en el ejercicio de su vida, deja de utilizar grandes cantidades de energía que se van “depositando” en lugares no accesibles por lo común en el huevo. Estos “depósitos” de energía tienen que ser activados e incorporados al torrente energético de uso cotidiano, para con ello, proporcionarle energía “fresca” al guerrero, para tener la capacidad de entrar en contacto con la “otra realidad”, con lo inconmensurable.

 

De modo que lo que le enseñó don Juan a Castaneda fue a ahorrar energía en su vida cotidiana. Esto es, “vivir como guerrero”, este ahorro de energía, junto con la re-funcionalización de la energía acumulada y no usada, son la puerta al conocimiento silencioso,... a la eternidad.

 

Esos ejercicios que don Juan le enseño sin mayor aspavientos durante muchos años a Castaneda, son reconocidos ahora como “Los Pases Mágicos” y según el autor se los atribuye a los toltecas del México antiguo. Sin embargo, en la dedicatoria de este libro, Castaneda deja un pensamiento críptico:

 

“ A cada uno de los practicantes de tensegridad que, al unir sus fuerzas en torno de ella, me han puesto en contacto con formulaciones energéticas a las que ni don Juan ni los chamanes de su linaje tuvieron acceso jamás.”

 

De esta manera resulta que lo que llamaba Don Juan “pases mágicos” o como ahora le llama Castaneda “tensegridad”, es una “variante” más avanzada que la que practicaron por miles de años los toltecas de México. Por lo menos es lo que propone Castaneda.

 

Racionalmente se escucha coherente. Somos cargas energéticas y el conocimiento no es más que energía; la energía en el huevo luminoso, no se puede crear o transformar, sólo se puede “recanalizar”. Luego entonces, las “enseñanzas de don Juan”, no son otra cosa más, que la re-canalización de la energía del huevo luminoso, para con ello, penetrar a campos de lo inconmensurable y de lo trascendente.

 

Esta re-canalización se hace a través de la tensegridad, que son una serie de pases mágicos o ejercicios en series determinadas, que pretenden estimular cierta energía que se encuentra acumulada en lugares específicos del huevo luminoso, estas “acumulaciones” se deben a la forma irresponsable en la que vivimos o dicho en otras palabras, en la forma irresponsable en la que usamos y desperdiciamos nuestra energía. Cómo el “huevo luminoso” no puede obtener más energía que la que contiene, es necesario utilizar la que se ha ido quedando acumulada por una forma incorrecta de vivir. Esta re-canalización de la energía desperdiciada se logra a través de unos ejercicios o pases mágicos, que el practicante aprende como rutinas en varias series. Esta “estimulación” de su energía no utilizada, produce a lo largo de mucho tiempo y de una rigurosa práctica, efectos sorprendentes en el huevo luminoso y se traduce en el ánimo y conciencia del practicante.

 

El texto en cuestión contiene una introducción, una explicación de lo que son los pases mágicos, otra de la tensegridad y finalmente lo que llama “Las seis series de la tensegridad”.

 

Después divide al libro en cada una de las seis series con los siguientes títulos y subtítulos:

 

PRIMERA SERIE

-Serie para la preparación del intento-

Primer grupo: Aplastar la energía para el intento.

Segundo grupo: Agitar la energía para el intento.

Tercer grupo: Acumular la energía para el intento.

Cuarto grupo: Respirar la energía del intento.

 

SEGUNDA SERIE

-Serie para la matriz-

Primer grupo: Pases mágicos pertenecientes a Taisha Abelar.

Segundo grupo: El pase mágico relacionado con Florinda Donner-Grau.

Tercer grupo: Pases mágicos que tienen que ver en particular con Carol Tiggs.

Cuarto grupo: Pases mágicos que pertenecen al Explorador Azul.

 

TERCERA SERIE

-Serie de los cinco intereses: La serie de Westwood.-

Primer grupo: El centro de decisiones.

