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EL CRAPULA Y SU CHIQUERO

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La cínica presencia de Carlos Salinas en la vida política de México y su temido retorno, es una clara evidencia del desprecio que las fuerzas del Poder tienen sobre el pueblo, los partidos políticos y los políticos de la nación.

 

Gracias a la corrupción Salinas es el hombre más rico de México. No podemos negar la genial perversidad de su potencial. No es un hombre inteligente, pero si muy astuto. Ha logrado tejer una complicada y sofistica red de incondicionales y prestanombres con los cuales influye en la economía del país y como resultado... en la política. Se dice que muchos de los “nuevos súper millonarios” que nacieron en su sexenio, son meros prestanombres, empleados de confianza del expresidente.

 

Existe un hecho evidente e incuestionable a todas luces, Carlos Salinas es un hombre despreciado por el pueblo de México, por los políticos, especialmente los de su partido y es temido y obedecido por las cúpulas criollas de poder económico.

 

La presencia política de Salinas en México nos demuestra que la democracia es una gran mentira y solo es el medio por el cual, los que tienen el dinero gobiernan a través de los partidos y los políticos. Si la democracia fuera verdadera y posible (el gobierno del pueblo y para el pueblo) Carlos Salinas estaría en la cárcel.

 

Los mexicanos execramos a Salinas y sabemos que estando en la presidencia se enriqueció ilícitamente, mandó asesinar a mucha gente y que entregó el país al capital financiero supranacional. Las condiciones en las que se firma el TLC es la puntilla a nuestra alicaída soberanía y sujeción de nuestra economía. La firma incondicional de ese tratado es la traición a la patria más grande desde Santana a nuestros días.

 

La presencia política de Salinas y su perversa influencia nos deben enseñar a los mexicanos que la democracia es una quimera y un gran engaño. Que los políticos son simples títeres del poder económico, que no tienen principios, dignidad y mucho menos ética y moral. Siempre están al servicio del mejor postor y viendo sus intereses personales.

 

La presencia de Carlos Salinas hace de la vida política nacional un verdadero chiquero.

 

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