La muerte de Carlos II "el
hechizado" termina la dinastía de los Habsburgo en España. Como resultado
de la prolongada "Guerra de Sucesión Española, el rey Luis XIV de Francia,
logra imponer en el trono español a su nieto, quien reinará con el nombre de
Felipe V y es el iniciador de la dinastía de los Borbones que es la que aún hoy
día continúa. El período borbónico significará para las colonias hispanas una
serie de cambios significativos.
La muerte de Carlos II "el
hechizado" termina la dinastía de los Habsburgo en España. Como resultado
de la prolongada "Guerra de Sucesión Española, el rey Luis XIV de Francia,
logra imponer en el trono español a su nieto, quien reinará con el nombre de
Felipe V y es el iniciador de la dinastía de los Borbones que es la que aún hoy
día continúa. El período borbónico significará para las colonias hispanas una
serie de cambios significativos.
Con base a las ideas ilustradas del
"buen gobierno" se racionalizan muchas funciones administrativas. La
mayoría de estas reformas eran convenientes. Se realizan censos e informes
científicos. Desaparecen las provincias regidas por gobernadores y se crea el
sistema de intendencias, cada una presidida por un intendente, en el que se
descentralizan algunas de las funciones del virrey. Se realizan importantes
obras y se fundan distintas academias. Se suceden una serie de virreyes
eficaces y emprendedores que buscarán darle al virreinato una fisonomía
"moderna".
A partir del reinado de Carlos III, se inicia una reactivación económica. Se
abandona el mercantilismo y se adoptan las ideas fisiocráticas y de incipiente libre
comercio, aunque el tráfico de las colonias sólo puede hacerse a través de la
Metrópoli. Surgen obrajes y talleres en toda la Nueva España. Con el exterminio
de la piratería se abandona el arcaico sistema de flotas anuales. Con nuevos
métodos la minería experimenta una gran bonanza y la Nueva España supera al
Perú.
El principal auge económico se da en el Bajío, en tanto que las zonas de
Puebla, Tlaxcala y Oaxaca se estancan ligeramente. Sin embargo, esta gran
creación de riqueza se concentra en unas pocas manos: los 20,000 españoles y
los 10,000 criollos que constituyen la elite de la Nueva España.
Hacia 1800 hay poco más de seis millones
de habitantes.
Los indígenas son un 60% (poco más de tres millones) los blancos
entre españoles y criollos son únicamente el 15% (un millón) y los mestizos y
castas un 25% (millón y medio). Las ciudades crecen. Se consolida la expansión
territorial hasta California y Nuevo México. Se realizan expediciones hasta
Alaska.
Por otra parte, las costumbres se
afrancesan y se ponen de moda las fiestas galantes y los saraos. Como reacción lógica
contra el nuevo absolutismo, surgió incontenible en toda la Nueva España, lo
que se ha dado en llamar el "Nacionalismo Criollo", antecesor directo
del nacionalismo mexicano. Este nacionalismo tenía como característica un
fuerte amor por el territorio “novo hispano”, así como a su gente, liberalismo
intelectual, libertad de comercio que se incrementó paulatinamente. La
independencia norteamericana de 1776 y la Revolución francesa de 1789 vinieron
a alimentar este fuego al mostrar que era posible buscar cambios políticos.
Pocos repararon en los abominables excesos de la revolución Francesa. La
oposición al absolutismo crece en las conciencias y se empieza ha hablar
abiertamente de ella a partir de 1804, en que una famosa real célula de réditos
vencidos condenó a muchas familias criollas y mestizas a la indigencia. Además
cuando a partir de 1796 a cause del bloqueo ingles “los novo hispanos” vieron
que los barcos americanos los abastecían mejor que la flota española, la
independencia se vio como necesaria y ventajosa.
En resumen, el crecimiento económico del
siglo XVIII, la desigualdad en la distribución de la riqueza y la
inflexibilidad política del régimen causaron que los criollos buscaran
sustituir a los peninsulares en el disfrute de los bienes del extenso
territorio novo hispano.
