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La Greca Escalonada y el Tonalpohualli (Conclusiones)

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La Greca Escalonada y el Tonalpohualli (Conclusiones)
Por muy racionales o espirituales que sean, los caminos que aborden el significado
místico de los símbolos, más que a saciar la razón y su lado exotérico, en el fondo
tratan de encontrar los signos que nos muestren el significado esotérico de la vida. Por
este motivo Conrad Fiedler escribió: ?En la creación de una obra de arte el hombre se
entrega en una lucha con la naturaleza no por su existencia física, sino por su
existencia espiritual. ? Si algo hemos demostrado en estas páginas, es la importancia
que tiene el símbolo como manifestación de lo sagrado y al que sólo se puede acceder
por medio del arte. Sigmund Freud consciente de esta búsqueda afirmaba que las
imágenes son los cordeles que nos llevan a los estados profundos de la psique, más
aún, se afirman como las estructuras mismas en que se organiza el inconsciente. Diego
Lizarazo ampliando el alcance social de la imagen afirmó que ?El universo iconográfico
de una cultura es un terreno fértil para comprender las inclinaciones, los intereses y las
motivaciones de un pueblo?. (Lizarazo, 2010)

Si queremos tener una clara idea de la madurez lograda por los artistas prehispánicos,
tenemos que enfocarnos en el arte europeo renacentista, cuando los artistas
descubrieron las reglas de la perspectiva que permitió por primera vez comprender la
verdadera geometría del mundo, y así reproducir fielmente al mundo sensorial, A partir
de ese momento la pintura fue cada vez más realista, los temas pictóricos se limitaron
a copiar lo más exactamente posible el mundo material, incluso los temas religiosos
eran concretos y prosaicos, los relatos de Moisés, la ascensión de Jesús y sus
milagros, no se presentaban como hechos simbólicos, figurativos o conceptuales sino
como acontecimientos reales y concretos. Un verdadero arte espiritual no tiene porqué
copiar crucifixiones, santos o budas. En cambio en el México antiguo un artista estaba
endiosado en la medida en que podía desidentificarse del ego, trascender su yo
separado y permitir que lo supraconsciente fluyera a través de él y se expresara en la
obra de arte. Herbert Read expreso muy claramente esta idea cuando afirmó: ?La
actividad artística podría por lo tanto describirse como una cristalización, a partir del
reino amorfo del sentimiento, de formas significativas o simbólicas. Sobre la base de
esta actividad se hace posible un «discurso simbólico», y surgen la religión, la filosofía
y la ciencia como modos de pensamiento. (Read, 1993: 13)
Pensar en el significado místico de Quetzalcóatl en la complementación y unión de
opuestos que implica ?La serpiente emplumada? o que ?El enemigo? somos nosotros
mismos cuando nos vemos en el espejo de Tezcatlipoca es entender la metáfora
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mística que envuelve el arte prehispánico, y nos identifica con el principio trascendental
que une todo en el universo.
Hemos visto que la lengua describe la manera de percibir el mudo, y una lengua que
emplea constantemente la metáfora debe tener una concepción del arte sumamente
espiritual. Tenemos por ejemplo el uso que hacían en Mesoamérica del difrasismo, un
recurso retórico que acepta la posibilidad de que dos palabras contrarias aludan a un
tercer significado, es decir, que la coexistencia de opuestos es comprensible, cosa que
en nuestra cultura no hemos podido resolver. Términos como Teocuitlatl ?divina
porquería? no tiene sentido si atendemos a la interpretación directa de la palabra y nos
perdemos la posibilidad para entender aquello que trasciende o se eleva de la
inmundicia a lo espiritual, o por supuesto el ya comentado Ixtli Yollotl ?rostro y corazón?
y finalmente, in Tlilli in Tlapalli difrasismo descriptivo de la sabiduría y traducido como
?lo negro lo rojo? la ausencia de color y lo colorido, es decir la totalidad de lo
cognoscible visible o invisible.
Este es el caso que encontramos con el símbolo
ahora propuesto para la greca de Tlamamatl yohalli
un difrasismo de la retórica visual de estas culturas
que integra las partes opuestas y las integra en la
unidad sin fundirse y conservando sus naturalezas
contrarias. Dos energías o principios que componen
todo ser en la naturaleza que es un principio
ontológico para estas culturas. Lo vemos
perfectamente expuesto en las dos corrientes que
transitan por el interior hueco de los árboles en las
esquinas del mundo subiendo las corrientes frías y
nocturnas y bajando las cálidas y solares para
juntarse en el nivel terrestre o humano de las
cuales se alimenta (figura 290).
