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III. Llegada de los chichimecas al corazón del Anáhuac

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Posterior de mirar la desolada Tollan Tula que se encontraba en ruinas (señalado en el mapa Xólotl, lámina 1 010), los chichimecas ingresan al centro del corazón del valle del Anáhuac, hallándolo casi desierto, a excepción de pequeños grupos toltecas asentados en lugares específicos, y si no es que, estratégicamente instalados alrededor de los cinco lagos interconectados (Zumpango, Xaltocan, Tetzcoco, Xochimilco y Chalco), puesto que eran el último reducto del clasicismo de la gran Tollan Teotihuacán. Estos grupos toltecas, a pesar de ser minoritarios, tenían entre ellos interacciones culturales, porque llevaban aún en su memoria histórica la forma y estilo de vida que habían heredado de los tlamatinimes de la gran Tollan; la toltecáyotl, que les servía de supervivencia en su mundo natural y de la cual se guiaban permanentemente por sus tradiciones ancestrales.

Xólotl llega al norte de Xaltocan a sitios como Mizquiahualla y Actopan en donde encuentran cuevas y cavernas, en las que deciden establecerse y no habitan estructuras arquitectónicas, en el mapa observamos a Xólotl encima del altépetl al que nombraron Xóloc (lugar de perro) indicándonos que se establece y toma posesión del lugar, desde donde planeaban las estrategias para las incursiones de  exploración que hacían al oriente y sur de los lagos, denotando así, su estilo de vida totalmente diferente a los toltecas. Por tal motivo creemos que Xólotl y los chichimecas se impusieron ante los pequeños grupos toltecas que todavía se asentaban en las riveras de los lagos aunque todas las narraciones de Alva Ixtlilxóchitl coinciden en que los chichimecas, ocuparon el valle del Anáhuac de manera pacífica, así nos lo transmite en la Sumaria relación de todas las cosas.
[…] sin contradicción ninguna la tomaban por suya, no quitándosela a nadie ni quebrantándola palabra de su bisabuelo Icauhtzin, pues ya todos los tultecas se habían acabado, y si había algunos, eran pocos y éstos con dejarles tierras a su gusto, donde ellos y sus descendientes vayan poblando; señalando y repartiendo pueblos y lugares, provincias y ciudades, con las diligencias, ritos y ceremonias que conviene para este efecto […]

                      
 En el momento que nos cuenta el origen de los toltecas, Alva Ixtlilxóchitl nos narra que cuando el chichimecatecutli Icauhtzin, da a unión a uno de sus hijos, a una mujer tolteca, les hace una promesa de que “ni él ni sus descendientes les darían molestias”, añade además que era tanto el respeto de los migrantes chichimecas hacia los antiguos pobladores toltecas, que Xólotl dio instrucciones de que sus hombres más cercanos:
[…] no los inquietaran ni les hicieran molestia ninguna; y si alguno procediera contra esto, fuera luego muerto y castigado con todo rigor; y que si llegasen en algún pueblo o ciudad que hubiese gente en él, no le hiciesen también ningún daño, si no fuera cuando ellos de su propia voluntad le quisieran hacer guerra, que entonces los conquistaran y sujetaran a fuerza de armas.
Esta iniciativa de expansión nos recuerda, de alguna forma sospechosa, la forma en que los colonizadores españoles conquistaron el Anáhuac: “invadir y poseer pacíficamente las tierras conquistadas a nombre de la Corona por medio del Requerimiento y castigar con ‘guerra justa’ a los que se atrevieran a oponerse a esa acción”. Tal coincidencia parece ser no fortuita; probablemente Alva Ixtlilxóchitl trató de equiparar los hechos de sus antepasados chichimecas con la de los españoles, y éste nos muestra varias versiones en su obra pero las diferencias parecen más de detalle que de fondo, la Sumaria relación de todas las cosas.., nos habla de la manera en que Xólotl exploró y tomó posesión en la altiplanicie del Anáhuac y coincide en lo esencial con Monarquía Indiana de Fray Juan de Torquemada y con la primera lámina del Mapa Xólotl.

Sin embargo, consideramos que no importa la forma en que los chichimecas comenzaron a dominar el territorio, debido a que existió un enriquecimiento cultural recíproco de los dos linajes (tolteca y chichimeca), originando la fundación del altépetl de Tetzcoco, que llegó a ser el más importante del territorio del Acolhuacan, pero además recinto de la preservación de los principales preceptos de la Toltecáyotl, siendo en el periodo posclásico la fuente principal de todo el altiplano de Cem Anáhuac. Aún hasta en el siglo XXI se recuerda la grandeza de Tetzcoco, narrado por todos los cronistas que, aquí existieron las mejores escuelas y los amoxcalli, donde se formaban los acólhuas y sus vecinos de otros altépetl, toda vez que se hablaba el náhuatl más elegante y puro; prueba de ello en el siglo XV, su pensamiento religioso era tan profundo y refinado, que se tenían advocaciones de abstracción total del ser como la correspondiente (Tloque in Nahuaque “el Dueño del cerca y del junto”); y en las obras arquitectónicas superaban las hechas en Tenochtitlán, y que desgraciadamente con la llegada de los españoles conquistadores, destruyeron y borraron todo a su paso en nombre de la iglesia católica.   
Estimado lector te invitamos a no perder la hilaridad de los artículos de la historia original de Tetzcoco que intentamos reconstruir con veracidad.

Mario Monreal
Miembro de Educayotl A.C.
y promotor cultural de la Toltecáyotl
en el Estado de México.
e-mail: mario.monreal@gmail.com





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