Segundo Grupo: La recapitulación.

Tercer grupo: Ensoñar.

Cuarto grupo: El silencio interior.

 

CUARTA SERIE

-La separación del cuerpo derecho y del cuerpo izquierdo: serie del calor.-

Primer grupo: Remover la energía del cuerpo izquierdo y del cuerpo derecho.

Segundo grupo: Mezclar energía del cuerpo izquierdo y del cuerpo derecho.

Tercer grupo: Mover la energía del cuerpo izquierdo y del cuerpo derecho con la respiración.

Cuarto grupo: La predilección del cuerpo izquierdo y del cuerpo derecho.

 

QUINTA SERIE

-Serie de la masculinidad-

Primer grupo: Pases mágicos en que las manos se mueven al unísono pero se mantienen separadas.

Segundo grupo: Pases mágicos para focalizar la energía de los tendones.

Tercer grupo: Pases mágicos para robustecer la resistencia.

 

SEXTA SERIE

-Dispositivos utilizados en combinación con pases mágicos específicos-

Primera categoría.

Segunda categoría.

 

El libro esta construido de tal manera, que resulta una guía práctica para iniciarse en estos, que llamaremos, “ejercicios energéticos de conciencia”. Con explicaciones más o menos aplicables y apoyadas con fotografías, el lector puede ir penetrando en la práctica cotidiana en los pases mágicos.

 

Tal vez, lo más importante es la respuesta que irá teniendo el propio cuerpo o huevo luminoso. En efecto, como estas enseñanzas no son racionales sino energéticas, el cuerpo al través del ejercicio y la práctica, “va enseñando a la mente” a hacer mejor los ejercicios, en virtud del estímulo que recibe o dicho de otra manera, del bienestar que experimenta al realizarlo de tal o cual forma el ejercicio.

 

Esta es pues, la propuesta final que nos entrega el nagual Carlos Castaneda antes de retirarse de este mundo. Su obra contiene aportaciones importantes al mundo de las ideas de nuestros tiempos. Ya sea como la concepción del mundo y de la vida de don Juan y los toltecas del antiguo México o sea la de Carlos Castaneda, suponiendo que toda la obra fuera creada a partir de la imaginación de este “talentoso escritor”. Sin embargo, la obra esta ahí y es innegable en estos 30 años.

 

Entre las aportaciones más importantes que encontramos en la obra de Castaneda, sería la incorporación de la figura del Chaman u “Hombre de conocimiento indígena”, en el mundo de la ciencia, los intelectuales y los investigadores occidentales. Como lo señala Octavio Paz, en el prólogo del primer libro que editó el Fondo de Cultura Económica en 1974.

 

“Si los libros de Castaneda son una obra de ficción literaria, lo son de una manera muy extraña: su tema es la derrota de la antropología y la victoria de la magia, si son obras de antropología, su tema no puede ser lo menos; la venganza del “objeto” antropológico (un brujo) sobre el antropólogo hasta convertirlo en un hechicero. Antiantropología.” (Las enseñanzas de don Juan. Página 11) .

 

Los antropólogos son quienes más niegan algún valor en la obra de Carlos

Castaneda. Nuestro admirado amigo Guillermo Bonfil Batalla, uno de los más brillantes antropólogos que ha tenido México, cuando le pedí que me hiciera el prólogo para la primera edición del ensayo “Para leer a Carlos Castaneda”, se negó rotundamente y literalmente me dijo; “tocayo pídeme cualquier otra cosa, menos hacer un prologo sobre Castaneda”.