La piedra roseta que nos aclara parte del misterio de este
importante símbolo es la estela de Placeres de Oro que ya
comentamos en la cual vemos que la simbología en ella
expuesta es una especie de traducción de dos conceptos
similares (figura 291). En ella vemos dos serpientes bicéfalas
que hacen contacto sus cabezas con la parte superior e inferior
de la estela y que representa los niveles celestes, la serpiente
ha sido siempre el vehículo que sirve de puente entre los tres
mundos que conforman su cosmovisión, por ello forman parte de
las alfardas de sus pirámides, y dentro de ellas distinguimos por
un lado estos dos corrientes que se tuercen entre si, y por el otro
lado dos grecas una ascendente y la otra descendente y en
medio de estas el signo en ?S? que simboliza la comunicación
entre los diversos niveles..En la parte superior dos personajes
que parecen ser aves de perfil que al juntarse forman un rostro
de frente de igual manera que las serpientes bicéfalas en la
parte inferior.
Figura 290. Árbol del norte
lámina 50 del códice Borgia
Figura 291. Estela
Placeres del Oro
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Una escultura que nos puede ayudar a
reafirmar el mismo principio de diseño en
su conformación y en su significado y al
cual se le considera intermediario entre
los tres niveles de su cosmovisión es el
Chac mool. Según una teoría sobre su
posible significado, es el mensajero de
los dioses que lleva las ofrendas que se
ponen sobre el plato que tiene en el
abdomen, sin embargo si atendemos un
par de detalles de su iconografía vemos
que tiene un pectoral de mariposa, claro
signo solar y nagualico, además de una
banda estelar en su cabeza, ambos
elementos complementarios al representar el día y la noche. Tal vez por esta razón en
el diseño de su forma se pueden ver claramente un eje bidireccional que se dirige hacia
la tierra y el cielo (figura 292).
El universo geométrico que se concibe en Mesoamérica se proyecta en el diseño de la
greca escalonada, pues como hemos visto tiene como matriz geométrica una red de
cuadrados que es la manera como dividían los grupos indígenas el cosmos. En otras
palabras, el origen formal de la greca se basa tanto en su concepción astronómica
como teológica, porque no hay muchas culturas que divinizaran la naturaleza a tal
punto que al comprender su regularidad encontrarían los fundamentos que dieron
origen a su panteón, no olvidemos que los dioses tuvieron un nombre y un
comportamiento calendárico:
?En efecto los calendarios mesoamericanos expresaban la ciencia de los ritmos y
ciclos, y como tales constituían el núcleo de todas las manifestaciones culturales y
privadas, el eje de la vida de los pueblos y las personas, las que articulaban su
existencia en su entorno. Esos libros como obras de arte totalizadoras albergan en si
todas las ciencias y conocimientos, y constituyeron por siglos la máxima expresión de
estos pueblos que reglaban todo por su medio, desde el nombre ?y destino- de las
personas, es decir, su identidad, como sus ritos y actividades sociales. No como a la
manera de los meros calendarios profanos a los que estamos acostumbrados, sino con
la interrelación y combinación perfecta de todas las posibilidades conjugadas en una
danza fantástica donde la naturaleza y sus reinos, las piedras, las plantas, los
animales, los hombres, los dioses, los movimientos de los planetas y estrellas, su
historia, sus colores simbólicos, los puntos cardinales y los ciclos semanales,
mensuales, anuales y las grandes eras, o sea el espacio y el tiempo, armonizados por
la magia exacta e ineludible de los números.? (González, 1986 capitulo XVII).
Si la vida de estos pueblos se gobernaba en todos los niveles por el calendario
estamos conscientes que el arte no estaba exento de esta influencia, y además estaba
ampliamente nutrido por su geometría y los números sagrados de su cosmogonía, que
venía a ser un reflejo de su calendario. Paul Westheim calificó las formas
características del arte antiguo de México como eminentemente espiritual, por ello
Figura 292. Chac mool de Chichén-itzá
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afirmó: ?Tarea y meta del arte mesoamericano es la interpretación del mito, su
modalidad característica es un realismo mítico. Así como el arte gótico o la pintura del
greco transforma lo corpóreo, creando ?cuerpos celestes?, para simbolizar la elevación
del alma hacia su morada?. (Westheim, 1990: 19). De acuerdo a esta idea de
Westheim podemos retomar el símbolo de la escalera en Mesoamérica como expresión
de un realismo mítico para representar el puente de esencias y entidades divinas en el
espacio tiempo.

http://arquitectura.unam.mx/uploads/8/1/1/0/8110907/9_conclusiones.pdf

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