La percepción filosófica del espacio es llevada por los Viejos Abuelos a una exactitud admirable. Existían tres niveles espaciales: el terrestre o humano (Tlaltípac) todo lo que está sobre la tierra. El celestial o de las entidades divinas (Ilhuícatl) desde las nubes hasta el infinito, y el inframundo, o el lugar de los descarnados (Mictlán) lo que está debajo de la tierra.
La percepción filosófica del espacio es llevada por los Viejos Abuelos a una exactitud admirable. Existían tres niveles espaciales: el terrestre o humano (Tlaltípac) todo lo que está sobre la tierra. El celestial o de las entidades divinas (Ilhuícatl) desde las nubes hasta el infinito, y el inframundo, o el lugar de los descarnados (Mictlán) lo que está debajo de la tierra.