Para finales del siglo XVIII la
situación general en las colonias era de inquietud. Diversos factores
convergían en una situación que prepararía la guerra de independencia. Tres
distintos observadores, especialmente lúcidos plasmaron su visión en escritos
diferentes. En 1783 el Conde de Aranda, embajador de España en Francia,
escribió al rey un informe secreto sobra la situación en las colonias después
de la independencia norteamericana. Vislumbraba que el aparato político estaba
desgastado y que era urgente una radical reforma política si no se quería que
España perdiera de manera definitiva su soberanía sobre sus posiciones. También
vaticinó que los Estados Unidos se convertirían en una amenaza para el mundo
hispánico y en concreto para México. En 1799 Mons Abad y Queipo (posteriormente
obispo de Valladolid), dirigió un informe al rey sobre la situación en Nueva
España. Hacia gran hincapié en la abrumadora desigualdad social y económica;
hacia notar que urgía una reforma social que hiciera algo por Los desposeídos o
se seguiría incubando el odio de castas. Por último, en 1806 el varón alemán
Alejandro Von Humoldt terminó de recopilar los datos para escribir su
monumental "Ensayo Político sobre el reino de la Nueva España";
aunque se publicó casi quince años después, el diagnostico fue exacto: México
era el país de las grandes desigualdades económicas y de las grandes
oportunidades de bonanza. Era necesaria una reforma económica que pusiera la
bonanza al alcance de la mayoría.
El primer informe fue descartado por
alarmista. El segundo fue atendido, pero finalmente nunca se hizo nada concreto.
En cuanto al Libro de Humboldt, salió a la venta cuando ya México era
virtualmente independiente y sólo sirvió para que las potencias se fijaran en
México como apetecible botín.
LAS CONSPIRACIONES
El malestar contra la política real era
generalizado. En la última década del siglo XVIII y primera del siglo XIX,
brotaron conspiraciones como hongos, buscando hacer realidad la independencia.
En 1793 se descubrió en Guadalajara la conspiración de Montenegro. En 1794, en
México, la del contador Juan Guerrero, miembro del cabildo. En 1799 se logró
abortar la llamada "Rebelión de los machetes" en la que participaron
mestizos y mulatos del centro y occidente del país.
Mientras tanto, en España sube al trono uno de los monarcas más incompetentes
de la historia: Carlos IV. El manejo de la política queda en manos del ministro
Godoy, amante de la reina, quien arruinó al reino. Al percibir la debilidad de
la dinastía borbónica, el emperador Napoleón, creyó fácil apoderarse del trono
español y gobernarlo a través de su hermano José.
En 1808 las tropas francesas invaden
España y el 1 de mayo Napoleón obliga al rey español y a su heredero Fernando
VII a abdicar y nombrar a su hermano José como rey de España. Fervientes
patriotas los españoles se rebelan contra Napoleón en una guerra que duraría
seis años y que le costaría al emperador la perdida de 300,000 de sus mejores
soldados. Se forman en varias ciudades "juntas" que gobiernan en
nombre del monarca depuesto.
Hasta julio de 1808 se sabe en México la
abdicación
del rey y el posterior levantamiento español. El virrey Iturrigaray
percibe que cualquier cosa puede pasar y convoca a la Real Audiencia del
Ayuntamiento, junto con las parcialidades y gremios a discutir sobre la
situación. El ayuntamiento, regido por la clase media, declara que la
soberanía, a falta de monarca, recae en la nación por lo que debe convocarse a
todos los cabildos, erigir una "Junta Gubernativa" separada de las de
España y "guardar el reino" para Fernando VII.
Los españoles se dan cuenta que tales
proposiciones mermarían su poder y la Real Audiencia se opone, proponiendo que
se reconozca a la Junta de Sevilla en España y que el virrey siga sus funciones
como antes. Iturrigaray vacila y el 15 de septiembre de 1808 los españoles,
liderados por Gabriel del Yermo apresan al virrey y nombran a un comandante
militar como nuevo virrey. Los criollos ven con claridad que bajo el supuesto
apego a la ley, no hay más que voluntad de poder y de privilegios. A partir de
entonces sus ideas se radicalizan.
