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CÓMO VIVÍAN NUESTROS VIEJOS ABUELOS La percepción anahuaca de la vida 5/6 Luz y guillermo Marín

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CÓMO VIVÍAN NUESTROS VIEJOS ABUELOS
<br>La percepción anahuaca de la vida 5/6
<br>Luz y guillermo Marín
Los venerables maestros toltecas tuvieron dos campos del conocimiento, en el que invirtieron siglos enteros de observación, reflexión, síntesis, documentación y trasmisión de la sabiduría. La mecánica celeste y la naturaleza. Al enfocar su atención y energía, lograron grandes avances. No existe otra milenaria civilización que haya logrado conocer el movimiento y la medida de los astros, como nuestros viejos abuelos. Por esta razón, se puede entender los cientos de Tollanes, hoy llamadas zonas arqueológicas, que nunca fueron ciudades, palacios o fortalezas, por el contrario, fueron centros de estudio e investigación de la mecánica celeste y de la energía.

CÓMO VIVÍAN NUESTROS VIEJOS ABUELOS
<br>La percepción anahuaca de la vida 5/6
<br>Luz y guillermo Marín


Este fue el supremo logro civilizatorio. El descubrimiento de que el universo está constituido de energía y que existe una frecuencia muy elevada que es la rectora de todo. Dedujeron que era invisible, impalpable e innombrable, a la cual llamaron metafóricamente Tloque Nahuaque. La percepción del mundo a través de energía, les permitió penetrar en campos del conocimiento, que apenas hoy en día se empieza a imaginar, y a la que llaman física cuántica. Los abuelos descubrieron que el ser humano podía llegar a tener una conciencia de su ser o campo energético, y, además, descubrieron que podía usar esta posibilidad para llegar a lo inimaginable del potencial humano. Tal vez fue este empeño y gran descubrimiento, el que fascinó a los abuelos y los alejó de una visión minúscula, pasajera y limitada de la vida en el campo solamente de la materia.

También puede ser una explicación de la razón de que, a mediados del siglo noveno de la era, desaparecieron totalmente del Tlaltípac, abandonando los centros de conocimiento. Poblaciones enteras desaparecieron y propiciaron la migración de pueblos nómadas del Centro Norte del Anáhuac, para ocupar las fértiles y pródigas tierras del Altiplano Central. Los toltecas desaparecieron, pero dejaron dicho que regresarían en el año ?Uno caña?, a restablecer la sabiduría de la Toltecáyotl, fecha que se repite cada 52 años. Los pueblos nómadas del desierto al ocupar las tierras abandonadas, no lograron asimilar totalmente la milenaria sabiduría y empezaron a modificarla hasta convertirla en lo que se conoce como Mexicayotl, pero sin poseer la esencia filosófica y científica de la Toltecáyotl. Fueron los mexicas dirigidos por el longevo Cihuacóatl llamado Tlacaélel, quien eclipsó la importancia filosófica de Quetzalcóatl, símbolo de la sabiduría, la educación y la espiritualidad; en su lugar encumbraron a su numen tutelar traído de los desiertos del Norte. Huichilopoztli era el símbolo de la voluntad de poder, de la guerra y el mundo material.

Sin embargo, a pesar de estas modificaciones y los cinco siglos de colonización y neocolonización, la Toltecáyotl, nos ha legado una percepción de la vida totalmente diferente de la occidental. De hecho, la civilización occidental es catalogada como una civilización de muerte. Por el contrario, nuestra civilización Madre, es una civilización biófila, que alcanzó muy elevados niveles de calidad de vida y propósitos civilizadores que, en algunos casos siguen vigentes. Pero que, en su conjunto, a pesar de las agresiones, siguen imprimiendo en el pueblo, ?un rostro propio y un corazón verdadero?, que nos dota de una personalidad y una forma de percibir la realidad, que los colonizadores por ignorancia llaman ?mágica?, pero que, en esencia, encierra una visión humanista y biófila del mundo y la vida. Esta percepción anahuaca de la vida, es nuestro mayor tesoro y potencial, para cruzar venturosos los estertores de muerte de la civilización occidental.

El futuro de nuestra Matria está en el conocimiento descolonizado de los alcances y saberes de nuestros Viejos Abuelos. En el pasado está nuestro futuro. El cómo lo hicieron nuestros Viejos Abuelos, nos permitirá saber, cómo lo debemos de hacer. El pasado y el futuro se unifican en su totalidad en el presente, en el aquí y el ahora tolteca.

Educayotl AC. Educar para el futuro con la sabiduría del pasado. No se puede salir del calabozo de la colonización con las ideas de los carceleros, necesitamos una nueva narrativa de la historia, La propia-nuestra. Descolonizar es dignificar.

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