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LA DECISIÓN

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10.36 a.m.

Esto será rápido, en unos minutos estaré del otro lado de la línea y asunto arreglado, y “pa” otra cosa mariposa.

Me lleva la chingada, la garita está atascada! Cuanto pinche mueble esperando la pasada y este perro calor que muerde. Ahora sólo falta que esta porquería se caliente...ni aire acondicionado tiene. Estos batos cada vez nos dan carcachas más jodidas para cruzar su inmundicia.

10.42 a.m.

Está muy lenta esta línea y ni “pa” donde moverse. ¡Estos pinches gringos y sus chingadas revisiones! A ver si no se enoja el Dandi, yo no tengo la culpa de este tráfico. Además ellos escogieron la hora y la garita. Nomás les cruzo su chingadera y me piro para Tijuana. Pinche calor seco que hierve la sangre.

10.45 a.m.

Me acuerdo cuando era niño, no había tanto pedo para cruzar en cualquier sentido. Cada vez estos gringos se ponen más locos. Me acuerdo cuando cruzábamos en el coche de mi papá para comprar los regalos de navidad, el policía gringo preguntaba -que llevan- y mi padre siempre contestaba encabronado –dólares señor, dólares para comprar allá- Esos eran los buenos tiempos.

Cómo ha pasado la vida, ahora ya estoy viejo y todo pareciera que fue un abrir y cerrar de ojos. Después de la primaria, la vida empezó a tomar su propia velocidad y en momentos me dejó atrás....creo que ya me he quedado muy atrás y no para esta chingadera. Cada día que pasa el tiempo se achica o se me acorta la vida.

Puras pendejadas ha sido mi vida. Mi padre me dio la oportunidad de estudiar, pero lo que siempre me pasa es que a la mera hora, todo se me hace un camote y ni cómo entrarle. La vida es un instante y cuando te das cuenta ya se acabó.

11.00 a.m.

Últimamente he estado recordando toda mi vida. Parece como sí me pasaran una película, todo lo recuerdo como sí hubiera sucedido ayer y esa pinche pesadilla que no me deja en paz. Todavía me acuerdo cuando el centro de Mexicali estaba lleno de comercios y la gente se movía caminando y no trepada en muebles como ahora. Todo era chico, todo tenía una medida decente y la gente le temía a Dios. En las noches las familias dormían con las puertas y las ventanas abiertas y de plano, cuando el calor estaba insoportable se sacaban los catres a los patios y todo mundo dormía a la intemperie. Esos eran los buenos tiempos.

11.05 a.m.

Esto está avanzando muy lento, haber sí no se caliente esta carcacha. Sólo eso me podía faltar, que se descompusiera esta porquería cargada de droga, justo en las narices de los guardias gringos.

Todavía me acuerdo cuando me salí de la casa, ¡qué pendejo! Mi jefe era exigente y sacó a todos mis hermanos adelante, sólo este pinche burro que siempre jaló chueco. Después de salir de la casa todo ha sido rodar y rodar, sin rumbo y sin sentido... ¡pinche vida!

Pero yo ahora me puedo acordar, como si fuera ayer, cuando era niño sentía que yo había venido a hacer algo importante en la vida, por Dios que yo tenía una tarea muy especial, algo así como una misión, como una luz adentro de mi alma. Pero todo eso se ha apagado y borrado por el vendaval del tiempo. Uno se hace viejo sin darse cuenta.

11.12 a.m.

Lo menos una hora me llevará cruzar. Deben estar muy perros los gringos.

Tanto pendejo que cruza para ser sirvientes de los pinches gringos.... yo por lo menos les llevo su veneno “pa” que se pudran los desgraciados. No me gusta hacer cola ni en coche, siento que vivo mi pesadilla.

Ya casi le llego a los setenta años y no tengo nada. Todo lo he perdido por falta de huevos. Perdí a mi mujer y a mis hijos, ya ni se cuántos fueron, ni como les puse. Ya deben estar rodando por la vida como yo. Lo que me partió fue cuando caí preso por primera vez en Culiacán. Siempre el mecate se rompe por lo más delgado y siempre paga el pato el más pendejo. Quince años encerrado, como un perro, sin que nadie te visite. Eso es lo que más me dolió, estar como perro sin dueño.

