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EL MITO DE LA CONQUISTA DE MÉXICO

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EL MITO DE LA CONQUISTA DE MÉXICO


La historia de México, es un gran misterio para los mexicanos. La SEP se encarga eficientemente de ?vacunarnos?, para que no nos guste la historia y menos a del país. Como no somos tontos. Siempre nos resulta acartonada y falsa, como un billete de tres setenta y cinco. Hernán Cortés, los aztecas, Sor Juana Inés de la Cruz, Miguel Hidalgo, José María Morelos, Agustín de Iturbide, Santa Anna, Benito Juárez, Porfirio Díaz, Francisco I. Madreo, Francisco Villa y Emiliano Zapata; y parale de contar, a estos nombres se suma la Batalla del cinco de mayo, y con eso se resume todo lo que aprendemos durante años y años en las aulas sobre la aburrida ?Historia de México?.

El mexicano es un ser sin historia. Amnésico, no puede enfrentar su tumultuoso presente. Menos aún, indagar en un nebuloso y confuso pasado. Y está totalmente negado o imposibilitado en pensar en el futuro. Cómo no sabe de dónde viene, no sabe a dónde está, y menos aún, a dónde quiere ir. Queda pedido y confundido, como dijo Octavio Paz, en ?el laberinto de la soledad?.

Esto no nos sucede, por mala suerte o una extraña condición genética. La amnesia que sufre el pueblo de México, está muy bien planeada. Es una estrategia cinco centenaria, pero que, en especial, a partir de la creación del país por los criollos y gachupines en 1824, ha sido perfeccionada y sistematizada por los tres poderes y los tres niveles de gobierno.

EL MITO DE LA CONQUISTA DE MÉXICO



El objetivo es que el pueblo pierda su memoria histórica y su identidad cultural. Porque un pueblo desposeído de su raíz, queda en un estado de total vulnerabilidad, permanentemente está ?en el aíre?, sin sustento. Apto para cualquier explotación, sin coraje, conciencia y dignidad. Perdido en el círculo vicioso de ser intermitentemente, ?conquistado-conquistador, colonizado-colonizador?. Una perversa dualidad que nos ha llevado a ser los verdugos de nuestro pueblo y artificies de nuestro triste destino.

El Estado mexicano, neocolonizador de ideología criolla, ha impuesto al pueblo, una Historia Oficial, en la cual, los ?orígenes prehispánicos? del país, únicamente se circunscriben a los mexicas. Todo lo que tiene que ver con ?La Historia Prehispánica?, entiéndase ?antes de nosotros los españoles?, se reduce a ?la peregrinación que hicieron los mexicas desde Aztlán. El encuentro de un águila sobre un nopal, devorando a una serpiente. La fundación de la Ciudad de México-Tenochtitlán y creación de ?un gran imperio?, con valientes guerreros que hacían guerras para dominar a todo el territorio y conseguir esclavos para sacrificar en ?horribles ceremonias sangrientas?, como lo señalan ?las fuentes históricas?.

Los mexicas, según la ?Historia Oficial?, son los creadores del conocimiento ancestral, de la lengua náhuatl, del maíz y la milpa, el chocolate y la vainilla, del cero matemático y el Nepohualtzintzin, la mecánica celeste y la cuenta perfecta del tiempo, la religión, las formas de organización y la educación, incluidas por supuesto las instituciones como el telpochcalli, el cuicacalli y el calmécac. La idea es que, ?el gran imperio azteca?, fue tan sabio y poderoso como el imperio romano, y como testimonio de esto, estaba la increíble Ciudad de México-Tenochtitlán descrita por los propios conquistadores.

Sin embargo, en ?esa historia?, resulta que un puñado de valerosos y esforzados españoles, que tenían una supuesta superioridad cultural, militar y al verdadero Dios de su parte, derrotaron al imperio azteca, salvando a los pueblos indígenas del yugo explotador y criminal de los mexicas, civilizándolos, cristianizándolos y castellanizándolos, incorporando estas bastas tierras a la civilización occidental y salvando las almas de los pueblos originarios.

El mito colonizador es que, de esta victoria española, surge una ?nueva raza y un nuevo país?. Los mexicanos somos hijos del ?encuentro de las dos culturas?, -simbólicamente-, de Hernán Cortés y Malinche. Como Martín Cortés, ?el bastardo?, somos fruto del encuentro y fusión de dos pueblos, gracias a la espada y la cruz. Que después de la derrota de los mexicas en la Batalla de Tenochtitlán, el 13 de agosto de 1521, se pone fin a ?La Historia Prehispánica? e inicia el periodo colonial.

La idea es que el pasado ?ya pasó?. Esta inmóvil y escrito en los libros de texto, en los ensayos de ?los historiadores del sistema?, en monumentos, esculturas en bronce, placas y en letras de oro en edificios gubernamentales. El pasado solo es un referente, que explica nuestra realidad, y nos da uno que otro día de asueto.

El mensaje es que: ?los aztecas fueron un gran imperio, pero que la conquista fue necesaria, aunque un poco dolorosa, para que naciera una nueva raza y un país?. Que el 13 de agosto de 1521 termina la ?Historia Prehispánica? e inicia una nueva realidad, que supera las guerras, que acaba los sacrificios humanos y una religión politeísta. Que gracias al valor, arrojo y valentía de los ?soldados y capitanes españoles?, estas tierras se pacificaron, civilizaron y entraron a un proceso de progreso.

Educayotl AC. ?Educar para el futuro con la sabiduría del pasado?.

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