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MIRARSE EN EL ESPEJO

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Se está haciendo “viral”, el asunto de que el presidente Trump ha dado la orden, de separar a los niños de los padres que son detenidos como ilegales en E.U. Los medios hacen que la gente perciba lo que “ellos” quieren que la gente vea. Además, desde el ángulo maniqueo que les conviene. Sin embargo, si analizamos los hechos y usamos el pensamiento crítico, podemos percibir otros ángulos del problema. Primero debemos decir, que a nadie le gusta salir de su país en busca de oportunidades que su país les niega. Y menos en las peligrosas y denigrantes condiciones del viaje y el cruce de la frontera. En vez de ver el problema, en “cómo los gringos tratan a los migrantes ilegales”, deberíamos analizar también, las razones por las cuales están huyendo de sus países. Desde Panamá hasta el Río Bravo, son varias las razones, casi todas comunes.

Históricamente es por la pobreza y la imposibilidad de salir de ella. La gente, -todavía-, no se está muriendo de hambre, pero vive en sociedades consumistas, en las que no existe la posibilidad de la “movilidad social”; es decir, de progresar económicamente. Aunado a esto, los gobiernos de estos países, -incluido México-, no les interesa en verdad las condiciones de vida de sus pueblos. Son voraces e insensibles oligarquías racistas y clasistas, enemigas del bien común y traidoras a la Patria. Generalmente criollas, no exclusivamente en lo racial, sino fundamentalmente en la ideología de vida, en la que, “los otros”, no tienen, -según ellos-, la condición humana. Para “ellos”, son changos, nacos, indios, monitos, yopes, peladitos, prietos, negros, etc. No los ven como iguales y los tratan, peor que si fueran animales. El simple salario mínimo, es un ejemplo de que las oligarquías no ven como seres humanos a quienes les pagan esos sueldos de miseria.

Generalmente sus riquezas son producidas en base a la ignorancia, enajenación y embrutecimiento de los pueblos. El sistema educativo insuficiente e ineficiente, los medios masivos nefastos y vulgarizadores, que alientan la bajeza y la pérdida de valores. La destrucción de los valores y principios, éticos y morales, de las culturas populares e indígenas, es otra de las estrategias para someter a la pobreza, por medio de la ignorancia. Y ese es el otro punto, amable lector, en estos países, las oligarquías han encontrado en la creación y multiplicación de pobres, el mejor negocio. La razón es vergonzante. La pobreza y la falta de oportunidades, obliga a que la gente se arriesgue a irse de ilegal a E.U.

Los que no mueren y logran cruzar, empiezan a enviar miles de millones de dólares a estos países, sin que los gobiernos y la iniciativa privada, tenga que invertir en servicios e infraestructura social. “Maravilloso” negocio, estos países envían pobres y reciben dólares, que las oligarquías sacan a sus países de origen. En Centro América desde décadas, pero en México desde que el expresidente Calderón, se inventó su “guerra contra el narcotráfico”, para distraer al pueblo del grotesco fraude electoral, que lo había llevado a apoderarse ilegalmente de la presidencia, los ríos de sangre empezaron a correr. Primero en algunas ciudades y zonas del país.

Pero en este sexenio, la inseguridad, los secuestrados, los desaparecidos, los muertos, corren en cifras verdaderamente alarmantes, tanto es así, que el Estado de Derecho se perdió en algunas regiones del país. El Estado Mexicano, por incapacidad, indolencia o corrupción, casi ha perdido el control del espacio municipal, que lo han ocupado con lujo de violencia otros poderes. Los 112 políticos para esta elección, que han sido asesinados hasta la fecha, son el indicativo de esta ausencia de Estado. “El diez por ciento de los municipios del país son escenario de algún crimen, políticos de todas las entidades han sufrido intimidaciones y amenazas, ataques a familiares, agresiones con armas de fuego, físicas, asaltos con violencia. Excelsior 19/05/18”.

La inseguridad ha llegado hasta los más altos niveles de la sociedad y las grandes empresas. Ahora nadie está seguro, aunque traiga un equipo de guaruras. Y este es, el otro pistón de presión, que obliga a la pavorosa huida de la gente a E.U.Así que, amable lector, si usted suma la inseguridad y la pobreza. El que no tiene la seguridad de regresar vivo a su casa esta noche, y que, si regresa, con las manos vacías, porque no encontró trabajo o no vendió nada, entenderá, que el verdadero problema, no es que el presidente Trump esté separando a los niños de los padres que son detenidos por ser ilegales en E.U.

El verdadero problema, es que, en los países, desde Panamá hasta el Río Bravo, los pequeños grupos de poder político-económico, han fracasado por incompetentes o corruptos, para poder ofrecerles a sus pueblos, condiciones elementales necesarias para conservar la vida y la oportunidad, que, con su esfuerzo, pueden alcanzar “una vida mejor”. En tal situación, la gente se ve obligada a huir de su tierra natal, llevando a este “vía crucis” a su familia.

En México el Instituto Nacional de Migración, trata mucho peor a los centroamericanos que cruzan por nuestro país. Se les extorsiona, roba, viola, secuestra y asesina, y a nadie le parece interesar. Acaso al padre Solalinde. Sería necesario vernos en el espejo de nuestra propia realidad. Analizar y juzgar nuestros problemas y dejar de, solo juzgar, los del vecino. Descolonizar es dignificar.

 

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