11.16 a.m.

En medio del sol y a vuelta de rueda, esta espera me recuerda mi pinche pesadilla. Después de Culiacán siguieron Ensenada y Santa Ana. Sí me pongo a sacar cuentas, he pasado más tiempo en el tambo que en la calle y todo comenzó por la ociosidad de probar la maldita hierba y de ahí, “p´al” real. Por eso terminé de pinche burrero, ni en el vicio la supe hacer.

Desde que estaba encerrado en Culiacán sueño que estoy formado haciendo una larga, larguísima cola. Cientos de personas delante de mí y mi corazón se oprime y la respiración se sofoca cuando faltan pocas personas para llegar y cuando por fin llego, los que están en la puerta me mandan de nuevo hasta atrás de la fila y de nuevo a volver a comenzar. Todos los días de mi cochina vida comienzo y todos los días no termino nada. Me la he pasado apurado sin saber a dónde voy. Ya casi llego al final del camino y no se ha que vine aquí.

11.20 a.m.

Sólo falta que estén revisando carro por carro y con perros. Los gringos son unos pendejos, pero los perros son otra cosa. Quien sabe que pasa. El Dandi está bien informado. Él sabe la garita, la línea y la hora, esto nunca falla.

Al pensar en mi vida, llego a la conclusión de que siempre me han faltado pantalones para tomar y asumir las decisiones. Siempre le he huido a las responsabilidades. Siempre he huido por la puerta falsa para caer más bajo. Siempre he huido del trabajo y el dolor, y siempre he sido un pinche explotado en medio de un vía crucis de dolor. Siempre por huir caigo más bajo y me va peor.

11.25 a.m.

Ya falta poco. El coche es un horno. Ojalá estos pinches gringos no estén revisando carro por carro.

Esta jodida espera me ha permitido pensar como nunca en mi vida. Cómo la he desperdiciado. Mi vida es como mi pesadilla. Cuantas cosas he dejado de hacer, cuantas tonterías he cometido... ¡pero nunca es tarde para enderezar la vida¡ Esta será la última vez que me cruce de burrero. Mi vida cambiará. Al diablo con la irresponsabilidad a partir de hoy tomaré al toro por los purititos cuernos, ¡de frente y en seco!

11.28 a.m.

Esto se está poniendo de la chingada. ¡Sí, están revisando carro por carro! No tengo que ponerme nervioso. En la guantera traigo la 38, es lo primero que van a ver. ¡Carajo, el Dandi dijo que todo estaba arreglado! Me va a cargar la chingada, sí me encuentran la chingadera por lo menos me darán 15 años y yo ya no los aguanto. Estoy muy viejo para morir como un coyote enjaulado. Ya estoy muy cerca para bajarme y regresar caminando, ¡me lleva la chingada! Respira hondo, con suerte estos pendejos te dejan pasar, deben estar buscando a alguien. ¡Carajo, tienen perros¡

11.32 a.m. 

Respira hondo, tranquilo, aparenta indiferencia.

El gringo está checando las placas! Alguien debió haber soplado. ¡Pinche suerte, ya me mandaron a la revisión especial. Me estacionaré lentamente. Todo se hace más lento, puedo pensar más rápido. No moriré en una pinche cárcel, ¡me cae de madre que no¡

Los perros ladran. Esto no será tan fácil... les va a salir caro. Lentamente toma como si nada la 38 y llévate por delante a los policías. Por lo menos, que el último acto de tu vida sea por tu propia decisión.

¡Hay cabrón¡

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Flash informativo:

A las 11.36 de esta mañana, en la garita de Mexicali mueren en un tiroteo un narcotraficante de origen mexicano y un oficial del servicio de adunas americano, resultando heridos de bala otros dos oficiales. En el auto del occiso no identificado se encontraron 20 kilogramos de cocaína base.

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