A fines de 1808 es descubierta una
amplia conspiración dirigida pos los militares criollos Michelena y Obeso, que
son apresados. Fue una conspiración de amplias ramificaciones, varias de las
cuales, no descubiertas, servirían para apoyar el pronunciamiento de Hidalgo en
1810 y para darle cuerpo a la conspiración de Querétaro. Las cosas han llegado
a tal punto que corren libelos que hablan abiertamente de independencia. Fray
Melchor de Talamantes expone que la independencia es necesaria y provechosa,
pues no se debe obediencia a un rey preso y la Nueva España tiene todos los
elementos para procurar su propio sustento y felicidad.
Como rescoldo de la fracasada
conspiración de Valladolid, el corregidor Domínguez de Querétaro, elabora
nuevos proyectos de independencia y pone al mando de su conspiración al capitán
Ignacio Allende, del regimiento de Dragones de San Miguel, esta a su vez invita
a participar al cura de Dolores, Miguel Hidalgo, quien terminara encabezando
las reuniones.
MIGUEL HIDALGO
La independencia estaba programada para iniciar
el 2 de octubre, pero el descubrimiento prematuro de la conspiración obliga a
Hidalgo a adelantarse. Desgraciadamente, opta por la insurrección abierta del
populacho, aunque tenga que recurrir a excitar el odio de castas.
El 15 de septiembre de 1810, convoca a
sus feligreses a levantarse en armas por "Fernando VII" y en contra
de los españoles que quieren entregar a la Nueva España a Napoleón. En
Atotonilco enarbola el estandarte de Nuestra Señora de Guadalupe, agregando así
de manera deplorable un ingrediente de fervor religioso a la consecución de un
proyecto político. Capturan San Miguel, Celaya, Salamanca e Irapuato. Para
posteriormente dirigirse a Guanajuato, donde se produce la primera matanza de
la guerra. En vano Allende trata de moderarla. Posteriormente capturan
Valladolid de donde se dirigen a la ciudad de México por Toluca. En El Monte de
las Cruces se le enfrenta una escuálida tropa realista, que es fácilmente
derrotada por las tropas independentistas. Sin municiones, y ante la proximidad
de Calleja, Hidalgo se ve obligado a regresar a Valladolid. En Aculco es
interceptado y derrotado por Calleja. Las innumerables huestes de Hidalgo de
desbandan. Hidalgo regresa a Valladolid y enfila sus ataques a Guadalajara,
donde para congraciarse con la plebe emite decretos populistas y permite
degollinas de españoles.
Allende riñe severamente con él e
intenta arrebatarle el mando
En Puente Calderón, el ejército insurgente es nuevamente derrotado por Calleja
y desbanda a los independientes por todas partes. Hidalgo intenta huir a Texas
para reorganizarse, pero en Acatita de Baján es traicionado y entregado al
poder virreinal junto con Allende, Aldama y Jiménez, todos fueron fusilados
terminando así la primera etapa de la independencia, que apenas duró 8 meses.
JOSÉ MARÍA MORELOS
Una de las medidas más inteligentes de
Hidalgo, fue comisionar a diversas personas para levantar diversas regiones del
país, este es el caso de Morelos, quien fue encargado de levantar la zona sur
del país. Morelos pasó por la cuenca del Balsas reclutando gente; no una chusma
incontrolable, sino pequeñas partidas guerrilleras. También supo conjuntar un
admirable equipo de ayudantes: Matamoros, Los Galena, Los Bravo, Verduzco,
Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero. Después de Asediar infructuosamente
Acapulco, tomó Chilpancingo y de dirigió a Cuautla. Allí fue sitiado por
Calleja quien sufrió el primer revés de su brillante trayectoria ante la
resistencia de Morelos. En 1812 realizó una serie de geniales maniobras que
culminaron con la toma de Cuernavaca, Tehuacán, Orizaba, Oaxaca y Acapulco.
