En esta aldea global, muchas cosas van a cambiar después de que pase el sunami del coronavirus. Entre lo más visible e interesante es que, nos hemos dado cuenta, que vivimos, solo para alimentar un sistema económico super demandante e innecesario, en donde lo humano no tiene ni espacio ni valor. La vida y lo humano ha perdido totalmente su sentido, sí no consumes no existes. Además de que ?el sistema? por más poderoso que se presenta, es verdaderamente muy frágil y se puede derrumbar en un abrir y cerrar de ojos.
Otro elemento importante a reflexionar, en torno a esta crisis, es que, aparentemente hay solo dos caminos, o el totalitario chino, en que el Estado tiránico salva a la población con medidas draconianas que nadie puede evitar, so pena de sufrir un severo castigo. Y la vía italiana, en la que la individualidad y la autodeterminación en base a la democracia, permite que cada quien tome las medidas que crea más oportunas ante su destino personal. Al parecer no hay más que dos sopas.
Sin embargo, reflexionando con un sentido crítico y analítico, tomando en cuenta la historia y cultura ancestral de nuestra civilización Madre, creemos que existe milenariamente otro camino, otra forma de relación entre humanos y sus desafíos. La civilización del Cem Anáhuac es una de las seis más antiguas de la humanidad y la que logró, la más alta calidad de vida para todos sus hijos, además de dejar maravillosos e impresionantes testimonios de su voluntad de ?Ser y hacer?, y, la que construyó más pirámides en la historia antigua de la humanidad.
Sí, me refiero a la Civilización Madre del Cem Anáhuac, que en los últimos cinco siglos ha sido sometida a las peores agresiones que ha sido capaz de asentar la civilización occidental, desde la primera guerra bacteriológica, un holocausto y el más terrible epistemicidio. Pero lo más grave, no es lo que ?se hizo en el pasado?, sino lo que se ha venido haciendo siglo tras siglo, año tras año, cada vez con aplicaciones más letales, humillantes y destructivas. En estos quinientos años se ha tratado de desaparecer la sabiduría, la huella civilizatoria y los aportes a la cultura universal.
Es cierto que Europa-E.U.-Japón-Israel, han sometido a la explotación de la gente y depredación de los recursos naturales de los pueblos del mundo. También es cierto, que han infectado a todo el planeta de una visión materialista, consumista individualista y han tratado, y casi lo logran, de imponer ?su cultura? de la modernidad, reduciendo o contaminando las culturas ancestrales del mundo. Pero también es cierto que nuestra civilización ha sufrido las peores agresiones desde el siglo XVI, y ha sabido sobrevivir a su muerte histórica. Ese es el punto, amable lector.
Existe una tercera vía, la de ?la conciencia personal y comunitaria?, que es más efectiva y menos restrictiva que la china, y al mismo tiempo, la solidaridad y fraternidad entre personas, familias y pueblos, permite una autodeterminación compartida. Lo que el Dr. Carlos Lenkersdorf llamó ?lo nóstrico?, es decir, el nosotros antes que el yo individual. Lo nóstrico frente a lo mono, es decir, monolingüe, monocultural, mono espacial, mono cultivo, etc.
Nuestra cultura ancestral encuentra su raíz en la familia, ese es el gran universo del ser y del estar. Y es lo que nos ha dado un rostro propio y un corazón verdadero. En torno a un ?páter familia?, un huehue, como decimos nosotros, se desplantan los cimientos del Calpulli, que debe entenderse como varios ?cencalli?, es decir, ?los que viven enteramente juntos en una casa?, organizados por un consejo y regidos por la Asamblea, como el espacio abierto, público y democrático, en el que todos expresan su punto de vista en torno a un problema o desafío.
Cuando varios Calpulli se organizan, se forma un Huey Calpulli, en el que cada Calpulli ocupará el lugar de un ciudadano y tendrá su Asamblea y consejo. De la misma forma se organizan varios Huey Calpulli para formar una Federación y varias federaciones se organizan y forman una Confederación con su Asamblea y su consejo o Tlatócan.
Así funcionaron por miles de años los Viejos Abuelos, así se organizaron y así resolvieron sus problemas y desafíos.
Una organización así. De adentro hacia afuera y de abajo hacia arriba es lo que se requiere en el Cem Anáhuac. Está probado y sí se puede. Una organización sin líderes, sino con ciudadanos. Con tequio y servicio a la comunidad. Aprendamos a ver lo nuestro con otros ojos. Nos han hecho creer que la organización comunitaria de nuestros pueblos es ?primitiva y anticuada?, cuando es la sabiduría y experiencia humana acumulada por miles de años y hoy, es la que nos puede sacar de la crisis social, espiritual y cultural que vivimos. El futuro de México está en su pasado. Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado.