El futuro de la humanidad depender de la capacidad que tengamos de reconocer el potencial espiritual de nuestra existencia, en lo particular y en lo social. El futuro que nos aguarda es verdaderamente sobrio y alarmante. El individualismo, el consumismo, el culto a la materia y al becerro de oro, la visin economisista de la vida y de la sociedad, nos esta condenado literalmente a la extincin como especie. Esto es una verdad que nadie quiere enfrentar.
La pregunta es, cmo enfrentar este formidable reto que implica el despertar de nuestras capacidades la necesidad del desarrollo espiritual, tanto individual como de manera social?. La respuesta esta en nuestro pasado, en nuestra herencia milenaria, en nuestra Madre Cultura. Los mexicanos somos herederos directos de una de las 6 civilizaciones ms antiguas y con origen autnomo del mundo y que, como todas ellas, se han caracterizado por su gran desarrollo espiritual. India, China, Egipto, Per, Irn e Irak, son pases que hoy ponderan su fortaleza mstica espiritual y han sido y son, guas espirituales de la humanidad.
El futuro de la humanidad no estar en las nuevas tecnologas, en el flujo de capitales o en la posesin del petrleo y dems recursos. La supervivencia de la humanidad estar en juego en base a la capacidad de humanizar el futuro a travs del potencial de sus lderes y sus pueblos. El ejemplo ms claro son las sociedades gringa y sueca que, siendo las ricas del mundo, literalmente se estn suicidando, directamente o a travs de las drogas. El culto a la materia, la tecnologa y el consumo, estn desquiciando a los seres humanos.
En consecuencia, pensar en el futuro, es pensar en la herencia espiritual que en la cultura nos han sabido dejar nuestros Viejos Abuelos. Es recurrir a la beta inconmensurable de nuestra negada raz indgena, reconociendo con objetividad nuestro mestizaje y sabiendo escoger, con suma selectividad, las ofertas externas en ciencia, tecnologa y economa, que nos ofrece este mundo globalizado.
Muchas personas estn totalmente colonizadas mental y espiritualmente. Ciegas y negadas a ver el futuro de nuestra nacin. Incapaces de darse cuenta que estn engaados por la supuesta ?modernidad? que, desde 1520 siempre ha venido de fuera. Veamos: en 1520 Cuauhtmoc represent la corriente de los que pensaban que se deba defender lo propio e Ixtlixochitl, el cacique tescocano que se ali a los espaoles, represent a los que lucharon por ?modernizar? al pueblo indgena, asumiendo ciegamente los valores, intereses y religin de los conquistadores, quienes por cierto, inmediatamente despus de vencer a los aztecas, sojuzgaron y humillaron a los tescocanos ?modernos?. En la independencia, mientras un Hidalgo proclamaba la ?modernidad? independizndose de los gachupines para hacer una nacin criolla ?moderna?, Morelos represent la otra opcin, la de hacer una nacin libre y democrtica sin castas ni esclavismos. Hidalgo era criollo y Morelos mestizo. En la Reforma, mientras Miramn y Meja representaban los ?modernizadores? que pretendan imponer a un emperador europeo para conducir a la patria al progreso, civilizacin y modernidad, Jurez y sus compaeros representaban la otra opcin, la de partir de nuestros valores propios y nuestra identidad. Nunca como en ese momento brill el SER indgena que salv a la nacin. En el porfiriato, mientras Limantur era el cerebro de los ?cientficos?, mexicanos descastados y afrancesados que trataban de modernizar al pas haciendo una burda rplica de Francia; Zapata y Villa representaron la otra visin ms apegada a nuestra identidad, al ?Mxico Profundo? dira Bonfil Batalla.
Qu es la modernidad?. A fin de cuentas, desde 1520 en Mxico es tratar de ser como nuestros dominadores. Es vivir, producir y consumir como nuestros explotadores, sean estos espaoles, franceses o gringos. Ser ?moderno? es dejar de ser como siempre hemos sido, tratar de ser lo que nunca seremos. Aceptar de esta manera a la modernidad es, aceptar que nuca podremos nosotros mismos crear nuestra propia modernidad. Es castrarnos espiritualmente, intelectualmente y emocionalmente.
