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LA CELEBRACION DEL DIA DE MUERTOS EN EL ANAHUAC

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LA CELEBRACION DEL DIA DE MUERTOS EN EL ANAHUAC
Una de las tradiciones más antiguas y vigentes de humanidad, es conocida como ?El Día de Muertos?. En efecto, dentro de las seis civilizaciones más antiguas y con origen autónomo del planeta, la del Anáhuac comparte con la de Egipto, el culto a la muerte como uno de los ejes fundamentales de su cosmovisión.
Esta celebración tiene más de 3500 años de llevarse a cabo año tras año, desde Nicaragua hasta el Sur de Canadá, a través de una infinita diversidad de formas que expresan su espiritualidad. Cada una con las características especiales, a tal punto que, llegan a existir las diferencias hasta de comunidades vecinas de una misma cultura. Y en los últimos cinco siglos los pueblos y culturas del Anáhuac, han realizado un maravilloso y heroico proceso de resistencia cultural a través del sincretismo y la apropiación cultural, no solo con la cultura del invasor colonizador, sino de otras culturas que han migrado al Anáhuac desde África y Asia.
De esta manera, las fiestas de los días del dos de noviembre y del doce de diciembre, son fundamento y esencia de la espiritualidad y cosmovisión de los hijos de los hijos de los viejos abuelos a lo largo de estos tres milenios y medio. En efecto, El Señor de la Muerte Mictlantecuhtli y su compañera, La Señora de la Muerte Mictlantecihuatl, así como Nuestra Madre Querida Tonantzin, forman parte de la columna vertebral de la espiritualidad anahuaca.

A lo largo de estos milenios, la fiesta del Dia de Muertos se ha mantenido a pesar de los pesares. En contra de la iglesia católica, en contra de la corona española, en contra de la carestía de la vida y finalmente, en contra de la corriente de la ?modernidad? que todo lo disuelve en la nada, y en donde pareciera que, apoyada por la ignorancia inducida, la enajenación predeterminada por el sistema y el consumismo globalizado, y la fiesta de ?las brujas? o Halloween, pronto desaparecerán el sentido filosófico y espiritual del ?Dia de los Muertos?.
Y es aquí, donde conviene meditar unos minutos. Como todas las fiestas de la cultura ancestral y popular, tienen ?fondo y forma?. La forma es lo que arropa y viste a la fiesta, esta cambia con el tiempo y el espacio. No es lo mismo la fiesta de Dia de Muertos, en Oaxaca que en Michoacán. Y no es la misma fiesta en Oaxaca en el siglo XXI, que en el siglo XIX o que en el siglo VI. Es la misma fiesta, pero en el tiempo y en el espacio, en cuanto a ?la forma? esta cambia, tiene muchas diferencias y variantes.
El fondo de la fiesta es de carácter filosófico y espiritual. El fondo, es la esencia, la razón de ser, el meta objetivo de la actividad. El fondo no cambia, los valores y principios son justamente los que le dan su vigencia y longevidad. Si una fiesta sobrevive tanto tiempo en un grupo humano, es porque ?le sirve? para mantenerse y reproducirse.
La fiesta del Dia de Muertos fortalece la memoria histórica. Mantiene y fortalece la conciencia del ser histórico, como persona, familia y pueblo. Mantener en la conciencia, el saber de dónde se viene, cuáles son los orígenes, quienes son los antepasados. Al recordar a ?los difuntos? estos ?no mueren?, porque solo el olvido es la muerte. Esta conciencia y esta memoria permite la formación y consolidación de
?un rostro propio y un corazón verdadero?.
De esta manera, podemos convenir que el fondo de la Fiesta de Dia de Muertos, como persona, como familia y como comunidad, permite el fortalecimiento de valores identitarios, pero, además, toca espacios muy profundos de la espiritualidad individual y colectiva frente a la Muerte. Nos permite saber que ?nada es para siempre?, que el que llega, tarde o temprano tendrá que partir. Que lo único que trasciende en la vida es el aspecto espiritual. Que lo material se pierde, se transforma y se olvida. Que lo único que el ser humano podrá llevar consigo ?al cruzar el rio?, es lo que llevara en el corazón, que todo lo demás se queda al penetrar al universo del Mictlán. Que la vida consciente en el plano material, es la oportunidad de llegar a ?la vida eterna?. Que el ser y el estar, en este instante es lo único real que tenemos. Que la vida cobra conciencia, a través, de la muerte
Los Viejos Abuelos lo representaban con la oruga y la mariposa. Entendiendo que el alimento de la oruga, que, en esta metáfora tolteca, representa al ser humano, son justamente los actos virtuosos que podemos realizar en la vida cotidiana. Cada acto virtuoso es el ?alimento? que hace crecer al ?ser interior?, y que, eso se logra a partir de una lucha cotidiana y consciente contra las fuerzas oscuras de la inercia de la materia, que nos atraen al abismo de la estupidez humana. De tal suerte que, aquellas personas que luchaban por ?elevarse? a través de vencer a la inercia de la materia, la comodidad existencial y la estupidez humana, se les llamaba, ?Guerreros de la Muerte Florecida?.
Así podemos encontrar en la iconografía tolteca a ?La mariposa de obsidiana?. En donde la mariposa representa el alma de los guerreros y la obsidiana, el instrumento cortante con el que se hace ?la disección? del mundo material del mundo espiritual. Del mundo real y del mundo aparente, del mundo inmediato y el mundo trascendente. Por esta razón, todos los guerreros llevaban en el pecho, como insignia de su alto desafío, una mariposa, como lo podemos constatar en los Chac Mol, en los atlantes de Tula o en el pecho de Coatlicue.
Las armas de los guerreros eran ?Flor y Canto?, metáfora que significa, el equilibrio y la sabiduría. Equilibrio, porque la estética se basa en el equilibrio perfecto, y este, se da, a través de la medida, y lo mas bello que existe en el mundo tolteca son las flores.
El canto entendido como la poesía. Los Viejos Abuelos toltecas decían que, para hablar de cosas elevadas, no se puede utilizar el lenguaje cotidiano. Por ello, la poesía era el instrumento con el que se expresaba la sabiduría. De esta manera, los sabios hacían poesía para expresar los sentimientos y las ideas más elevadas del ser humano.
La Fiesta de Dia de Muertos contiene estos elementos filosóficos y espirituales, que le dan esta asombrosa permanencia en lo más profundo del inconsciente de los pueblos y culturas del Cem Anáhuac, y forma parte de una de las tradiciones de la Toltecáyotl, entendida como la definió el Dr. Miguel León Portilla: ?La Toltecáyotl, son las instituciones y los conocimientos de los toltecas?.
En cuanto a la forma, esta ha ido cambiando permanentemente en el tiempo y el espacio. Porque la cultura es una expresión viva y en movimiento de la espiritualidad de los pueblos y culturas. Desde esta perspectiva, la fiesta, en si misma, nos permite la reunión familiar a partir de la preparación de ?los alimentos de los difuntos?, pasando por su degustación y esparcimiento familiar y comunitario. La preparación de ?los altares?, que también irán cambiando en tiempo y espacio, y por lo mismo, no existe una supuesta originalidad. Todo depende del tiempo y del espacio, y es, en definitiva, intrascendente su hechura, porque, insistimos, no existe un ?modelo original?. Lo importante es hacerlos y mantener la tradición.
Finalmente, una última consideración. Si es verdad que desde hace 3500 años nuestros difuntos vienen una vez al año a visitarnos y a disfrutar de la esencia de los alimentos que se les prepara con tanto amor y devoción, la pregunta forzosa es saber de donde vienen, porque allá, todos irremediablemente iremos a parar. Por todo esto, queridos amigos, ¡que viva la Muerte!

Una producción de Educayotl AC ?Educar para el futuro con la sabiduría del pasado?.









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