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Es un delito de lesa humanidad y el más grande atentado a los derechos humanos

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Es un delito de lesa humanidad y el más grande atentado a los derechos humanos, lo que el Estado mexicano, desde 1824 ha venido cometiendo, al privar a los pobladores de la ancestral Anáhuac, de su memoria histórica, su identidad y su milenaria sabiduría ancestral; para mantenerlos amnésicos, vulnerables y con baja auto estima.

El privar de la Toltecáyotl (la sabiduría y filosofía ancestral) a los habitantes de la nación, es desposeerlos y condenarlos a la ignorancia de sí mismos, al quitarles el mayor potencial y su herencia cultural se realiza una “castración epistémica, espiritual y de conciencia histórica”.

“El marco de dominación”, colonial y necolonial, es la amnesia civilizatoria y la ignorancia de sí mismo. En los trecientos años de Colonia fue la destrucción física de todo aquello que recordara el milenario pasado: Tollan (zonas arqueológicas), códices, cerámica, lapidaria, hasta llegar, por medio de la Santa Inquisición a asesinar a las personas de conocimiento y portadores de la tradición y religión.

En los siguientes doscientos años, “el marco de dominación” se extendió con la creación de una “historia oficial prehispánica”, en donde se trata de identificar los diez mil años de historia ancestral con la cultura mexica, de apenas 196 años de existencia imperial, guerrera, comercial e idolatra. Negando al pueblo su milenaria historia y su ancestral filosofía. Descolonizar es dignificar. 

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