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LA INGENUIDAD DE LA GENTE

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LA INGENUIDAD DE LA GENTE
Dicen las personas sabias, que solo se puede ser ingenuo hasta los siete años, después de esa edad, las personas que piensan ingenuamente se le llama de diferentes formas, comenzando por tontos, hasta la palabra altisonante, que los define perfectamente, que comienza con una sonora pe mayúscula.
Así es, mis ambles lectores. No puedo pensar otra cosa al escuchar en el noticiero de Radio Educación, -el mejor en México-, lo que la clase política declaró sobre el lamentable accidente de la línea tres del metro en la CDMX, y la visita de los presidentes de E.U. y Canadá.

La política es la profesión más miserable y repugnante, que cualquier ser humano puede llegar a ejercer en el mundo. Y los políticos son, los seres humanos más, mentirosos, hipócritas y nocivos para la vida, en toda la extensión de la palabra, en el planeta. Los políticos son vividores, cleptómanos y corruptos, con muy pocas, poquísimas excepciones.

De todos los partidos, de todas las ideologías, de todos los colores, todos-todos son iguales. No existen, unos menos malos que otros. Su naturaleza es perversa, porque su trabajo es engañar a los pueblos, para servir a sus amos, los dueños del dinero, los verdaderamente poderosos. Los políticos sistemáticamente mienten, son cínicos y falsarios.

Los ?ingenuos?, no se dan cuenta que el sistema mundo, en todas partes está hecho para el beneficio de los dueños del dinero, en perjuicio de los pueblos, las naciones, los seres vivos y la naturaleza. Se sustenta en el abuso para crear riqueza de manera ilimitada a cualquier precio. Que las instituciones y las leyes, están diseñadas para que protejan y sirvan a los dueños del dinero del reclamo de los oprimidos, para que ellos los poderosos, hagan más y más dinero, a costa del sufrimiento, la pobreza y la deshumanización de las personas; y la depredación y extinción de los seres vivos del planeta, trátese de animales de granja industrial, animales de vida silvestre, de plantas e insectos, o la contaminación irracional de las aguas, la tierra y atmósfera.

LA INGENUIDAD DE LA GENTE



El sistema político en el que viven la mayor parte de las ?democracias? del mundo moderno, es una maquiavélica creación de los dueños del dinero que, desbancaron a las monarquías, arrancándoles el poder y crearon los países, los tres, los tres niveles de gobierno, los partidos políticos y a los políticos, sus insignes engendros. El verdadero poder está en las sociedades anónimas, porque ?ellos? nunca dan la cara, en los grandes fondos de inversión, como Black Rock, en los grandes bancos, como el banco privado llamado La Reserva Federal, quien es quien imprime los dólares, no, el gobierno de Estados Unidos. El sistema está diseñado para que los pueblos se dividan y luchen entre ellos, debilitando la verdad, la justicia y el bien común. Son los políticos los que abanderan estas luchas fratricidas, que, al enfrentar a los ciudadanos, dividen y atomizan la lucha contra los verdaderos opresores que no dan la cara. Un país divido, es vulnerable y débil, se le puede imponer las condiciones más injustas, más abusivas, como quitarle más de la mitad del territorio, destruirle su sistema alimentario, imponerle la compra de productos nocivos o imponerle créditos leoninos.

El sistema mundo tiene, por una parte, a los dueños del dinero, los adoradores del Becerro de Oro, quienes poseen el sistema financiero mundial y de cada uno de los países, además de poseer los sistemas de comunicación y multimedia internacionales y nacionales, las grandes empresas que producen los alimentos, las medicinas, los sistemas de educación privada y pública en todos los países. Poseen, además, los centros de pensamiento, de investigación científica y tecnológica. Las grandes empresas que producen las armas, y manejan, aunque usted no lo crea, amable lector, el control de las grandes iglesias universales.

Del otro lado están, los pueblos de los países del mundo. Totalmente amnésicos de sus civilizaciones y culturas ancestrales. No conocen la sabiduría que se generó en el planeta durante miles de años, antes de la dictadura del Mercado. Ajenos a las milenarias formas de organización que hicieron que los pueblos lograran asombrosos estadios de luminosa alegría y realización humana. Los ciudadanos de los países están, todos, infectados del virus de la modernidad, el desarrollo y la riqueza. Como una fanática religión, creen en el dios dinero y en la felicidad eterna del consumo. Fervorosos creyentes que la ciencia y la tecnología salvará a la humanidad. Viven intensamente en el sueño de vida americano, deseando vivir en Estados Unidos, o de perdida, hacer de algunas colonias bonitas de su ciudad, algo que se parezca a San Diego, California.

Estos ingenuos, piensan, además, que los políticos, sus partidos políticos, las elecciones y su voto, pueden hacer el milagro de cambiar la triste y miserable realidad en la que sobreviven desde siempre. Sexenio tras sexenio, trienio tras trienio, escuchan el canto de los políticos, disfrazados de sirenas. Ingenuamente creen que, ahora sí, este político o este nuevo partido, o de perdida, el partido renovado, puede hacer los cambios necesarios para poder vivir en justicia, igualdad y lograr el bienestar tan anhelado. Estos ingenuos no se dan cuenta que, con la esperanza de la justicia y mejora social por medio de la política, los partidos políticos, los políticos, únicamente fortalecen y perpetúan el poder del Mercado, el dinero y el consumo.

Estos ingenuos creen ingenuamente, en las promesas de los candidatos y no se dan cuenta que, los poderosos, los dueños del dinero, solo les ponen a otros empleados de su confianza, a prometerles, lo que el sistema nunca les dará. Porque su pobreza es directamente proporcional a la riqueza de los poderosos. Los ingenuos creen que la política, los políticos y los votos?van a cambiar su triste situación. Educayotl AC.

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