 

La segunda aportación sería el exponer un cuerpo de ideas muy decantadas y complejas sobre el mundo y la vida, que un indio yaqui llamado don Juan nombra toltequidad y que los expertos como Miguel León Portilla reconocen como Toltecáyotl. En efecto, Castaneda nos presenta un sistema de conocimiento que según le enseño su maestro don Juan, como la herencia milenaria del México antiguo. El hablar y aceptar que en el México antiguo existió un sistema muy decantado y complejo de conocimientos, que no sólo explicaban el mundo y la vida (filosofía), sino que les dieron el “poder” para interactuar eficientemente en el mundo concreto en el que vivieron. De esta manera se derrumba el mito para sojuzgar permanentemente a los pueblos indios creado por los colonizadores europeos, de que los indígenas eran salvajes e incapaces de crear una filosofía definida y decantada, que sólo poseían una diabólica religión politeísta. Pero lo que resulta también importante es destruir el mito de que “todo lo antiguo es necesariamente primitivo”. Las propuestas energéticas del mundo y del ser humano que don Juan y su linaje manejan según Castaneda, resultan muy avanzadas para nuestros tiempos.

 

La toltequidad, la Toltecáyotl o como ahora le llama Castaneda, “la tensegridad”, se nos presenta como un conocimiento muy avanzado de la energía, que occidente todavía no logra descifrar cabalmente. Nos permite superar la idea de que los vestigios arqueológicos de estos audaces investigadores, eran “centros ceremoniales” para rendir culto a los “dioses” asociados con los fenómenos naturales como el viento, el rayo, el agua y que, fueron construidas estas impresionantes obras materiales para, “hacer ciudades, fortificaciones, panteones o palacios de una supuesta nobleza parecida a la europea”, en donde realizaban sangrientas ceremonias rituales a sus dioses tutelares.

 

La tercera aportación fue que Castaneda en 1968, mucho antes de Guillermo Bonfil (1987) y la rebelión indígena de Chiapas (1994), pone en el escenario a los indígenas. En efecto, los indígenas en México debido a la colonización cinco centenaria representaban el último peldaño en la escala social, eran los ignorantes, los incapaces, los primitivos. Alguna vez me comentó el escritor José Agustín, quien le tradujo en 1982 a Castaneda el libro “El Don del Águila”, que en 1968 él trató infructuosamente de que el Fondo de Cultura Económica, editara el primer libro de Castaneda “Las enseñanzas de don Juan, una forma yaqui de conocimiento”. Es lógico entenderlo, quien en sano juicio en 1968 en México, podría suponer que un indio yaqui podría tener alguna enseñanza para la cultura dominante. El tiempo le dio la razón a José Agustín y en 1974 el Fondo tuvo que editar con 7 años de atraso, el primer libro de Castaneda, ya que se había convertido en un super Best Seler, no sólo en Estados Unidos sino en el mundo entero. Para tal efecto, el Fondo tuvo que incorporarle un prólogo de uno de los más connotados intelectuales mexicanos como lo era Octavio Paz. Con el “aval” de Paz, la obra se empezó a vender como pan caliente en México, pero más, como una moda, que como producto de un despertar de conciencias. Hasta la fecha, a pesar de que los libros de Castaneda tienen ventas superiores a los grandes de la literatura, sigue siendo relativamente un desconocido en México.

 

Así pues, nos encontramos con al parecer el último libro de Carlos Castaneda, se nos informa “oficialmente” que murió de un cáncer. Nosotros creemos que el tiempo humano del nagual Castaneda probablemente ha terminado. La tarea que tuvo que cumplir en este mundo, después de saltar de un precipicio, allá en lo más alto de la Sierra Norte de Oaxaca, al parecer ha terminado.

 

Deja un nuevo linaje con sus guerreras extranjeras y una nueva práctica con la tensegridad. Carlos Castaneda en algún momento reconoce que don Juan nunca le enseño a tratar con el mundo profano, a quien ahora (extrañamente) le tratan de trasmitir el antiguo conocimiento de los legendarios toltecas.

 

La tensegridad o los llamados “pases mágicos”, son una nueva propuesta, de antiquísimos conocimientos toltecas, que nos deja el nagual Castaneda de cara al nuevo milenio. Tomado del libro “Para leer a Carlos Casteneda” Guillermo Marín.

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