El asesinato de la abogada Digna Ochoa y Placido integrante del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, representa el más duro golpe al gobierno panista de Vicente Fox y una amenaza abierta al pueblo de México.
El famoso cambio que pregona el presidente en el extranjero y la esperanza de muchos mexicanos por un cambio en la forma de gobernar, han caído grotescamente con este artero crimen, que no sólo arrebata la vida de una valerosa e inteligente mujer, que representaba los más altos ideales democráticos y de participación ciudadana en la búsqueda y construcción de un México más justo, donde se desterrara el abuso de la autoridad, la violación flagrante de la ley, la corrupción y la impunidad, por parte de personas y grupos de poder, que fuera del estado de derecho se enriquecen a través de la explotación del pueblo y la depredación indebida de sus recursos naturales.
A Digna Ochoa la mandaron asesinar aquellas personas, que ilegalmente usan los puestos y las instituciones, para lucrar a través de servir de represores de poderosos grupos económico y político.
Las sospechas recaen directamente en aquellas personas que dentro del ejercito traicionan al instituto armado y a su noble función. Porque no es correcto señalar “al Ejército”. Se debe precisar que son individuos, que por errores e incapacidades de los políticos, quienes han puesto a realizar funciones que la Constitución prohíbe a la Secretaría de la Defensa Nacional, propician el abuso de autoridad y la trasgresión de las leyes por estas personas. Insistimos, el Ejército debe volver a sus cuarteles y a dejar las funciones de policía a los civiles.
Las fuerzas más reaccionarias y obscuras, que explotan al pueblo y depredan sus recursos naturales, las que se apropian del poder político y económico por medios ilegales, los que aterrorizan y se ensañan con los más pobres e indefensos de los mexicanos, se han descarado y cínicamente retan a la democracia y a sus instituciones.
La pregunta es: ¿ESTAS FUERZAS ACTÚAN CON EL CONSENTIMIENTO DE PRESIDENTE O POR ENCIMA DEL PRESIDENTE? Cualquiera que sea la respuesta, nos deja desolados e indefensos, condenados a más de lo mismo.
Vivimos un sistema piramidal, miles de años de historia así nos lo demuestran. Sí un presidente asesina, todo el mundo asesina, sí un presidente roba, todo mundo roba, sí un presidente miente, todo el mundo miente. Con el régimen prisita de Salinas, el exceso del exceso llego al exceso. Los mexicanos creíamos que con el cambio se ponía fin a la descomposición política y social que estaba generando los tiempos finales del PRI. Pensábamos que los asesinatos políticos habían llegado a su fin y que el panismo y Vicente Fox enmendarían las cosas y las aguas de la decencia política regresarían a su cause.
El grotesco asesinato de Digna Ocho es un desafío, un reto de estas poderosas fuerzas a la sociedad mexicana. Ni siquiera se tomaron la molestia de fingir un accidente o un crimen pasional o un simple robo. No, de ninguna manera, el crimen fue un mensaje burdo, al más bajo estilo de la mafia de lo que les sucederá a quienes se opongan a este grupo de poder y a sus criminales métodos. Un cruda demostración de su poder y de su impunidad. Ellos son la ley, ese es el mensaje.
Nuestras autoridades, comenzando por el presidente, no tenían idea de la dimensión del crimen, o no les importó, o hicieron como que no les importó. Tarde y sin las formas debidas, como ya es la costumbre, reaccionó el ejecutivo y, seguramente sí no hubiera tenido las repercusiones que tuvo en el extranjero, no hubiera entrado en la agenda de prioridades presidencial.
¿Qué nos espera a los mexicanos, cuál debe ser la lectura de este terrible hecho, cuál será el camino de la transición y el destino de la democracia. ¿Quién tiene el poder en México? ¿Cuál es el peso real del sistema político?
La impunidad de los crímenes de Maquío, Colosio, Posadas, Ruiz Massiu, nos hablaron de la debacle del prisísmo y el rechazo que tuvieron en las urnas. El primer crimen político del panismo.... ¿qué representa para el futuro de esta administración y del panismo en el poder?
Tal parece que nada ha cambiado y que el teatrito del cambio democrático, ha sido un esfuerzo muy caro para engañar al pueblo y cambiar todo, para seguir igual. Ahora debemos saber que... “La muerte tiene permiso en México”.