La historia de la invasión española y la mítica historia del Señorío mexica de Tenochtitlán, fue escrita en su mayor parte por miembros de la iglesia católica. Hoy se sabe, que uno de los poderes más importantes que influyó para la invasión del continente Abyanáhuac fue el Vaticano. El poder de la iglesia católica es muy sencillo de verlo hasta nuestros días. Bástenos observar todas las construcciones religiosas, desde el siglo XVI hasta nuestros días. Son impresionantes, exhiben su poder de manera ostentosa. Al lado de los edificios del Estado, se ven más grandes y en mayor número.
De ahí se puede inferir el verdadero poder de la iglesia en la invasión, el Virreinato y hasta nuestros días. La iglesia es y ha sido ?todo poderosa? y una de las beneficiadas de la invasión, despojo y explotación de los pueblos del Anáhuac, pero, sobre todo, la responsable intelectual de la destrucción, negación y distorsión de la Toltecáyotl, es decir, de la sabiduría y conocimientos de nuestros antepasados. Somos tan antiguos como China e India, sin embargo, nada conoce el pueblo de su herencia ancestral, especialmente en los aspectos filosóficos y espirituales, y eso, se lo debemos a los hombres de la iglesia católica en gran medida. Este epistemicidio no ha sido una acción aislada o personal de un puñado de fanáticos religiosos. Por el contrario, ha sido una mega estrategia que lleva cinco siglos. Miguel León Portilla es uno de los continuadores de esta detestable obra. Como escribió uno de los primeros distorsionadores de nuestra historia, filosofía y espiritualidad, Fray Bernardino de Sahagún, en el prólogo a su afamada obra, que él, describía las acciones que el demonio había enseñado a los pueblos idólatras, para que los religiosos, no fueran engañados y conocieran las prácticas demoniacas e idólatras de los conquistados. Sorprende que el Dr. Miguel León Portilla, siendo un estudioso de la Toltecáyotl, nunca haya podido darse cuenta de la histórica colonización ideológica y la distorsión histórica, por el contrario, se ha sumado a ella. Pocas personas lo pueden notar porque los mexicanos hemos sufrido una lobotomía histórica y cultural de nuestro pasado ancestral. Si le hacemos estatuas al genocida de Colón y al psicópata de Cortés, por qué no honrar al historiador hispano religioso. Educayotl AC. Descolonizar es dignificar.