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EL MISTERIO DE LA VIDA

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¿Es verdad que se vive en la tierra?

No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí.

Aunque sea jade se quiebra

Aunque sea oro se rompe,

Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra,

No para siempre en la tierra: sólo un poco aquí.(*)

 

Esta energía, más sutil que la misma luz, se encuentra representada en lo que los pueblos han llamado; alma o espíritu. Esta esencia o energía es inmortal y salió de esta primera fuente generadora y pretende regresar a ella, enriquecida por la misma experiencia de la evolución en diferentes planos de la existencia, tal ves no sólo en este mundo, sino en muchos más que ni remotamente podemos entender o conocer, por las limitantes de la condición humana.

 

¿Acaso crees, corazón mío, que sólo vivirás en la tierra?

Te angustias, oh corazón mío. ¡Yo nací en la tierra!...

Lloro, me pongo triste, sólo soy un cantor:

¡Si alguna vez pudiera yo llevar flores,

si con ellas pudiera adornarme en el lugar de los sin cuerpo!(*)

 

La vida y el mundo en tales circunstancias, no es más que un "campo de una batalla florida", como así la llamaban nuestros sabios antepasados, en donde nuestra fuente primigenia de energía o espíritu, usa a la materia como medio para decantar la sublime energía que todos poseemos en lo más profundo de nuestro ser.

 

Hay un brotar de piedras preciosas,

Hay un florecer de plumas de quetzal,

¿son acaso tu corazón, Dador de la vida?...

¡Águilas y tigres!

Uno por uno iremos pereciendo,

Ninguno quedará.(*)

 

Así, el espíritu necesita de la materia para trascender y la materia encuentra en el espíritu la energía transformadora que le da razón de ser. Por ello la cotidianidad, con toda su vorágine y vastedad, encuentra su razón de ser, en tanto permiten que la energía espiritual se purifique en el yunque y la fragua de la vida misma, con todas sus miserias, dolores y alegrías.

 

¿Qué era lo que acaso tu mente hallaba?

¿Dónde andaba tu corazón?

Por eso das tu corazón a cada cosa,

Sin rumbo lo llevas : vas destruyendo tu corazón.

Sobre la tierra, ¿acaso puedes ir en pos de algo?(*)

 

El misterio de la vida entonces se nos revela sencillo y transparente. La vida es la oportunidad que tenemos de purificar nuestra energía más esencial a través del cotidiano vivir. Por ello, no importa en verdad lo que hagamos, sino "como lo hacemos". La conciencia, intensidad y autenticidad de nuestros actos, determinaran la calidad de nuestra experiencia existencial.

 

A fin de cuentas cuando todo esto haya concluida, nada del mundo material nos podremos llevar a el más allá, a la región de los descarnados y sólo pasará la fluida energía primigenitamente eterna. Nuestros despojos materiales, lentamente se reciclarán y volverán a ser sucesivamente tierra, generadora de nueva vida hasta la misma eternidad.

 

Ya no existimos.

¿Acaso para ti somos nada?

Tú nos destruyes,

Tú nos haces desaparecer aquí.(*)

 

La oportunidad habrá concluido entonces , tendremos un saldo de experiencias y conocimientos adquiridos en la "batalla florida", que nos acercará un poco más a nuestro verdadero destino final. Nuestros corazones serán flama encendida o marchitos despojos de una vida inútil y vacía. Desperdiciada en el abandono a los placeres mundanos y vicios terrenales como la avaricia, la lujuria del poder o la complacencia de la estupidez. La materia en vez de convertirse en un medio para purificar la energía espiritual, se convierte en el fin de toda nuestra existencia y, arrastrada por las fuerzas gravitatorias de la pesadez de la materia, nuestro espíritu sucumbe ante nuestra estupidez.

 

Del interior del cielo vienen

las bellas flores, los bellos cantos.

Los afea nuestro anhelo,

Nuestra inventiva los hecha a perder...

Aquí en la tierra es la región del momento fugaz.

 

¿También es así en el lugar donde de algún modo se vive?

¿Hay allá alegría, hay amistad?

¿O sólo aquí en la tierra

hemos venido a conocer nuestro rostro?(*)

 

No somos limitados " seres humanos ", con una energía espiritual por desarrollar. Somos luminosos seres espirituales, trabajando el plano humano. Estamos temporalmente en este tiempo y en este lugar; pero nosotros somos seres antiquísimos en transito hacia lo inconmensurable.

 

Esta vida, este mundo y este cuerpo, son temporales y son sólo un medio. Una fragua en donde se templa nuestra fuerza espiritual. Una maravillosa y aterradora oportunidad para acercarnos al origen.

 

Marcharéis al rumbo de la luz, al oriente,

Y hacia allá lanzaréis vuestros dardos:

águila amarilla, tigre amarillo,

serpiente amarilla, conejo amarillo, ciervo amarillo.

Y después marcharéis al rumbo de la región de la muerte...(*)

+(*) Ms. Cantares Mexicanos.

 

 

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