La modernidad no esta reida con la tradicin, por el contrario, se apoyan mutuamente. El ejemplo ms claro en el mundo contemporneo es precisamente Japn, la nacin punta de lanza de la tecnologa, las inversiones de capital y la globalizacin. Japn es al mismo tiempo moderno y tradicional. Celoso guardin de sus tradiciones, historia y cultura, y al mismo tiempo impulsador de la globalizacin.
Los ciegos no pueden ver, en el futuro de nuestro pueblo, la memoria y el ejemplo luminoso de nuestros pasados. Ellos estn condenados de por vida a ser slo importadores, consumidores y repetidores de un mundo que jams podrn construir con ORIGINALIDAD, pues para ellos, la modernidad viene siempre de afuera. Estarn siempre condenados a ser de tercera, subdesarrollados, imitadores, sumisos seres despreciados por sus colonizadores y al mismo tiempo, feroces menospreciadores de lo propio, de su raz, de su identidad. Extranjeros incultos en su propia tierra.
En consecuencia, investigar, pensar y estudiar sobre nuestros Viejos Abuelos, representa una alternativa inteligente y sensata, para encontrar una salida a este doloroso ?laberinto de la soledad?, en el que hemos transitado estos ltimos cinco siglos y representa la nica esperanza real de humanizar nuestro futuro. No ser ya ms copiando hacia fuera, tendremos que dejar de buscar nuestras races y nuestras soluciones en naciones ajenas y lejanas, necesitamos repensar nuestra historia y nuestra cultura. Necesitamos ?inventarnos a nosotros mismos? en base a lo que verdaderamente hemos sido y somos a lo largo de estos ocho mil aos de desarrollo humano.
Todos aquellos que piensan, que en la globalizacin y la modernidad, estn excluidas nuestras ms esenciales races histricas y nuestra ms profunda identidad indgena, todos ellos estn castrados espiritual y mentalmente por el colonialismo. Han sido destruidos totalmente como seres humanos por el colonialismo cultural y por supuesto, que estn derrotados histricamente, sino, bstenos repasar nuestra historia.
Es menester investigar, estudiar y difundir los valores y premisas espirituales de la existencia humana, con las que durante 7500 aos, nuestros antepasados construyeron una de las ms importantes civilizaciones del mundo.
Es necesario y urgente, educar a nuestros nios y jvenes en los valores y principios ticos y morales con los que se forjaban ?rostros propios y corazones verdaderos? en el Mxico Antiguo; no para volver a vivir en las llamadas zonas arqueolgicas, sino para que con ellos podamos construir nuestra sociedad futura. Usando todas las tecnologas, todos los modernos medios de produccin y comunicacin, todas las innovaciones de la ciencia y los avances materiales de la vida diaria; pero siempre con ?UN PROPIO SENTIDO NUESTRO?, con nuestra ms sincera forma de ver y entender el mundo y la vida, con nuestra milenaria y profunda espiritualidad.
Es por ello que resulta imprescindible que las instituciones de educacin que estn formando a la juventud mexicana, inicien una permanente tarea de revalorar y fortalecer los valores y principios de nuestra Cultura Madre. Cada plantel del COBAO debe ser un valuarte de nuestra identidad. Necesitamos hacer que los jvenes bachilleres conozcan y valoren su patrimonio histrico, artstico y cultural. Requerimos que los directores de los planteles asuman un compromiso profundo consigo mismos, con la institucin y con los alumnos, para generar un cambio de actitud que permita a travs de la educacin formar ?rostros propios y corazones verdaderos, en los bachilleres. Exhortamos por este medio a los directores, una vez ms, a que lean y difundan el Documento Rector de Desarrollo Humano. Que lo conviertan en un instrumento virtuoso que les permita dirigir y encausar el cambio. Necesitamos desterrar la apata y el burocratismo, para encontrar pasin y vocacin de servicio en nuestro trabajo.
Por eso no es ocioso ni vicioso, investigar y difundir los valores y principios de nuestros Viejos Abuelos. No es una tarea del pasado, por el contrario, quienes trabajamos y colaboramos en esta ardua tarea, estamos construyendo las bases del futuro. (2000)