Los antiguos mexicanos llamaron Toltecyotl, al conjunto de saberes y conocimientos de los toltecas.
La Toltecyotl seguramente se inici con la domesticacin de las plantas, la agricultura y la invencin del maz hace ocho mil aos y ha venido evolucionado y decantndose con los siglos. A pesar de que los conquistadores de ayer y los colonizadores de hoy, han querido negarle toda capacidad y valor intelectual a los pueblos originarios y a los hijos de los hijos de los Viejos Abuelos, la sabidura sigue viva y se ha sabido mantener agazapada estos ltimos cinco siglos en la cultura popular.
Mucha de esta sabidura tiene orgenes remotos y aunque no la entendamos, vivimos con ella y es sta sutil cualidad, que nos hace ser diferentes a otros pueblos y nos da ese ?toque? del ser mexicano. Es lo que nos da ?Rostro y corazn propio?.
Lo ms elevado de las que se nombran ?instituciones? de un pueblo, las creaciones, que dan apoyo a la estructuracin de una cultura, todo eso y probablemente tambin otras realidades, se incluan en el significado de Toltecyotl. (Miguel Len Portilla. 1980).
Existe un acervo riqusimo de sabidura antigua en los pueblos indgenas y campesinos del Mxico contemporneo. En la cultura oral de algunos pueblos se sigue manteniendo en la memoria histrica a la llamada ?Hermandad Blanca?.
Herencia ancestral de los toltecas y la Toltecyotl que no desapareci en el colapso del periodo clsico superior y que todava Corts registra su existencia en las cartas de Relacin. En efecto, Corts relata que cuando llegaron los espaoles a las costas de Veracruz, Moctezuma mand pedir consejo a los sabios de la Hermandad Blanca que vivan en el Calmcac de Cholula en donde estaban educando a los hijos de los ?Pltin? o principales, es decir, la nobleza que gobernara a los pueblos de la Triple Alianza.
?Toltecyotl, traducida a la letra, significa toltequidad: esencia y conjunto de creaciones de los toltecas. Pero cabe desentraar mejor la riqueza de sus connotaciones. De sentido abstracto y tambin colectivo es este vocablo derivado de toltca-tl. Los antiguos mexicanos lo empleaban para abaracar lo que consideraban herencia suya, semilla de inspiracin y condicionante de ulteriores logros. La Toltecyotl, el legado de Quetzalcatl y los toltecas abarca la tinta negra y roja, -la sabidura-, escritura y calendario, libro de pinturas, conocimiento de los caminos que siguen los astros, las artes, entre ellas la msica de flautas, bondad y rectitud en el trato de los seres humanos, el arte del buen comer, la antigua palabra, el culto a los dioses, dialogar con ellos y con uno mismo...?. (Miguel Len Portilla. 1980).
No podremos comprender a profundidad la historia y la cultura del Anhuac sin conocer la base filosfica que estructur esta civilizacin a lo largo de miles de aos y que en los ltimos cinco siglos, slo se ha encubierto, pero que sigue representando la esencia verdadera de nuestra identidad de manera inconsciente.
Todas las grandiosas obras materiales e inmateriales de esta civilizacin, que fueron transformadas por las mentes, almas y manos de nuestros Viejos Abuelos, provienen de una lnea de pensamiento muy clara y definida desde sus mismos orgenes. Fue esta ?energa creadora? la que saco a la materia de su estado natural y le dio forma, color y sentimiento.
Fueron los hombres y mujeres que aprendieron ?a hacer mentir? al barro, los metales, los textiles, la madera, las piedras preciosas, las fibras vegetales y un sin nmero de materiales sacados de la naturaleza y humanizados al incorporarlos con un alto sentido esttico y mstico al mundo milenario del Anhuac.
Fue la sabidura de estos hombres y mujeres que aprendieron de la naturaleza, la bveda celeste y del Espritu, a formar ?rostros propios y corazones verdaderos? en sus nios y jvenes.
Todo este vasto e inconmensurable tesoro artstico que est vivo en las llamadas zonas arqueolgicas y que satura los museos de Mxico y el mundo, surge inevitablemente de una estructura de pensamiento. Significa que la creacin ms elevada de la civilizacin del Anhuac es el conjunto de conocimientos que explican el mundo, la vida y ubican a la existencia humana con una alta responsabilidad por contribuir con las fuerzas generadoras a la humanizacin del mundo y su mantenimiento a travs de la armona, el equilibrio y la medida. La filosofa del Anhuac o Toltecyotl, es el lenguaje en el que se expresa el Espritu, cada una de sus maravillosas creaciones representan palabras que sostienen un dialogo eterno entre los seres humanos y lo inconmensurable, lo divino y lo sagrado.
No podemos seguir condenado a la civilizacin del Anhuac al desprecio intelectual que ha sido sometida por el eurocentrismo y la colonizacin. La Toltecyotl representa el patrimonio ms importante y menos reconocido de los antiguos mexicanos.
Es desde la Toltecyotl, la creacin ms importante de los toltecas, desde donde debemos de partir para conocer e interpretar el pasado y en consecuencia, entender nuestro presente. Es imprescindible la descolonizacin intelectual y cultural para poder construir un futuro ?propio-nuestro?.
La Toltecyotl deber ser la lnea de pensamiento que nos permita ?recuperarnos a nosotros mismos?. El desafo es llevar esa sabidura que existe en nuestro interior a planos conscientes del mundo cotidiano y con ella construir nuestro presente y disear nuestro futuro.
Cinco elementos son la herencia filosfica de los Viejos Abuelos. Aparentemente estn escondidos y camuflajeados en el inmenso sincretismo cultural de nuestros das. Parecen elementos inconexos e intrascendentes cuando los apreciamos sin integrarlos a un todo.
Sin embargo, son la esencia que distingue a nuestro pueblo milenario y la herencia del pensamiento filosfico en la vida diaria. Los elementos culturales que hemos heredado de nuestra antigua filosofa son: la alta vocacin espiritual y mstica por la vida, la defensa de la familia y sus valores, el inconmensurable amor por la naturaleza, el infatigable espritu constructor y el permanente optimismo por la vida.
En efecto, la herencia ms importante y valiosa de los Viejos Abuelos no se encuentra en la materia. No est en las zonas arqueolgicas, los museos o en los metales precisos. Se encuentra en cambio en la percepcin espiritual del mundo y de la vida.
En los valores, principios, sentimientos, actitudes, tradiciones, usos y costumbres, que han ido cambiando y amoldndose en estos cinco siglos de colonizacin, pero que mantienen viva la esencia de una civilizacin que no ha muerto.
Esta viva en el conglomerado de pueblos y culturas del Anhuac de nuestros das. Entre el sincretismo y las apropiaciones, no slo de la cultura occidental, sino de frica y Asia que tambin la han enriquecido. (Tomado del libro RACES Y ESENCIA DEL MXICO ANTIGUO. Guillermo Marn 2004)