A mediados de 1813, Morelos intentó
darle legalidad al movimiento con una dirección política bien fundamentada,
para eso creó el Congreso de Chilpancingo, que aunque, fue más o menos aceptado
por los demás insurgentes, pronto generó rencillas y su único logró fue
redactar la Constitución de Apatzingan que nunca pudo ser puesta en vigor.
En diciembre de 1813 Morelos al frente
de su mejor ejército intento retomar Valladolid, pero fue derrotado por los
realistas Llano e Iturbide. A partir de ahí encadenó una serie de derrotas
hasta su captura y fusilamiento en 1815.
Con la muerte de Morelos el movimiento
independentista se atomiza. En 1814 se reinstaura el absolutismo en España con
el retorno del rey Fernando VII, y se nombre Virrey a Calleja, quien desarrolla
una sistemática aniquilación de los líderes insurgentes. En 1815, se disuelva
el congreso de Chilpancingo y antes de 1817 todos los jefes insurgentes son
derrotados, quedando sólo Osorno, Guerrero y Guadalupe Victoria. En 1816 es
nombrado virrey Apodaca, quien decreta una amnistía general con miras a
pacificar el virreinato.
El balance de siete años de guerra, y de
las terribles atrocidades cometidas por ambos bandos, es de mas de 600,000
muertos (aproximadamente el 10% de la población), los campos fueron arrasados,
las minas inundadas, el comercio estrangulado y el antes prospero virreinato
fue sumido en la ruina.
AGUSTÍN DE ITURBIDE
Para 1820, la causa de la independencia
parece por completo perdida, pero entonces ocurren una serie de sucesos
inesperados; una asonada liberal en España obliga a Fernando VII a restablecer
la Constitución de Cádiz, pero ya con un radical contenido liberal. La noticia
fue recogida en México con sentimientos encontrados. Los comerciantes la
apoyaron, pero en general las clases privilegiadas vio con malos ojos la nueva
constitución, tanto por el fin de sus privilegios como por su radical
anticlericalismo. En el templo de la Profesa fraguaron un plan para
independizar a México guardándolo como monarquía leal a Fernando VII, donde
podría gobernar sin constituciones liberales. Necesitaban un militar de
prestigio para encabezar el movimiento y escogieron a Agustín de Iturbide.
La conspiración pronto abortaría, pero
Iturbide tomó su nuevo mando como General de los Ejércitos del Sur con su plan
ya forjado, independizar a México de España. Tras unos breves combates con
guerrero invitó a esta a conferenciar y le propuso el Plan de Iguala para
independizar a México de España. Iturbide desplegó una hábil campaña
diplomática que en 9 meses logró lo que no habían realizado 10 años de guerra.
El Plan de Iguala estaba tan bien elaborado que logró la adhesión de
prácticamente la totalidad de los mandos y tropas realistas e insurgentes, con
los que se formó el Ejército de las Tres Garantías, que salvaguardaron el Plan
de Iguala y la Independencia.
El Plan de Iguala proclamaba la
independencia completa e inmediata respecto de España, agradando a un tiempo a
criollos y a insurgentes; proclamaba también un trato igual para criollos y
españoles, atenuando con esto el temor de los peninsulares y otorgando ventajas
a indígenas, mestizos y criollos; proclamaba la supremacía de la religión
católica y colocaba las tres garantías del plan en manos del Ejército
Trigarante.
Una bandera Tricolor (verde, blanco y
rojo) simbolizaría las Tres Garantías sobre las que se fundaba el nuevo país,
naciendo así la bandera de México. Cuando en agosto de 1821 el nuevo virrey
Juan de O´Donojú llegó a Veracruz, aceptó el hecho consumado y firmó con
Iturbide los Tratados de Córdoba, que otorgaban a México su independencia. El
27 de septiembre el Ejército Trigarante hizo su entrada en la capital entre la
alegría de la población y el 28 de septiembre se proclamó formalmente la
independencia de México.
ITURBIDE EMPERADOR
Las palabras finales de Iturbide eran
una esperanza pero al mismo tiempo una advertencia: "Ya sabéis el modo de
ser libres; a vosotros toca el modo de poder ser felices." De esta manera
nace el país de los criollos y para los criollos, llamado “México”.