En uno de los cruceros ms lentos de la ciudad, esperaba la luz verde cuando observe a una familia entera que ?trabajaba? en la calle. No eran indgenas ni campesinos, eran lumpen citadinos. Unos limpiaban parabrisas, otros vendan chicles y el ms pequeo simplemente peda ?un peso?, con su manita que apenas alcanzaba la ventanilla del indiferente automovilista.
Un adolescente estaba descansando en el quicio de una puerta y lleg la madre
de los vendedores y le dio un coscorrn jalndole el cabello a manera de comunicacin. El joven salt para quedar fuera del alcance de su madre y se fue sobre el pequeo que regresaba y le hizo lo mismo, a lo cual la madre respondi con mayor violencia sobre el joven, en eso estaban cuando se acerc el marido y con fuerza, le jal el cabello a la mujer.
Todo fue vertiginoso y fugaz, la forma de comunicacin de esa familia era la violencia. Mientras los autos iniciaban lentamente su avance con la luz verde, toda familia se acerc a tomar sus inmensos refrescos y su alimento. La coca cola y las bolsitas de los alimentos chatarra relucan en el sol de medio da.
La imagen se me qued grabada en el corazn. No cabe duda de que vivimos un sistema violento de explotacin a partir de embrutecer y enajenar al pueblo. Desde las clases ms altas, hasta la gente que vive en la calle, todos estamos sujetos a una forma de vida que nos aniquila espiritual y moralmente. La violencia es el medio que rige a nuestra sociedad. Desde la violencia subliminal de los comerciales que invitan al consumo suntuario y chatarra, como nica expresin vlida de vida, hasta la violencia de no tener trabajo y seguridad en el respeto de nuestros derechos humanos, pasando por la violencia institucionalizada de los que tienen casi todo, sobre los que no tienen nada.
El capital financiero supranacional a travs de sus empresas trasnacionales, literalmente DRENAN a los pueblos del mundo, pero especialmente a los colonizados o llamados del tercer mundo. Nos exprimen y nos sacan hasta el ltimo centavo. Esa familia era la mejor expresin de esta desgracia mundial. Una familia sin futuro, sin trabajo, sin educacin. Vendiendo en la calle los chicles, limpiando parabrisas y pidiendo limosna, todo para comprarle los productos a las trasnacionales!.
En efecto, amable lector, observe usted que las personas, entre ms embrutecidas y enajenas estn, en cuanto menos educacin tengan y estn fuera de su Cultura Madre, estn ms indefensos a merced de la explotacin. Y no quiero decir necesariamente gente pobre, por el contrario, la ignorancia y la enajenacin tambin se ve en las familias con poder econmico. La diferencia es que unos comen comida chatarra en la calle y los otros en Plaza del Valle (centro comercial muuderrno), aqu la ignorancia y la incultura es el medio para quitarles el dinero a todos, ricos y pobres.
Observe usted cmo est tapizado todo el pas de basura de alimentos y productos chatarra producido por empresas trasnacionales; las calles, las carreteras, los campos, todo esta lleno de envases, envolturas, empaques de productos chatarra. Paales desechables, envases de todo tipo, bolsitas, bolsotas, de plstico, de celofn, de cartn. Vea la basura que le rodea y comprender qu somos y quin nos explota.
Vivimos una sociedad canbal, donde el colonizador ms grande y fuerte, devora al colonizador ms pequeo y dbil, porque ese es el problema, vivimos una sociedad colonizada, donde todos somos colonizadores de todos, donde lo que se les ensea a los jvenes, no es a liberar y descolonizar a su pueblo y as mismos, por el contrario, se les ensea que ellos deben ocupar un puesto de colonizador explotador. Aprendemos en esta sociedad colonizada a despreciar a ?los de abajo? y a echarnos a los pies de los de arriba, con la esperanza de ?trepar? en la pirmide colonial y que nuestros hijos TENGAN ms dinero para poder pisar ms y ser menos pisados. El sistema es violento y explotador, por fuerza nosotros tenemos que ser violentos y explotadores.
No ha observado el amable lector, que de un tiempo para ac, han aparecido en la ciudad decenas de jvenes indgenas vendiendo mercanca chatarra en unas cajitas que les cuelgan en el vientre? Se ha dado cuenta que esos muchachos no son oaxaqueos, sino indgenas chiapanecos que un vival los trae y los explota. Estn en las calles, en las oficinas pblicas, en las plazas y jardines y donde existe gente. Imagnese usted, tener una tienda mvil en toda la ciudad, sin pagar renta, sin pagar luz y agua, sin pagar impuestos, sin pagar sueldos y seguro social. Le aseguro que ese bribn explotador debe ser una persona ?con peso? y con pesos, usted cree que a ese seor le conviene que se ponga en vigencia la Ley Indgena de la COCOPA o aqul italiano que lleg a Oaxaca con una mano a tras y la otra adelante y en unos aos se hizo rico talando y depredando los bosques de los indgenas oaxaqueos, o los espaoles y libaneses que llegaron a Oaxaca y que en dos generaciones se han apoderado de todo y los oaxaqueos slo les queda trabajar de meseros, camareros, cocineros, empleados de mostrador, cargadores y un largo y doloroso etctera.
Vea usted los mejores comercios, las mejores tierras, los mejores negocios en manos de quienes estn???
Es por eso que la enajenacin y el embrutecimiento del pueblo permite amasar fortunas y desde Bill Gates hasta el bribn que explota a los indgenas chiapanecos en la ciudad de Oaxaca, todos ganan explotando al de ms abajo. As como el seor le pega a la seora y ella al hijo y este al hermano ms pequeo, la sociedad ejerce la violencia de arriba para abajo. En cinco das el Estado Mexicano pone en la crcel a unos subversivos que estallaron petardos en 3 bancos, pero al mismo tiempo, Cabal Peniche, Espinoza Villareal y todos los defraudadores de la Banca mexicana no se les pude meter a la crcel a pesar de que le han causado un inmenso quebranto al patrimonio de todos los mexicanos.
Mientras el pueblo este embrutecido y enajenado, se podrn seguir haciendo negocios grandes y pequeos, buenos y excelentes, arriba y abajo. Esta tierra seguir siendo ?tierra de oportunidades?. (2008)